Por César Bianchi
@Chechobianchi
Fotos: Juan Manuel López
De familia bolsilluda y tío muy comprometido con la causa, José no tenía mucha opción. Tampoco, dice, la tuvieron sus hijos Julieta de 22, Francisco de 19 y Manuel de 18, todos bolsos. De chico, José no soñaba con ser jugador de Nacional -como todo niño hincha de algún club-, sino que ya se veía presidiéndolo. Sí, de muy jovencito él quería y se tenía mucha fe para llegar a ser presidente de Nacional. Y lo logró en las pasadas elecciones. A menos de cinco meses del comienzo de su gestión ya nombró un técnico y lo despidió pocas semanas después, removió más de medio plantel y trajo otros tantos jugadores, y dice sin pruritos que su objetivo es cortarle el tricampeonato a Peñarol.
De cara al histórico clásico en el Campeón del Siglo, José Decurnex (53) cree -quiere creer- que primará la cordura y los buenos recaudos que ha tomado el Ministerio del Interior. Eso sí, como ya es costumbre en los dirigentes de Nacional, en ningún momento llama al estadio de Peñarol por su nombre. Él dice que no tiene ningún problema, que no le cambia nada llamarlo Campeón del Siglo, y que quizás lo haga en algún momento, aunque no avale la denominación.
Decurnex dijo desconocer si algunos nombres de hinchas violentos están en la lista negra de la AUF, aunque sí dejó claro que el club -sobre todo con la iniciativa de la Fundación Nacional- busca promover valores de vida saludable, convivencia y respeto, en procura de alejar a la violencia del fútbol.
En la entrevista de 45 minutos, en su oficina de la sede de Nacional, este ingeniero en computación dejó en evidencia su sentido empresarial y de buen gestor. Dijo ocho veces la palabra "estructural", dos veces "estructura", una vez "estructurar", otra "estructuralmente", así como también "estructurada" y "reestructuración". Él pretende liderar una comisión directiva que balancee las cuentas y el presupuesto del club, que promueva juveniles, los potencie y los negocie mejor al exterior, que consiga un Uruguayo cuanto antes y que la sociedad toda se beneficie de las acciones de responsabilidad empresarial de la Fundación Nacional.
Ganar por primera vez un clásico en "la cancha de Peñarol", sostiene, sería "anecdótico". "Lo importante es ganar los tres puntos, es lo que queremos todos y lo que necesitamos".
-Ingeniero en computación, exgerente general de IBM, ¿en algún momento se imaginó llegar a ser el presidente de Nacional?
-Siempre lo tuve en mi cabeza. Vengo de una familia muy nacionalófila, mi tío Ignacio Rospide, "El Gaucho", es una persona muy vinculada a Nacional de toda su vida. Recuerdo haber ido mucho con él a seguir aquel equipo del 70 y del 71. Él era muy amigo de Víctor Espárrago, del "Cacho" Blanco, de (Luis) Artime, de Ildo Maneiro, íbamos mucho al estadio y a Los Céspedes, y a partir de ahí seguí mucho a Nacional toda mi vida. Siempre tuve la inquietud de, algún día, llegar a presidir el club.
-A contrapelo del niño o jovencito que quiere llegar a jugar en el equipo de sus amores, usted quería presidirlo...
-Sí... Yo jugué muchos años en Nacional Universitario, después por trabajo estuve muchos años fuera, me fui en el 97 y estuve hasta 2003 en el exterior. Pero siempre quise ser presidente, no me preguntes por qué. Siempre pensé que estaría bueno poder aportarle al club de acuerdo a mi conocimiento y mi experiencia, y me parece que el club necesita de gente que le dedique tiempo y le ponga el hombre, porque al final este es un trabajo honorario, por la camiseta, y está bueno que la gente quiera al club se comprometa, porque entre todos podemos construir un Nacional más grande.
-Y si este es un trabajo honorario, ¿cómo genera ingresos propios?
-Yo me fui de IBM en 2016, empresa para la cual trabajé 30 años. Tomé la decisión de irme porque mi familia estaba acá y yo estaba trabajando en San Pablo. Yo ya había participado de una directiva en 2013, ahí me tuve que ir a vivir a San Pablo por trabajo, entonces ahí empecé a proyectar. Yo tengo inversiones acá, soy socio de algunas empresas, participo de algunos directorios, inclusive tengo dos o tres directorios fuera del Uruguay, y ahora se me complica un poco... Nacional me lleva el día entero, me levanto muy temprano para hacer cosas personales, porque después Nacional me lleva casi todo el día.
-En su foto de Whatsapp hay un equipo de Nacional posando para los fotógrafos, y me pareció verlo como un joven arquero, todavía morocho. ¿Cuándo fue eso?
-Soy el arquero, sí. Jugué en Nacional Universitario (de la Liga Universitaria) desde el 85 hasta el 97, cuando me fui del país. Es un muy lindo recuerdo. Fueron 13 años, y sigo muy vinculado, es un equipo que tiene una tradición muy linda en la Liga Universitaria. Es el equipo más ganador de la historia de la Liga. De esa generación de la foto de Whastapp (debe ser el 94 o 95) hay jugadores de esa foto que hoy tienen a hijos suyos jugando en el Sub 16 de Nacional. En inferiores de Nacional nunca me probé... Nosotros venimos de una familia con tradición en Cerro Largo, me dediqué a estudiar y en casa siempre estuvo claro que había que dedicarse a los libros, y en aquella época el fútbol no era el de hoy, que mueve mucho más dinero.
-Pero la ilusión estaba, porque cuando se tiró como candidato le dijo a El Observador que cuando empezó a salir con quien hoy es su esposa, ella debía tener claro que no se negociaba jugar con Nacional en la Liga Universitaria y que algún día podía llegar a ser presidente del club...
-Sí, ya tenía esa ilusión, desde chico la tuve. Cuando me ennovié con Alejandra, mi actual esposa, ya le dije que la Liga con Nacional Universitario era sagrada, y que algún día quizás llegaría a ser presidente. Al jugar lo hacía con seriedad, me acostaba los sábados temprano para jugar los domingos. Tenía su exigencia.
"Cuando me ennovié con Alejandra, mi actual esposa, le dije que la Liga con Nacional Universitario era sagrada, y que algún día quizás llegaría a ser presidente. Esa ilusión la tuve desde chico"
-Lleva menos de cinco meses de mandato. ¿La tarea era la que imaginaba o superó su imaginación?
-En realidad la situación es similar a la que yo imaginaba. Estos son clubes muy presidencialistas, muchos acuden al presidente por distintas razones y de distintos ángulos del club. Me sorprendió el nivel de problemas o de temas con carácter de urgencia que te llevan a la mesa, lo que a veces que le quites foco a lo estratégico y lo importante. En la actividad privada eso también te pasa, pero acá está como en el límite de lo que uno puede maniobrar para después dedicarle tiempo a lo que vos crees que es estructural. Igual creo que ha sido bueno haber delegado entre los dirigentes algunas de las tareas más urgentes, entonces yo como que ahora ya me siento más con el foco en lo estructural y en lo importante.
-¿Qué se propuso cuando asumió el 1° de enero? ¿Cuáles fueron sus principales objetivos?
-Hay cuatro pilares, que fueron los pilares de la campaña. El primer objetivo era balancear el presupuesto y estructurar la economía del club, proyectando un presupuesto a los próximos tres años, que sea viable y haga sentido para los ingresos genuinos del club.
El segundo tema, que al ser Nacional es de primordial importancia, es el aspecto deportivo. Y ahí es trabajar en un proceso estructural de apostar a las formativas, los juveniles, que son el verdadero activo del club. Ese es el verdadero proceso o proyecto que nosotros traemos. Mucho se dijo, cuando tomé la decisión de que Eduardo Domínguez no siguiera como técnico, que se había terminado el proceso, y tal vez el proceso ni siquiera había empezado. En realidad, sí había empezado porque ya teníamos algunos chicos en el plantel principal, pero lo que nosotros estructuralmente queremos hacer es que Nacional, en estos tres años, potencie de manera superlativa lo que es la formación del deportista y haga que el jugador que salga de Nacional valga más de lo que vale hoy. ¿Por qué? Porque creo que es la única forma de disfrutar de los chicos y lograr cosas que no se pueden lograr en el fútbol uruguayo a base de dinero, con grandes planteles, porque no los podés pagar. Y por otro lado, potenciarlos porque es el verdadero activo: cuando vos (los) vendés, empezás a generar una calesita de venta de jugadores a otro nivel, y resolvés tu problema estructural económico también.
El tercer pilar -creo que estamos en un buen proceso y se han hecho cosas muy buenas- es cambiar la forma de cómo el club comunica, cómo el club se comunica con sus socios, con el mercado, con las distintas empresas. Hemos incorporado profesionales de primer nivel, el caso más notorio es el de Martín Sarthou, que es quien maneja las comunicaciones en Nacional hoy. Eso es algo más de mediano plazo, porque tenés que reposicionar el nombre, internacionalizarlo, hemos hecho cambios comunicacionales enormes, hemos cuadriplicado las interacciones con Nacional en las distintas redes sociales, ahora anunciamos Nacional TV. O sea, hay un Nacional distinto que va a evolucionar y que eso al final redunda en ingresos genuinos y en tratar de conseguir sponsors y contratos que si te quedás solo con el mercado uruguayo no los conseguís.
Y el cuarto pilar es la creación de la Fundación Nacional, en la que ya estamos trabajando, viendo toda la parte estatutaria. Es básicamente el compromiso social del Club Nacional de Fútbol a través de una fundación. Nosotros lo hacíamos a través de una comisión de responsabilidad social que teníamos, y toda esa gente que además trabaja de manera honoraria y espectacular, la incorporamos a la fundación y la idea es que se haga en forma estructurada dentro de una fundación, y que podamos tener un mayor impacto.
-¿Cortar el tricampeonato de Peñarol es uno de ellos, en lo deportivo?
-Sí, claro, sin dudas. Lo declaré desde el día uno. Para la realidad de Nacional hoy, si bien armamos un plantel muy bueno y muy competitivo, éramos conscientes de lo que significa competir internacionalmente. Nuestro objetivo número uno es ganar el Campeonato Uruguayo, Nacional está muy en carrera para poderlo hacer, y obviamente competir como Nacional merece en las copas internacionales. Es una tarea más compleja porque estás compitiendo contra equipos que tienen otro nivel de ingresos y presupuesto. Ganamos una Supercopa, el primer torneo nacional del año, clasificamos de fase en la Libertadores a falta de un partido por jugar, no arrancamos bien el Torneo Apertura, lo que me llevó a tomar una decisión que nadie quería tomar, pero bueno, ahora la cosa se encauzó. Hoy estamos a falta de cuatro finales para tratar de acortar distancia con los que van arriba para llegar al Intermedio y al Clausura con una posibilidad cierta de salir campeones.
-Analizando en retrospectiva, ¿cree que se equivocó en contratar a Eduardo Domínguez? ¿Hay alguna autocrítica?
-No, no creo que nos hayamos equivocado, o me haya equivocado. Creo que Eduardo y su cuerpo técnico son un grupo de profesionales de primer nivel. Tal vez sí fue un cambio muy abrupto, con una concepción bastante distinta a la que estamos acostumbrados en Uruguay. Lo que tiendo a pensar siempre es cómo uno aprende de eventuales errores que uno pueda cometer. El error tal vez fue apurar mucho un cambio de estructura deportiva en Nacional, querer hacer muchas cosas de una vez, en poco tiempo, y de repente nos tendríamos que haber refugiado en alguien de la casa. Por eso fuimos a Álvaro Gutiérrez enseguida, porque anteriormente era el otro candidato, era uno u otro. Creemos que en esencia tiene las características para el proyecto estructural de cambios, de formativas, que nosotros queremos. En esencia los dos tienen lo mismo.
"No creo que nos hayamos equivocado trayendo a Eduardo Domínguez. El error tal vez fue apurar un cambio de estructura deportiva en Nacional, querer hacer muchas cosas de una vez, y quizás nos tendríamos que haber refugiado en alguien de la casa como Gutiérrez"
-¿Qué le ha dado al equipo Álvaro Gutiérrez?
-Creo que le ha dado un conocimiento más profundo del club. La gente me dice "más conocimiento del fútbol uruguayo", pero ese no es un tema que haya sido la diferencia con Eduardo. Creo que tiene un conocimiento más profundo del club. Y eso a veces que ciertas decisiones te sean más sencillas y que vos puedas conectarte más rápidamente con la realidad de Nacional. Álvaro ya había sido jugador y salió campeón, fue técnico y salió campeón, obviamente cruzó el puente mucho más rápidamente.
-Tras el partido contra Fénix usted explotó. Dijo: "Lo de hoy ya se pasó de la raya. Si acá quieren que salga campeón un equipo, que lo digan de una vez y nos dedicamos a otra cosa. Nacional está recusando a todo el Colegio de Árbitros, no hay ningún juez que nos dé garantías". Han pasado algunas semanas de éstas declaraciones. ¿Cree que se equivocó, o sigue pensando lo que dijo?
-Tal vez en las pulsaciones del final del partido generalicé con algunas de estas frases, y no fue lo mejor. Tal vez tendría que haber sido mucho más medido. Quizás me ganó el hincha, un poquito... Fue un partido muy particular, con claros errores (arbitrales). Pero lo que yo sí creo -y lo hablé el otro día con los árbitros- es que nosotros como dirigentes del fútbol tenemos que velar por una reestructuración profunda del fútbol uruguayo. Y en el tema arbitral, creo que le tenemos que dar a los árbitros en Uruguay todas las cosas que necesitan para poder ser mejores profesionales: desde la ropa, el lugar donde entrenan, la tecnología del VAR, la tecnología alrededor de la pelota, para que sean profesionales.
-¿No deberían arbitrar bien sin el VAR, como fue siempre?
-Está bien, pero hoy el mundo del fútbol cambió, no es el mismo de cuando yo era chico, cuando no existían las redes sociales, y no se movía el dinero que se mueve hoy. Hoy es más pasional, pero por otro lado hoy se mueve mucho dinero. Entonces, un gol mal cobrado, un gol no cobrado, un offside en el último minuto te pueden definir millones de dólares. Ha pasado que una selección quedó afuera de un Mundial por goles que no fueron. Fijate el Manchester City-Burnley de hace un par de semanas, donde el juez tiene el reloj con la tecnología, y hubo dos jugadas idénticas a favor del City donde una fue gol y otra la sacaron en línea. Si esa pelota no le cobran gol, el City quizás no hubiera ganado ese partido. Y hubiera perdido la Liga. ¡Y hay fortunas atrás del fútbol!
-O sea, sería partidario de que la tecnología del VAR llegue al fútbol uruguayo...
-100%. La tecnología ha llegado a todas las industrias del mundo, no tiene sentido que no llegue al fútbol, cuando además está en todos los otros deportes hace muchos años.
-No fueron pocos los que señalaron que el exabrupto de la agrupación Guardianes de Nacional en la AUF, con su insulto a Darío Ubríaco y la amenaza a los jueces, comenzó, en realidad, con sus declaraciones respecto a los jueces. ¿Hubo algo de eso?
-Yo no estoy de acuerdo con eso. Fue una de las diferencias que tuve en la charla con los árbitros, porque ellos habían dicho eso. Al final fue una charla buena y constructiva, porque al final todos tenemos que trabajar en aras de mejorar el fútbol. Particularmente, Guardianes ya había citado un mes y medio antes, el 14 de marzo, una convocatoria para hacer lo mismo que hicieron el día que fueron a la AUF. En ese momento, no lo hicieron porque querían llegar a un grupo de 50 personas, no llegaron, entonces desistieron. Pero lo hicieron ese viernes en algo totalmente desconectado de lo que yo dije. Ellos venían con ese malestar con los jueces de hacía un buen tiempo. Capaz que lo que los motivó a hacer eso fue directamente lo que pasó en el Capurro, no mis declaraciones. Incluso, la convocatoria entre ellos venía de hacía dos semanas antes. Es más, nosotros habíamos avisado a la AUF, la misma Inteligencia avisó a la Policía para saber dónde se juntaban y avisó a la AUF. Entonces Nacional dijo en un comunicado que se trataba de un grupo de hinchas de Nacional (algunos socios), pero que no representan a la institución, ni tienen vínculo formal con la institución y tampoco representan a la forma en cómo Nacional procede ante estos casos.
-¿Ve con buenos ojos la asunción de Ignacio Alonso en la AUF?
-Sí, muy buenos. Yo creo que Ignacio trae un conocimiento de la Asociación por su pasado en la misma, y trae también un proyecto de AUF distinta, que me entusiasma y que nos entusiasma a nosotros en Nacional. Él va a poner encima de la mesa todos estos temas que estamos conversando, temas que tienen que ver con lo estructural de la AUF en los distintos estamentos, temas como la televisación, uno de los grandes ingresos que tiene el fútbol en el mundo, y nosotros tenemos que sentarnos a discutir porque si no será un fútbol cada vez menos viable, temas de funcionamiento, temas de selección. Yo me siento identificado con el proyecto que nos presentó.
-Le costó mucho aceptar ir al Campeón del Siglo a jugar el clásico. En su momento se enojó con su par Jorge Barrera porque no consultó a Nacional y avanzó en pos de su localía con el Ministerio del Interior... ¿Por qué deberían haber actuado en conjunto?
-Yo ni me enojé ni me costó jugar en la cancha de Peñarol. El problema es cuando a un club, en este caso Nacional, le tratan de imponer un accionar que no le corresponde. Cuando sucede la reunión de Jorge Barrera con el subsecretario (del Ministerio del Interior, Jorge Vázquez) y él dice que el ministerio le había dado el aval para poder jugar el partido, a mí me pareció bien y se lo dije a Jorge, porque él es el local, Nacional no tiene nada que ver en este tema. Nosotros jugamos a donde nos digan que tenemos que ir, de hecho de los 10 partidos del Apertura, seis los jugamos fuera del Gran Parque Central. Nos presentamos con (Alejandro) Balbi, el ministro y el subsecretario simplemente para manifestarle dos cosas. La primera era que lo que Nacional pedía era que tuvieran todas las garantías dadas para que la gente pudiera llegar al estadio. Y segundo, que de jugarse el Apertura en la cancha de Peñarol se jugara el Clausura en la cancha de Nacional. Esos fueron los únicos temas que nosotros le dijimos.
-Pero hubo un cortocircuito ahí entre los dos presidentes de los grandes. ¿No le molestó que él se cortara solo?
-No, no... A mí me preguntaron en un momento si yo lo hubiera hecho así y yo respondí que no. Yo no lo hubiera hecho así porque a sabiendas de todas las implicancias que eso tenía, creo que hubiera sido bueno que estuviéramos los tres en esa primera reunión. Para que haya un compromiso de que si ahora era local Peñarol en su cancha, después lo hiciera Nacional en el Clausura. Y sobre todo porque iban a haber un montón de temas a resolver, desde el punto de vista de seguridad, del traslado, entonces que todos entendiéramos la dimensión del tema. Lo que yo sí no estoy de acuerdo y lo dije claramente: que Nacional se tuviera que hacer cargo de la seguridad de los hinchas de Nacional en el traslado a la cancha de ellos.
-¿Por qué le cuesta llamar por su nombre al estadio de Peñarol? Se llama Campeón del Siglo.
-No, no, no... No me cuesta decir... no me cuesta decir Campeón del Siglo, digo cancha de Peñarol como también te dije cancha de Nacional, es una forma de referirme.
"No me cuesta decir Campeón del Siglo, digo cancha de Peñarol como también te dije cancha de Nacional, es una forma de referirme. No convalido el nombre, pero no quiere decir que no lo diga. No me molesta decir Campeón del Siglo para nada"
-¿Entonces lo voy a escuchar en próximas declaraciones decir "Campeón del Siglo" al referirse al estadio de Peñarol?
-Sí, puede ser, sí. No convalido el nombre, pero no quiere decir que no lo diga. No me cambia nada. No me molesta decir Campeón del Siglo para nada.
-El clásico se jugará ahí. Usted, en su fuero íntimo, ¿creía que no debía jugarse ahí, que no estaban dadas las garantías o que Uruguay no está preparado para los clásicos en la canchas de cada uno?
-Yo espero que prime la cordura. Creo que va a salir bien, porque creo que el ministerio ha tomado los recaudos. Si le viéramos algo negativo, ya sea en la cancha de Peñarol como en la cancha de Nacional, es que el visitante va a tener muy poco público. Y es un partido que todos estamos esperando, que tanto una hinchada como la otra lo quiere ir a ver, y al final vas a terminar con 2.000 hinchas visitantes en un lado y en el otro. Si hay que buscarle un aspecto negativo, me parece que es ese. En cuanto a si estamos preparados o no, por la seguridad, creo que es el ministerio el que lo tiene que decir. Espero que como sociedad demostremos que podemos enfrentar esta realidad. Yo creo en el ser local, para mí cuando uno habla de deportividad, una de las cosas que vos tenés es poder ejercer la localía, que hasta ahora no lo podíamos ejercer y jugábamos en el Centenario. Me preguntaron antes si estaba de acuerdo con ir a jugar al Parque Capurro (contra Fénix) y dije que me parecía bien que Fénix quisiera jugar ahí y que priorizaran lo deportivo a lo económico, porque es de las pocas cosas en el mundo del fútbol donde vos podés ejercer cierta diferencia.
-¿Se da cuenta que en caso de ganar el domingo en el Campeón del Siglo, será histórico para su club?
-Te soy muy honesto, y de alguna manera convalido la opinión de Álvaro Gutiérrez el otro día: para mí es ganar los tres puntos, no importa mucho donde lo juegues (al clásico). Ganar ahí es anecdótico. Claro que me gustaría, como me gustaría ganarle en cualquier lado. Y obviamente será un hito, pero mi cabeza no pasa por ahí, pasa por ir a pelear los tres puntos, porque es lo que todos queremos y lo que necesitamos.
-Hace una semana se supo que un barra de Nacional, Carlos Cazenave, fue imputado por el doble homicidio de otros dos barras de Nacional -"El Rafa" y "El Bebe"- que fueron encontrados incinerados en un camioneta en Tres Ombúes. Otros dos barras, Alan Lorenzo y otro más, dijeron en Fiscalía ser el nexo entre el club y la hinchada y dijeron que cobraban 40.000 pesos por partido, por apaciguar la hinchada. Peñarol también ha tenido hinchas a los que se les pagaba para que cumplan ese rol. ¿Le parece bien pagarle a determinados barrabravas para que cumplan tareas de seguridad en la hinchada?
-Es un tema que está en la Justicia, y Nacional no tiene nada que ver con eso. No tengo mucho más para decir.
-Pero ellos mismos dijeron en Fiscalía que el club les paga...
-Es un tema que está en la Justicia, yo no quiero emitir opinión. Habrán emitido juicios de valor o habrán dicho lo que habrán dicho, pero Nacional no tiene nada que ver con ese caso.
-¿Esos hinchas están en la lista negra de la AUF?
-La verdad que no lo sé.
-Usted no era presidente cuando el crimen de Hernán Fioritto, un hincha de Peñarol, un 28 de setiembre de 2016 en Santa Lucía. La Justicia dejó libres a 15 de los 16 detenidos por ese homicidio. ¿Esas personas están en la lista negra de la AUF o en una de Nacional, al menos?
-No te sabría decir porque no tengo la lista completa. Como tú decís, yo no estaba en ese momento, no tengo los detalles del caso y no lo revisé siendo presidente. No te lo sabría decir.
(NdeR: Apenas cinco minutos después de terminada la entrevista, y con una llamada telefónica mediante, Decurnex confirmó que Nacional -que no tiene lista negra, sino que elimina a socios violentos de su padrón- sí había aportado esos nombres a la AUF y estaban en la lista negra de la Asociación, por lo cual no pueden acudir a espectáculos deportivos).
-¿Qué piensa hacer en su administración para a depurar a los violentos y sacarlos del fútbol?
-Creo que hay varias aristas respecto a ese tema. Una primea arista es lo que estamos haciendo por parte de la Fundación y la responsabilidad social. Es un tema donde vos tenés que tratar de llegar a las bases y empezar a reconstruir. Una de las cosas que hice a las dos semanas de estar en funciones fue presentarme ante el ministro Bonomi y fui a renovar un convenio que tenemos con el programa Pelota al Medio del ministerio. Estamos intensificando la relación con ellos, de hecho la semana pasada hubo una jornada en Los Céspedes con los chicos de Sub 15 para hablar del tema de valores, de la importancia de la educación, y me parece que el mundo del deporte es un lindo ambiente como para poder tener este tipo de discusiones y poder inculcar del lado del fútbol los valores de la vida sana, la educación y la convivencia...
Respecto a los que ya han actuado de forma violenta, ahí hay una lista negra como bien dijiste, una lista que lleva la AUF, donde ya tienen más de 600 nombres. Nacional le dio una serie de nombres, en sus inicios. Nacional ha colaborado activamente en ese sentido, y seguirá colaborando. Algunos de los incidentes como los hinchas que se burlaron de la tragedia de Chapecoense, Nacional sancionó a los socios, como ahora lo de Guardianes, Nacional sancionó a los socios también. Somos muy proactivos en este tema porque no refleja el accionar ni el sentir del club.
-¿Comparte el eslogan que impuso Ricardo Alarcón en su presidencia, aquello de "Cultura Nacional"? ¿Qué viene a ser Cultura Nacional?
-Mirá, yo no vivía en el país, es difícil estando afuera poder calibrar lo que significó. Entiendo que son iniciativas que están buenas porque si son orientadas hacia el lado correcto, me parece que empiezan a generar lo de trabajar en lo estructural y de valores y cambio real de la sociedad. Yo no creo que el hincha de Nacional sea distinto, ni mejor ni peor. Lo que creo -lo que opino yo, no lo digo por el eslogan Cultura Nacional- es que nosotros tenemos que trabajar por un hincha -ya sea de Nacional o de cualquier otro equipo- que diga no a la violencia, no a las drogas, que trabaje basado en los valores de un deporte que es colectivo, de trabajo en equipo, velar porque la familia vuelva a las canchas. Una de las cosas que nos gusta mucho es que vos venís al Parque Central y ves muchas familias. Para mí ese es el fútbol, porque yo lo viví así de chico, cuando no había pulmones, cuando ibas con la camiseta de Nacional, te sentabas al lado de uno con la camiseta de Peñarol y no pasada nada... Se compartía la Amsterdam...
"Yo no creo que el hincha de Nacional sea distinto, ni mejor ni peor. Lo que creo -opino yo, no lo digo por el eslogan Cultura Nacional- es que tenemos que trabajar por un hincha que diga no a la violencia, no a las drogas, que trabaje en los valores de un deporte colectivo, y velar porque la familia vuelva a las canchas"
-Estamos muy lejos de aquellos tiempos...
Estamos lejísimos. Creo que nos hemos alejado de algo que tendríamos que intentar recuperar. Yo entiendo que hoy el mundo es otro, hoy hablábamos de la tecnología y las redes sociales, pero creo que en esencia nuestro rol como dirigente es ese: (hacer ver que) esto es un juego y lo tenemos que disfrutar entre todos, y uno se enojará y otro se alegrará, pero es sólo un partido de fútbol.
-¿Qué tiene que pasar para que cuando termine su mandato, usted se sienta satisfecho de la gestión realizada al final de 2021?
-Básicamente creo que tendrían que pasar tres cosas: tener un club balanceado económicamente, con una estructura robusta interna tanto desde el punto de vista de proceso como de talento y capacidades. La segunda es que tengamos una base estructural en el mundo de formativas aún mejor de la que tenemos hoy, y que Nacional sea un club exportador de talento en serio a los grandes mercados del mundo y que se nos pague por ese talento como se pagan en otros mercados. Y la tercera es que esta iniciativa de Fundación Nacional sea algo que se arraigue profundamente, no sólo dentro del club, sino que la sociedad nos vea como un articulador de cambios. Y que reconozca a esa fundación como algo que está empujando para que el deporte sea otro y el que fútbol vuelva a ser lo que fue.
-¿Le interesa la política partidaria? ¿Con qué partido o precandidato se identifica?
-No mucho, no mucho... Uno siempre analiza las distintas propuestas, pero no soy un tipo de política, nunca estuve en política, no participé ni estuve vinculado a ningún partido. Y no tengo claro ni a quién voy a votar, estoy analizando distintas propuestas.
"Uno siempre analiza las distintas propuestas (políticas), pero no soy un tipo de política, nunca estuve en política, no participé ni estuve vinculado a ningún partido. Y no tengo claro ni a quién voy a votar, estoy analizando las propuestas"
-¿En qué momentos no hay Nacional que valga y apaga su celular y la tele para disfrutar de sus hijos?
-Intento en la noche, después de las 20 o 20.30 tener un espacio para estar en casa. Siempre lo hice así, porque antes en IBM tenía un trabajo muy demandante, y siempre intenté que la noche sea un tiempo para pasarlo en familia. Y si a la noche juega Nacional, me vengo con los chiquilines para el estadio o a donde juguemos. Y después, los fines de semana también, intento generarme un espacio para poder charlar con ellos. Lo que es sagrado para mí es la mañana, me levanto a las 6 a tomar mate y es un lindo momento para charlar con mi mujer.
-¿Es feliz?
-Sí, muy feliz. Estoy contento, feliz con mi familia, contento de estar en Nacional, agradecido a que los socios me hayan permitido estar presidiendo este club que quiero mucho. Espero en estos tres años dejar un granito de arena para que Nacional sea cada vez más grande.
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