Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, se reunieron este miércoles en una mansión conocida como ‘Filoli’, ubicada en la localidad de Woodside, a unos 40 kilómetros del centro de San Francisco.
Antes de comenzar la reunión, Xi aseguró a Biden que el planeta es lo “suficientemente grande” como para que ambos países tengan éxito como potencias. “El éxito de uno supone una oportunidad para el otro”, agregó.
Por otro lado, Biden le dijo que, aunque no siempre han estado de acuerdo, “lo que no es una sorpresa para nadie”, valora sus conversaciones “francas”, “directas” y “útiles”.
“Debemos asegurarnos de que la competencia no se desvía hacia el conflicto. Siempre tendremos que gestionar la competencia de manera responsable. Eso es lo que Estados Unidos desea y lo que tenemos la intención de hacer. También es lo que el mundo espera de nosotros, un intercambio franco”, afirmó el líder estadounidense.
Ante esto, el líder chino respondió: “Darse la espalda no es una opción para dos grandes países como Estados Unidos y China”.
El encuentro comenzó sobre las 11:15 horas (local), con un cordial apretón de manos mientras ambos posaban sonrientes ante las cámaras que buscaban inmortalizar el momento. Biden estaba esperando en las puertas de la mansión a Xi, que llegó montado en un vehículo de color negro.
Después del encuentro, se espera que cada parte saque su propio comunicado con las conclusiones y, además, Biden tiene previsto dar una rueda de prensa.
La previa
Este cara a cara en los márgenes de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, en inglés) fue el primero en un año entre los dos líderes, tras el que mantuvieron durante unas tres horas en noviembre de 2022 en Bali (Indonesia) durante la cumbre del G20.
Los dos líderes no han mantenido ningún tipo de comunicación formal, ni siquiera una llamada telefónica, desde el encuentro en Bali.
Ese encuentro acabó con una nota positiva y fue percibido entonces como un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales después de las tensiones durante el mandato de Donald Trump (2017-2021), cuando ambas naciones se enzarzaron en una guerra comercial con la imposición mutua de aranceles.
Sin embargo, la sintonía duró poco y las relaciones volvieron a agriarse después de que el Gobierno de Biden derribara un supuesto globo “espía” chino que sobrevoló Estados Unidos a principios de año.
Tras ese incidente, hubo meses de desconfianza, pero en junio comenzó una complicada danza diplomática para revitalizar las relaciones bilaterales con el viaje a Pekín de varios miembros del Gobierno estadounidense, incluida la visita en junio del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken.
Además, miembros del Gobierno chino viajaron a EE.UU. en los últimos meses, como el canciller chino, Wang Yi, quien se reunió con Biden a finales de octubre.
Con información de EFE y AFP