Por GERARDO TAGLIAFERRO
Cuando Uruguay y Argentina estaban en pleno conflicto por la instalación de la planta de celulosa de Botnia (hoy UPM), la figura de Joaquín Morales Solá adquirió relevancia en nuestro país porque se convirtió en un agudo comentarista de la situación, frecuentemente requerido por los medios uruguayos. Con una visión crítica -por no decir ácida- del papel que su gobierno desempeñó en aquel entuerto -y en general de todos los papeles que ha desempeñado en todos los entuertos- el periodista y analista político decía aquello que a los uruguayos no gusta tanto escuchar de alguien del otro lado del Plata: que somos más serios, más sensatos, más confiables, que nos admiran por eso, que sienten hasta cierta envidia, etc, etc.
Pasada la ola de Botnia -o de "las papeleras", como se llamaba a aquella novela en territorio argentino- el protagonismo en esta orilla del actual columnista del diario La Nación se desdibujó, pero él continuó haciendo lo que hace desde más de una década atrás en sus tareas "domésticas": oposición al kirchnerismo. Ubicado a uno de los lados en que se divide casi inevitablemente la prensa en el país vecino -pro o anti K- Morales Solá es desde la década del 70 una pluma y una voz tan enjundiosas como polémicas. Curiosamente, pese a su notoria oposición al modelo que gobierna su país en los últimos once años, confiesa en esta nota que cultivó con Néstor Kirchner una relación de cercanía que le permitió conocer, de propia boca del fallecido ex presidente, algunos entretelones de sus idas y vueltas con el entonces colega Tabaré Vázquez.
Para hablar sobre nuestras rencillas de hermanos, pero más que nada sobre la realidad argentina, el peronismo, el kirchnerismo y la oposición, el futuro de su país, la corrupción, el Papa o el papel de la prensa argentina en el pasado reciente entre otros temas, cruzamos el río y nos instalamos en un amplio apartamento de un edificio señorial de la calle Florida, frente a la Plaza San Martín, donde la popular arteria bonaerense deja de ser peatonal.
El encuentro se dio pocas horas después del más grande paro general que el movimiento sindical argentino -aliado histórico del peronismo- le propinó a los K. En una pequeña sala tapizada de libros -sin duda su lugar de trabajo- Morales Solá fumó un cigarrillo y conversó largo y tendido en un tono monocorde y pausado, pero decidido. Aquí va parte de un "Manual del opositor argentino".
1) Acaba de realizarse un paro general contra el gobierno de Cristina Fernández, que aparentemente fue un éxito. ¿Qué está diciendo ese paro?
Como en su momento fueron los cacerolazos, en este momento había un deseo de la sociedad de manifestar cierta crítica hacia el gobierno. Y se expresó en este paro, el más importante que le hayan hecho a cualquier Kirchner y yo diría que habría que medirlo con cualquier paro que se le haya hecho a un peronista. No recuerdo otro tan masivo como éste. Paró la clase media, la clase media baja, los trabajadores, los sectores más pobres, pararon todos.
2) Fue masivo también en el sentido de que fue policlasista.
Sin duda. Hubo algunos piquetes promovidos por sectores sindicales y políticos de izquierda pero que no afectaron la circulación. Cortaron por ejemplo la Panamericana, que es la ruta más importante de acceso a la capital, pero no las laterales, y ellos mismos reconocieron que en realidad cortaron pero no venía nadie en la ruta. Lo digo porque esto le dio argumentos al gobierno para decir que no hubo paro sino que la gente no pudo llegar a sus trabajos. No fue así, evidentemente fue un paro importante.
3) ¿Por qué se llegó a esta situación?
No nos olvidemos que los primeros tres meses del año han sido muy malos para la economía, según algunos economistas con una caída de tres puntos en el PBI y con una política oficial que tiende a presionar a los sindicatos para que acuerden aumentos salariales por debajo de la inflación. Esto es nuevo en los diez años de Kirchner, porque siempre había aumentos que eran la inflación más dos o tres puntos, lo que explicaba que un país con 25% de inflación conviviera pacíficamente. Todo esto, más el principal problema que tiene la sociedad argentina según todas las encuestas que es el de la inseguridad.
"La mayoría de la sociedad argentina no es peronista, pero sí hay una mayoría que cree que el único partido que controla el poder es el peronismo" |
4) ¿El problema de la inseguridad estuvo presente en el paro?
Ni los convocantes hablaron de eso ni nadie lo hizo, pero evidentemente en el clima preexistente pesó mucho.
5) La CGT ha sido tradicionalmente el brazo sindical del peronismo. ¿Qué es lo que pasa ahora? ¿Hay una disconformidad con el gobierno que se traduce solo en lo reivindicativo o se trata de una puja política?
Por supuesto que hay un tema político: lo que pasó en octubre pasado después de las elecciones legislativas perdidas por el gobierno es que la presidenta tomó nota de que su final es en diciembre de 2015.
6) Y se abre camino a la sucesión.
Esto abre paso a una sucesión, en la que hay dos peronistas muy bien ubicados en las encuestas: (Daniel) Scioli y el actual diputado y ex alcalde de Tigre, Sergio Massa. Los sindicatos empiezan entonces a tomar posiciones dentro de esa interna, que termina siendo una interna electoral. Esto no quiere decir que no existiera ese clima preexistente del que hablaba, la astucia de los dirigentes gremiales fue haber percibido ese clima y, por un lado hacer una demostración de fuerza muy importante y además posicionarse de cara al futuro. Lo que pasó con el paro no es solo una advertencia al actual gobierno sobre el poder sindical, es también una advertencia a cualquiera que venga.
7) ¿Hay hoy una alianza entre el líder de la CGT, Hugo Moyano, y Massa?
No, no, Moyano ha dicho que él va a tomar una decisión a último momento, según las encuestas, entre Scioli y Massa, los dos candidatos peronistas.
8) Parecería que el próximo gobierno argentino no sale de otro lado que del peronismo.
No es tan así, porque el tercero en las preferencias hoy es Mauricio Macri y después está el frente progresista y no peronista, UNEN, que reúne al radicalismo, el socialismo, Elisa Carrió... si uno suma los votos de cada uno de ellos en la interna previa que va a haber, obligatoria, están en condiciones de competir si se aglutinan tras un candidato. No olvides que el proceso electoral argentino tiene que pasar por las PASO, Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, en agosto del año que viene. Entonces ese frente progresista va a tener un solo candidato y hoy parece imposible una alianza entre Scioli y Massa, pero vamos a ver cuando se acerquen las elecciones qué pasa entre ellos.
9) ¿Y qué posibilidades tiene Macri?
Hay una propuesta de Elisa Carrió para sumar a Macri a UNEN. Hoy el que está en mejores condiciones es el peronismo, sin duda, pero no descarto que esa perspectiva cambie. Empieza a aparecer en la sociedad argentina cierta fatiga con el peronismo.
10) ¿Cómo se explica que bajo el paraguas del peronismo siga confluyendo tanta línea política distinta?
Es difícil hasta para los argentinos entender al peronismo. En 25 de los últimos casi 31 años que tenemos de democracia gobernó el peronismo y la verdad que el resultado no es bueno. ¿Cómo se explica esto? Se explica porque la mayoría de la sociedad argentina no es peronista, pero sí hay una mayoría que cree que el único partido que controla el poder es el peronismo.
11) ¿Y esa percepción es correcta?
Acá estuvo Alfonsín que terminó muy mal, se tuvo que ir seis meses antes, después De la Rúa se tuvo que ir dos años antes. Los dos en medio de grandes crisis económicas: Alfonsín con hiperinflación y De la Rúa al borde del default, que lo terminó haciendo el peronismo. Entonces, más allá de la justicia o no de ese balance, lo cierto es que es eso lo que percibe la sociedad.
"No creo que la presidenta esté personalmente involucrada (en casos de corrupción), pero sí hay suficientes causas judiciales sobre los manejos de la época de su esposo" |
12) Los dos enfrentaron coyunturas muy difíciles.
Por cierto, Alfonsín heredó todo lo que dejó la dictadura, incluso un país en default porque Argentina ya estaba así después de la guerra de Las Malvinas declarada por los militares. De la Rúa tenía las peores condiciones que un presidente argentino podía tener en ese momento: todas las asignaturas que le dejó Menem, una deuda que no la podía pagar ningún gobierno en ese momento, más allá de cómo se hizo el default, una gran regresión en cuanto a la igualdad social, todas las variables que jugaron después a favor, en ese momento estaban en contra. Todo eso se puede comprender, pero la sociedad no entra nunca en estos detalles.
13) ¿Cuál fue la síntesis que hizo la sociedad de ambos procesos?
Lo que vio la sociedad es que dos presidentes no peronistas llegaron y tuvieron que salir muy mal, y ve un peronismo que -por la razón que sea- controla el Senado y controla los sindicatos, lo que le permite mostrar que controla el poder. Alfonsín y De la Rúa tuvieron problemas desde el inicio con el Senado y los sindicatos. Los Kirchner no tuvieron ni tienen ahora problemas con el Senado, y con los sindicatos recién los tienen ahora, más de once años después.
14) ¿Hoy el grado de corrupción en la Argentina es importante?
Es muy importante. Ya en los años 80 se creó una escuela -para mí falsa- que sostenía que la política es impracticable sin dinero. Esto fue una convicción, no de Alfonsín pero sí de algunos sectores de su partido y de algunos sectores del peronismo. A partir de ahí, lo que siguió fueron gobiernos corruptos: Menem, Kirchner... no sé si la presidenta Kirchner, creo que ella personalmente no ha estado involucrada, pero sí hay suficientes causas judiciales previas sobre los manejos que se hacían en la época de su esposo, y de funcionarios que fueron designados por su esposo. A esto se suma que la presidenta eligió por su cuenta, sin consultar con nadie, a su vicepresidente Amado Boudou, que también está comprometido en una causa judicial por tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito.
15) Los problemas no son sólo económicos.
La Argentina tiene una deuda con la moral pública y yo creo que no son los problemas económicos los más difíciles de resolver, porque hoy el país es más rico que hace diez años, no por obra de los Kirchner sino de la economía internacional y de la naturaleza.
16) ¿Qué querés decir con esto?
Vaca Muerta no existía hace diez años y hoy es la segunda reserva mundial de gas y la cuarta de petróleo no convencional, la soja cuesta hoy tres veces más de lo que costaba hace diez años. O sea que el económico no es el gran problema, el problema son las prácticas corruptas, restaurar la moral pública y el orden público, restablecer cierta disciplina laboral... cambiar culturalmente a la sociedad argentina.
17) Da la impresión que nada de esto empezó con los Kirchner.
No, no empezó con los Kirchner, pero ellos no lo resolvieron. Empezó con el gran colapso del 2001: para una sociedad que le confiscaron los depósitos, que quedó aislada del mundo por el default, salir a la calle, protestar, le era justificado, pero ya han pasado 13 años y nadie ha hecho nada por resolverlo o por encauzar a la sociedad argentina en los parámetros civilizados.
18) Hace unos meses el presidente uruguayo dijo una frase creyendo que nadie lo escuchaba y lo escuchó todo el mundo: "esta vieja es peor que el tuerto", en referencia a la presidenta argentina y a su difunto marido. La interpretación que se le dio en Uruguay fue que Mujica estaba diciendo que era más fácil negociar con Néstor que con Cristina porque ella es bastante más irracional. ¿Es así?
A ver... el presidente Mujica tiene un gran poder de síntesis. Lo dice a veces de una manera que puede ofender a otros presidentes, pero la síntesis es real. Muchos argentinos lo viven así, porque la diferencia sustancial entre Néstor Kirchner y Cristina es, en primer lugar, que Néstor fue el creador del poder los Kirchner y lo hizo desde una provincia de las más insignificantes del país. Esto significa un esfuerzo de construcción de poder como nunca se ha visto, y que tal vez le costó la vida. Esto le llevó a ser un político más práctico que ideológico, colocaba el pragmatismo sobre cualquier ideología. Yo conversé mucho con Néstor Kirchner y creo que él no sentía simpatía por Moyano, sin embargo nunca dejó de hablar con él.
19) Cristina es menos pragmática, decís.
Cristina nunca llamó a una conversación a solas a Moyano. Esta es la diferencia: ella es más ideologizada, quizás porque en la construcción del poder estuvo él y ella no pasó por ese aprendizaje. Eso produce una imagen de terquedad que es cierta por otra parte, hasta que choca contra la pared, porque en los últimos tiempos evidentemente ha hecho cosas que uno imaginaba que nunca iba a hacer.
"El presidente Mujica tiene un gran poder de síntesis" (en relación a su frase "esta vieja es peor que el tuerto") |
20) ¿Por ejemplo?
Ella dijo no hace mucho que si alguien quería la devaluación iba a tener que esperar que eligieran otro gobierno. Sin embargo en enero devaluó. Que si querían que el gobierno golpeara las puertas del Fondo Monetario iban a tener que elegir a otro, sin embargo hace unas semanas estuvo el ministro de Economía (Axel) Kicillof en el Fondo Monetario Internacional. Es decir, cuando se le coloca una pared adelante deja de lado la ideología, pero para eso tiene que chocar contra la pared. Néstor Kirchner veía la pared y cambiaba el rumbo.
21) Decías recién que conversaste mucho con Néstor Kirchner. ¿En algún momento estuvo presente en esas conversaciones el conflicto con Uruguay por las papeleras?
Sí, la única respuesta que tenía a eso era que había sido engañado -no recuerdo bien el término pero ese era el sentido- por el presidente Tabaré (Vázquez).
22) ¿Engañado en qué?
Cuando Tabaré era candidato a presidente lo había visto y le había dicho que ese (la instalación de las papeleras) era un regalo envenenado que recibía, que tenían que trabajar juntos los dos gobiernos para que eso se modificara, y después cuando asumió la presidencia se envolvió en la bandera de las papeleras. Este era más o menos el sentido de su malestar. Él también tenía un discurso en público y otro en privado. En privado aceptaba que las relaciones internacionales de un país no las podía manejar una asamblea en Gualeguaychú, sobre todo una relación estratégica como yo creo que es la que debe tener la Argentina con Uruguay. Ahora, después iba a Gualeguaychú y era él quien se envolvía en la bandera de los asambleístas. Me parece que ahí hubo una especie de desencanto de Kirchner con Tabaré, por un lado, y por otro lado ese populismo que le salía.
23) ¿Está cuestionada la libertad de prensa hoy en Argentina?
Creo que la elección de octubre pasado fue muy importante porque le mostró al gobierno sus límites para avanzar sobre muchas instituciones. Entre otras la prensa y el poder judicial, que eran los dos grandes objetivos del gobierno si llegaba a ganar esa elección. Han pasado diez años muy complicados y creo que todavía hay algunos riesgos. Ellos no entienden otro sistema de prensa que sea distinto al que existía y existe en Santa Cruz, donde todos los medios pertenecen a amigos del poder, entonces dicen lo que el poder quiere. Se encontraron que había diarios como La Nación, Clarín, canales como el 13 o TN, radio Mitre... y no les gustó. Entonces lo que hicieron fue dividir casi inhumanamente al periodismo porque hay amigos que estamos de un bando y de otro.
24) ¿Esto no fue tradicionalmente así en Argentina?
No. En otras épocas el periodismo de centro, de izquierda y de derecha se mantenía unido frente al poder. Lo que hicieron ellos fue dividir al periodismo.
25) A los uruguayos nos llama la atención la polarización de los medios. Uno ya sabe en qué medio argentino van a hablar a favor o en contra de cualquier cosa que haga el gobierno.
Yo tengo un programa de televisión y escribo columnas. Para las columnas me encuentro a veces clandestinamente con funcionarios para chequear información, pero en la televisión no puedo porque la presidenta dio orden de que ningún funcionario vaya a TN, con lo cual es imposible hacer un programa mínimamente equilibrado. Por otro lado, en los canales que ellos controlan no quieren saber nada con los opositores, solo van los funcionarios. Hay una perversión de cualquier concepción sana del periodismo: en ciertos canales están solamente los oficialistas y en otros solamente los opositores. Esta es una decisión de la presidenta Cristina Kirchner, con Néstor esto no pasaba.
26) ¿Has tenido problemas personales por tus críticas al gobierno?
Hay un seguimiento importante de parte de la SIDE -los servicios de inteligencia- hacia parte de los periodistas. A muchos nos ha pasado que a los lugares donde vamos frecuentemente siempre haya un grupo tirando un insulto o algo así. No agresión física, sino verbal. Ese seguimiento está, la calumnia, la descalificación también.
27) Se ha dicho que estuviste involucrado con la dictadura.
Sí, con una foto del año 1975 cuando no había dictadura, en la que yo aparezco con un fotógrafo cubriendo un acto militar bajo el gobierno de Isabel Perón. Borraron al fotógrafo de la foto y me pusieron a mí al lado de un general, editaron la foto. Esto yo lo llevé a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, estuve en noviembre pasado en una audiencia formal por este caso. El tema de la revisión de las violaciones a los derechos humanos, que los Kirchner retomaron después del paréntesis de los 90, después lo convirtieron en una herramienta de descalificación gratuita de cualquiera.
28) ¿Los grandes medios de comunicación argentinos han hecho una autocrítica respecto de su papel frente a la última dictadura?
Los grandes periodistas y editores de aquella época ya no están.
"Cristina es terca hasta que choca contra la pared, porque en los últimos tiempos ha hecho cosas que uno imaginaba que nunca iba a hacer" |
29) Tú eras periodista ya en aquella época.
Yo en el 76 tenía 23, 24 años. Creo que la prensa argentina se debe una autocrítica en cuanto a que pudo hacer más de lo que hizo. También hay que poner las cosas en su contexto: solamente los que hemos vivido bajo una dictadura sabemos lo que significa su peso abrumador, más una dictadura que mataba y hacía desaparecer gente. En general los periodistas grandes que estaban en contra, como Soriano o Gelman, se fueron del país. Acá adentro no se podía estar, las dos cosas no coexistían: el coraje de la denuncia o el enfrentamiento se daba afuera, si no era arriesgar la vida.
30) No me refiero a no enfrentar a una dictadura ya instalada, sino a medios que alentaron o aplaudieron la irrupción de los militares porque supuestamente iban a terminar con la subversión.
Sí, eso también existió, en un contexto donde la mayoría de la sociedad argentina quería poner fin al gobierno de Isabel Perón, esto también es cierto. Había una fuerte presencia de movimientos guerrilleros, el propio gobierno había creado la Triple A, en medio de un caos social y económico terrible. La sociedad argentina quería que alguien pusiera orden. En este tenemos que tener en cuenta que las sociedades aceptan cualquier cosa menos la anarquía. Creo que ahí sí, algunos medios se dejaron llevar por esa sensación social de que alguien tenía que poner orden y no se fijaron que lo que se estaba haciendo era romper un sistema democrático que venía de otra dictadura y que todo iba a terminar muy mal.
31) ¿Esa era tu visión de las cosas en ese momento?
Bueno, yo era un cronista de 24 años, muchas reflexiones no hacía, cumplía con lo que me mandaban los diarios.
32) Lo que sí has reclamado es una autocrítica sobre el papel de los medios en la guerra de Las Malvinas.
Ah sí, sí, de eso no me cabe ninguna duda. Yo fui crítico de eso desde el principio, creo que fue una gran regresión para la Argentina en su derecho sobre Las Malvinas, y creo además que este triunfalismo de la sociedad argentina que hubo al principio de la invasión de las islas, de alguna manera, fue irreflexivo por muchas razones. Se debió reflexionar quiénes lo hacían: un gobierno militar que estaba en decadencia, al que la sociedad argentina ya le había mostrado la puerta de salida.
33) Fue un intento de recuperar el terreno perdido y mantener el poder.
Fue un acto desesperado, que si le hubiera salido bien no sé cuántos años más hubiéramos tenido dictadura en el país. Y por otro lado la Argentina estaba entrando en guerra no solo contra una potencia militar importante como Gran Bretaña sino también contra la OTAN. Apoyar esa aventura siempre me pareció una actitud de la que la sociedad argentina debe hacerse una autocrítica.
34) ¿Cómo ves la realidad uruguaya?
A Uruguay lo veo bien en términos generales. Lo ha ayudado mucho este aislamiento de la Argentina.
"Néstor Kirchner decía que había sido engañado por el presidente Tabaré (Vázquez)" |
35) ¿Por qué?
Porque le ha permitido proyectarse con un gran contraste en cuanto a la seriedad de sus instituciones y el respeto a las reglas de juego. En segundo lugar, reemplazó muchas de las exportaciones que la Argentina se negó a hacer. Es una cosa de locos, pero es así. Creo que el presidente Mujica, que tiene sus críticos internamente, ha logrado colocarse como un referente casi mundial de lo que debe ser un gobernante austero, republicano, sin ninguna otra ambición que cumplir con sus objetivos políticos durante un tiempo determinado y después volver a su casa. Creo que esto también ha ayudado a Uruguay en el mundo. En los últimos 70 años en Argentina el poder estuvo entre peronistas y radicales, como durante mucho más tiempo en Uruguay lo estuvo entre blancos y colorados, hasta que apareció el Frente Amplio, que parecía un paréntesis después del cual todo volvía a la normalidad. Sin embargo no parece que fuera tan fácil que todo vuelva a ser como antes. Y el ejemplo de Uruguay lo están viendo muchos políticos acá, muchos sectores están analizando ese proceso uruguayo, tal vez como un anticipo del futuro argentino.
36) ¿La Alianza no fue eso en algún sentido?
Sí, pero ahí fracasó una cuestión fundamental: no se puede hacer una alianza solo para ganar, sin pensar en el día después. Y ahí las personas eran muy distintas -De la Rúa y "Chacho" Álvarez-, ni siquiera tuvo un programa firme porque no se podían poner de acuerdo. Lo que hicieron muy bien fue catalizar la bronca que los diez años de Menem habían generado, y además la presencia de ese neoperonismo que representaba Álvarez garantiza ese control del poder que reclama la sociedad argentina. Entonces, prepararon todo para ganarle al peronismo pero no se prepararon para gobernar.
37) El presidente Mujica impulsó en Uruguay la regulación del mercado de la marihuana. ¿Sería una medida que aprobarías en tu país?
La Argentina es muy distinta: hay un problema de narcotráfico enorme. Y no me refiero solamente al consumo, que también lo hay. Digo que acá se están instalando narcotraficantes colombianos, mexicanos, peruanos. La frontera norte del país, que es por donde entra la mayor parte de la droga, es una frontera abierta. Se ha hecho habitual en el último año que aparezcan sicarios y maten a un extranjero y en algunos casos argentinos, vinculados con el mundo de las drogas. En ese contexto no se puede plantear una legalización de ninguna droga. Tenemos una realidad hoy en que sería imposible plantearlo en términos de aceptación por parte de la sociedad.
38) ¿Qué Argentina podés proyectar a 20 años?
Las condiciones económicas son de reconstrucción del país. Se puede reconstruir rápidamente y se puede lanzar una Argentina muy distinta a la del liberalismo de mala letra de Menem y del estatismo de peor letra de los Kirchner. La Argentina en los últimos años tomó la decisión de aislarse del mundo. Creo que esto se puede restaurar fácilmente y dar un salto en su progreso.
"(En 1976) La mayoría de la sociedad argentina quería poner fin al gobierno de Isabel Perón" |
39) ¿Qué cambios urgentes deben darse a tu criterio?
Tiene asignaturas importantes: la desigualdad social, por ejemplo. El próximo presidente tiene que romper con esta excepcionalidad ya muy larga, que viene del 2001 hasta ahora. Si el próximo presidente logra reconstruir lazos de unidad de la sociedad argentina que se han roto, si hay un manejo realista de la economía, si se redescubre desde el poder que la democracia no es solo ganar y mandar, sino ganar y consensuar, creo que esto puede mejorar muchísimo. Ahí va a tener que ver un personaje que es el Papa Francisco, que es el gran mentor argentino de esta política más consensual.
40) ¿Puede influir el Papa en eso?
El Papa está influyendo. A todos los interlocutores argentinos que van a verlo les dice: esta Argentina confrontativa no nos sirvió. Empecemos a pensar en una Argentina de diálogo, de consenso, de negociación.
Montevideo Portal / Gerardo Tagliaferro
Fotos: Analía Méndez
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