El economista Javier de Haedo se refirió este miércoles a la política económica que desarrolla el Banco Central del Uruguay (BCU) y en particular su presidente, Diego Labat, con respecto al dólar. También se refirió a otros temas, como los datos de crecimiento económico para el futuro y las perspectivas del déficit fiscal, teniendo en cuenta las políticas gubernamentales que están dispuestas para estos años.
Entrevistado por el programa Primera mañana de radio El Espectador, De Haedo fue consultado sobre el dólar: “¿El dólar? Bien, gracias”, respondió inicialmente. Luego, apuntó que es la herramienta que tuvo el Banco Central para “contener” la inflación y comentó que en otros países la inflación fue de 1, 2 o 3% a entre 10 y 12%; en Uruguay subió apenas del 7 al 10% y la razón, según el economista, fue que el dólar se “atrasó enormemente” con respecto esos otros países.
“La prueba está que, en el año pasado y con números del Banco Central, hubo una caída del tipo de cambio real fuera de la región del 19%, es una cifra extraordinariamente alta. Es una cifra durísima y no tiene fundamento lógico. Es decir, una moneda se puede valorizar por razones reales, de fundamentos. y en parte los hay, pero no para explicar eso. Uruguay es distinto en el barrio, es distinto en la región. A Uruguay lo ven como la mosca blanca en un continente complicado al cual vienen inversiones de países que están cayendo un poco en desgracia y, en ese sentido, es lógico que, con esa entrada de capitales, haya una depreciación de la moneda”, explicó.
En esta línea, dijo que los importadores tienen que comprar con esos dólares y que el propio Estado tiene que comprar dólares para pagar los intereses de las deudas públicas, así como las empresas estatales deben comprar en dólares, por ejemplo, el petróleo. En esta línea, afirmó que normalmente los “movimientos de capitales y los cambios de portafolios” son los que explican este tipo de variaciones.
“La cuenta corriente, en todo caso, está teniendo un déficit moderado. Yo tiendo a pensar que es en la cuenta capital y financiera donde se dan los grandes movimientos que influyen en el tipo de cambio”, explicó.
Luego, fue consultado la gestión de Labat y sus dichos sobre el posible punto de inflexión que puede variar en la cotización del dólar. De Haedo respondió: “No veo dónde está ese punto de inflexión, y la gestión de Labat no la entiendo tampoco porque él semanas antes de fin de año salió a reconocer que el tipo de cambio había caído más de lo esperado, o sea que esperaba que cayera con las medidas que tomaron, pero se les fue la mano y dice que tiene instrumentos para intervenir, pero no los usa”.
“Entonces, ‘me equivoqué, se me fue la mano’, ¿y no corrijo, teniendo instrumentos para hacerlo?”, criticó, y reiteró que no entiende la política de Labat.
Sobre esa condición que pueda hacer un cambio en la tendencia del dólar, el experto aseguró que “debería bajar ya” la tasa de política monetaria la semana que viene, así como las tasas medias de las letras de regulación monetaria, que son las que marcan el camino de los movimientos de la tasa de política monetaria del Banco Central y que “ya se dieron vuelta en las últimas dos semanas”.
“Yo, si siguiera la regla que he visto en los últimos 15 meses de qué pasa con las tasas de las letras y qué pasa con la tasa del Copom [Comité de Política Monetaria], yo esperaría una caída entre cuarto y medio punto. También, por otro lado, trascendió por un pedido de acceso a la información pública que en la última reunión del Copom discreparon los técnicos y el directorio, y el directorio no le llevó el apunte a los técnicos que querían subir medio punto la tasa y solamente la subieron un cuarto. Esperemos que el directorio, que tiene una visión más amplia que los técnicos que están muy enfocados en la inflación, se desligue de nuevo”, indicó.
A continuación, De Haedo afirmó que el actual gobierno intervino directamente en el tipo de cambio (como lo había realizado Mario Bergara cuando dirigió el BCU) y aseguró que forma parte de una de las herramientas que tiene Labat para usar llegado el momento, sin embargo, reconoció que no entiende “cuál es la definición que tiene de ‘llegado el momento”.
“Perdimos la oportunidad de corregir el tipo de cambio cuando en el mundo el dólar subió y el Uruguay tiene un comportamiento asimétrico. Cuando en el mundo baja, en Uruguay baja. Cuando el mundo sube, en Uruguay baja. Perdimos ese momento para hacerlo y ahora no están dadas las condiciones porque no es que el dólar vaya a fortalecerse mucho más”, indicó.
Otros temas
El experto recordó que la última estimación del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en la Rendición de Cuentas es de un crecimiento de 4,8% para 2022 y que entiende que actualmente la cartera está pensando, al igual que otros privados, que el dato terminó superando el 5%, aunque consideró “importante” destacar que hay que hacer un análisis más profundo de esos números porque allí se encontrará con que la mayor parte de ese crecimiento de 2022 fue heredado de 2021.
“De hecho, hay un concepto que es el de arrastre estadístico, que es la diferencia en cómo termina la variable el año y cómo fue en el promedio en el año, y eso fue 3,6 en 2021. O sea que, si en todo 2022 el crecimiento hubiera sido 0, daba 3,6. Es decir, de esos cinco puntos, ese 3,6 es de 2021, no de 2022 y algo parecido pasa con el empleo: si uno ve los números del promedio de 2022 hay 42 mil empleos más que en el promedio de 2021, pero si uno compara diciembre hay 13 mil menos. Entonces, ese aumento que se va a difundir mucho de 42 mil empleos en 2022 fue todo en 2021, nada de eso fue en el 2022”, sostuvo.
Con respecto al déficit fiscal, indicó que si uno ve el dato del año encuentra que se cumplió con la meta y que fue más bajo que el 2021. “Si bien es cierto que el impacto de lo que se llama el ‘gasto covid’, que el Ministerio de Economía desglosa todos los meses, había sido 1,6% en 2021 y fue 0,5% en 2022, o sea que, sacando el efecto covid, hubo un deterioro fiscal y no una mejora”, explicó, y detalló que el mejor punto de las finanzas públicas se dio en el año finalizado en setiembre con un déficit muy bajo de 2,5% del producto.
“Ese debería ser el déficit techo para nosotros y permite tener la deuda estabilizada en términos del producto, pero tanto en octubre como en noviembre y diciembre hubo tres sucesivos deterioros de 0,3% del producto cada mes. Hubo un relanzamiento de la inversión pública, que estaba contenida y hubo un deterioro fiscal de las empresas estatales. Son dos puntos para monitorear seriamente en los próximos meses, espero que haya sido algo transitorio, pero si no es transitorio y es el comienzo de un proceso de deterioro fiscal, va a ser una cosa muy lamentable porque no se va a cumplir la regla fiscal y volveríamos a la cadencia habitual de todos los quinquenios en que los gobiernos ajustan al principio y desajustan al final”, acotó.
Finalmente, señaló que la rebaja de impuestos que anunció el gobierno en el IRPF y en el IASS son datos “relevantes” con respecto al déficit. No obstante, no tiene idea de cuál será el porcentaje que se reducirá.
“El único dato que se ha filtrado es por parte de Gustavo Zubía que hay un conjunto de legisladores de la coalición que le planteó al gobierno una rebaja del 20% en el IASS. Si eso sucediera así y, ocurriera lo mismo con el IRPF, estamos hablando de 0,7% del producto, estamos hablando de unos 500 millones de dólares, que no es moco de pavo y en parte eso sería compensado por el menor gasto covid este año, salvo que tengamos malas noticias en ese frente. También hay que ver cuándo entra en vigor porque puede entrar el 1º de julio o en enero del año que viene”, concluyó.