Dos enemigos de Israel murieron en las últimas horas en ataques similares. Fuad Shukr, considerado el mayor oficial militar de la organización terrorista chiita Hezbolá, fue asesinado en un “bombaredo selectivo” en Beirut, capital del Líbano. Horas después de confirmada su muerte, el líder político del grupo palestino Hamás, Ismail Haniyeh, fue asesinado en Teherán, capital de Irán, en un ataque con misiles.

Sin embargo, hay una diferencia entre ambas muertes. Si bien el ataque a Shukr fue reivindicado por las Fuerzas de Defensa de Israel incluso antes de que se confirmase su muerte, en el caso de Haniyeh, el gobierno israelí aún no se ha pronunciado, ni negando ni confirmando su participación en la operación que terminó con la muerte del jefe político del grupo que domina la Franja de Gaza.

Otra diferencia clave entre ambos ataques es dónde sucedieron. El Líbano ha sido objeto de ataques israelíes en varias ocasiones en su lucha contra Hezbolá, organización terrorista con sede en el país levantino.

Sin embargo, una ofensiva directa en Irán, principal enemigo israelí, es algo que solo se vio en abril cuando el gobierno de Israel ordenó un ataque “limitado” con misiles contra objetivos en territorio iraní, una semana después de que Teherán lanzara más de 300 drones y proyectiles contra Israel. 

En la tarde de este miércoles (hora de Israel), el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu llamó a su gabinete de seguridad a medida que las amenazas de venganza llegan de distintos puntos del mundo árabe, principalmente por la muerte de Haniyeh, según informó The Times of Israel.

Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel, dijo este miércoles: “La operación de esta noche en Beirut ha sido precisa y profesional. No buscamos la guerra, pero nos estamos preparando para todas las posibilidades. Como tal, deben prepararse en consecuencia, mientras nosotros hacemos nuestro trabajo en los niveles superiores”. Sin embargo, Gallant no hizo mención sobre el ataque que terminó con la muerte de Haniyeh.

Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó este miércoles que Washington no tenía constancia de la presencia de Haniyeh en Irán ni está implicado en su muerte. “Es muy difícil especular”, comentó el jefe diplomático del gobierno de Joe Biden en su visita a Singapur, según consigna EFE

Haniyeh estaba en Teherán como uno de los 110 dignatarios extranjeros invitados por el gobierno iraní para participar de la ceremonia de asunción del nuevo presidente del país, Masoud Pezeshkian.

Sobre las 2:00 a. m. (hora de Teherán), un “proyectil guiado desde el aire” impactó en el edificio donde Haniyeh se alojaba, al que Hamás llamó su “casa” en Irán. Murió también su guardaespaldas, según la agencia estatal iraní IRNA. Inmediatamente Hamás catalogó el asesinato de un “ataque sionista” y acusó a Israel de cometer una “grave escalada” en el conflicto.

“Este asesinato no logrará los objetivos de la ocupación y no empujará a Hamás a rendirse”, expresaron desde la organización armada palestina, según CNN.

Aún no se tiene información sobre el misil que impactó contra el lugar donde se alojaba Haniyeh.

El líder de Hamás será enterrado en Doha, capital de Catar; así lo comunicó el grupo palestino. “Las ceremonias fúnebres por el líder mártir del movimiento tendrán lugar en Doha, con la asistencia del público, las facciones y la participación de líderes árabes e islámicos”, expresó el grupo palestino, al tiempo que Irán dictó tres días de luto público, según informó CNN.

Repercusiones

Israel enfrentará consecuencias por parte de Irán a raíz de la muerte de Haniyeh, según advirtió en un comunicado la Guardia Revolucionaria Islámica. “Sin duda, este crimen del régimen sionista se enfrentará a una dura y dolorosa respuesta del poderoso y gran frente de la Resistencia, especialmente del Irán islámico”, señaló el cuerpo armado con sede en Teherán.

Mahmud Abbas, presidente del Estado de Palestina (establecido en Cisjordania), condenó la muerte de Haniyeh, al que llamó “gran líder” del “movimiento Hamás”. Según la agencia palestina WAFA, consideró al ataque “un acto cobarde y un hecho peligroso” e hizo un “llamamiento a las masas y a las fuerzas de nuestro pueblo para que se unan, sean pacientes y firmes frente a la ocupación israelí”.

Mohamed Dahlan, antiguo líder de Fatah —partido político dominante en Cisjordania— en Gaza, condenó el “cobarde” asesinato de Haniyeh, al que llamó un “gran líder nacional”. Además, llamó a fortalecer la unidad nacional palestina, culpó a Estados Unidos por permitir a Israel continuar su guerra con Hamás y clamó por el fin de la guerra.

Considerado, según The Times of Israel, como una figura de unión en la política palestina y posible líder en Gaza luego de la guerra, Dahlan es nacido en la Franja pero fue expulsado de ese territorio luego del golpe de estado perpetrado por Hamás en 2007. Tal como cita el medio israelí, The Wall Street Journal señaló la semana pasada que algunos funcionarios estadounidenses, israelíes y árabes lo mencionan como una “solución temporal al dilema de Gaza luego de la guerra”.

Recep Tayip Erdogan, presidente de Turquía, condenó el “asesinato traicionero” de Haniyeh, lo que catalogó de un “acto despreciable”. El mandatario dijo que “la barbarie sionista no podrá lograr sus objetivos ahora como no lo ha conseguido antes”, según informó CNN.

“Este asesinato es un acto despreciable destinado a desbaratar la Causa Palestina, la gloriosa resistencia de Gaza y la justa lucha de nuestros hermanos palestinos y a desmoralizar e intimidar a los palestinos”, afirmó, agregando que Turquía seguirá apoyando al pueblo palestino con todos sus medios y toda su fuerza.

“Esperemos que, con la postura más firme del mundo islámico y la alianza de la humanidad, el terror infligido por Israel en nuestra geografía, especialmente la opresión y el genocidio en Gaza, llegue a su fin, y nuestra región y nuestro mundo encuentren la paz”, añadió Erdogan, presidente de uno de los países integrantes de la OTAN.

Los gobiernos de Jordania, Catar, Omán, Egipto, Siria, China y Rusia condenaron la muerte de Haniyeh, al igual que los talibanes de Afganistán, que la llamaron “una pérdida significativa para los yihadistas”.