La Justicia
iraní ha condenado a muerte a un preso acusado de participar en las protestas
que sacuden Irán desde mediados de setiembre, en la primera sentencia a la
horca por estas movilizaciones en las que se pide más libertad, informaron este
lunes medios del país persa.
Un hombre sin identificar fue sentenciado ayer domingo por un tribunal de
Teherán a la pena de muerte por “incendiar un edificio gubernamental”.
También se le acusó de “perturbación del orden público, reunión y conspiración
para cometer crímenes contra la seguridad nacional” y por “enemistad con Dios y
corrupción en la tierra”, de acuerdo con la agencia de noticias Mizan,
del Poder Judicial.
Al mismo tiempo, otro tribunal de Teherán condenó a cinco acusados a penas de
cárcel de entre cinco y 10 años por “perturbación del orden público, reunión y
conspiración para cometer crímenes contra la seguridad nacional”.
Todas las sentencias pueden ser apeladas, según Mizan, que no reveló más
detalles acerca de los acusados.
Frente a
esta situación, activistas llamaron a protestar de nuevo los próximos días en
las calles de Irán. El nuevo llamamiento coincide con el aniversario de las
protestas desatadas hace tres años por la subida de los combustibles y en las
que murieron 300 personas en la represión policial, según Amnistía
Internacional.
“Llamamos a los jóvenes de los barrios de Teherán a participar en las calles en
el aniversario del Noviembre Sangriento de 2019. El fin del régimen está
cerca”, afirmó el colectivo de activistas en las redes.
Además de la convocatoria del grupo Jóvenes de los barrios de Teherán, las
redes sociales se llenaron de personas llamando a rememorar esas protestas y se
usaron pegatinas en los portales de Teherán pidiendo a los vecinos que se
manifiesten.
Irán vive protestas desde la muerte el 16 de setiembre de Mahsa Amini, tras ser
detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el
velo islámico.
Las protestas están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de
“mujer, vida, libertad”, lanzan consignas contra el Gobierno y queman velos,
uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable no hace mucho.
Las autoridades judiciales han acusado a más de 2.000 personas de diversos
delitos por su participación en las movilizaciones, en las que se pide el fin
de la República Islámica, muchas de las cuales se enfrentan a penas de muerte.
“La comunidad internacional debe advertir con firmeza a la República de Irán de
las consecuencias de ejecutar a manifestantes. Llamar a sus embajadores e
implementar medidas de derechos humanos más efectivas contra funcionarios son
algunas consecuencias a considerar", señaló en un comunicado la
organización Iran Human Rights.
El número de muertos a manos de las fuerzas de seguridad iraníes en las últimas
semanas asciende a 326, de ellos 43 menores de edad, según el último balance de
la ONG.
Además, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU anunció hoy que celebrará una
sesión especial el 24 de noviembre para debatir "el deterioro de los
derechos humanos e Irán”.
Con base en EFE