El número de muertes por las históricas inundaciones en el sur de Brasil alcanzó el miércoles el centenar, mientras las operaciones de rescate en la castigada ciudad de Porto Alegre fueron suspendidas por nuevas lluvias.
Según Defensa Civil, al menos 100 personas fallecieron, 374 resultaron heridas y 130 están desaparecidas por las crecidas de ríos tras las lluvias torrenciales en el estado de Rio Grande do Sul.
Un millón y medio de personas resultaron afectadas y más de 163.000 dejaron sus casas por este desastre climático, cuya violencia expertos y el gobierno brasileño vinculan al cambio climático.
El río Guaíba, desbordado sobre Porto Alegre, disminuyó más de 20 centímetros desde el martes y marcaba 5,06 metros, pero la situación aún es inestable.
Voluntarios con lanchas y jetskis recorrían desde temprano las calles inundadas para rescatar a gente que seguía atrapada en sus casas, o que simplemente no quiso salir de ellas por temor a saqueos.
Pero cuando el agua apenas bajaba en algunas zonas, la lluvia volvió a caer, lo que interrumpió las evacuaciones.
La alcaldía pidió en redes sociales “que los barcos en operaciones de rescate suspendan temporalmente sus actividades”. Citó, además, “posibles descargas eléctricas y vientos superiores a 80 km/h en las próximas horas”.
En el sur del estado, las inundaciones deben alcanzar “graves proporciones” en los próximos días debido al “colosal” volumen de agua que ha caído en el Guaíba y otros ríos que alimentan la Laguna de los Patos, con salida al Atlántico, alertó el sitio de MetSul.
“El caudal récord equivale a […] lo que podría esperarse en una recurrencia estimada una vez cada 10.000 años”, señaló en una nota.
Las precipitaciones deben seguir, con “aguaceros” de viernes a domingo en la región de Porto Alegre, según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet).
AFP.