Durante las décadas de 1970 y 1980, José Lorenzo Calace fue agente policial y se desempeñó en la Dirección Nacional de Información e Inteligencia. En 1990, ya retirado, publicó mediante la editorial TAE el libro Quince años en el infierno, cuya versión en PDF puede descargarse aquí. Tras la publicación de la obra, Calace se mudó a Suecia.

Entre los numerosos episodios relatados por el exagente, hay uno que incluye a Julio Deal Barrios, narco uruguayo detenido días atrás en Bolivia, y del que dio cuenta el periódico La Diaria.

En su obra, Calace refiere cómo en los años 80 se contactaba con Deal, a quien definió como un “informante” de la Policía que tenía “muchos amigos” en la embajada de Estados Unidos.

En uno de los capítulos, que reproducimos a continuación, Calace narra un episodio protagonizado por Deal y que bien pudo terminar con la muerte de ambos.

Los hechos ocurrieron en la estancia de la familia Deal, en las inmediaciones de la localidad de Solís de Mataojo, Lavalleja.

“Una noche del año 1987 salimos de recorrida por varias boites de Montevideo con el segundo jefe del Dpto. 4. En una de ellas nos encontramos con el informante Julio Deal quien tiene muchos amigos en la embajada de los EEUU. Nos manifestó conocer a un narcotraficante italiano que vivía cerca de la estancia de su padre. Si bien nos pareció una persona medio fantasiosa comenzamos a dar crédito a sus palabras cuando, hablando sobre asuntos vinculados a la droga, demostró tener conocimientos precisos y detallados del tema. Lo invitamos a concurrir a la DII para seguir hablando.

A los tres días fue citado y explicó todo al Comando. Recibí la orden de concurrir a la estancia de Deal junto con el subcomisario Romero, entonces del Dpto. 4 y actualmente en la seccional 18*, con el objetivo de encontrar un buen puesto de vigilancia para observar la estancia del italiano Bonomi. Para llegar a la estancia de Deal es forzoso pasar frente a la de Bonomi. Estando ya en lo de Deal, cayó de visita el abogado Gutiérrez, ex diputado amigo de Marchesano.

Al retirarnos, por la tardecita, nos salió al paso Bonomi para saludar a sus vecinos. Tuvimos que parar y descender del vehículo. Fuimos presentados a Bonomi (yo como dueño de una empresa de excavaciones y el subcomisario Romero como un oficial retirado de la Fuerza Aérea debido a su pelo corto) e invitados a pasar a un galponcito ubicado en la entrada de la estancia.

Estando allí, hizo su entrada un tal “Mimo” italiano, de baja estatura, quien portando una escopeta procedió a cerrar la puerta. De inmediato Bonomi tomó a golpes de puño a Julio Deal ante nuestra enorme sorpresa y total impotencia, dado que estábamos encañonados por “Mimo” y no podíamos dar a conocer nuestra verdadera identidad y nuestro carácter de policías, máxime teniendo en cuenta que Bonomi, mientras arrojaba al suelo a Deal e intentaba meterle la cabeza en una estufa encendida, exclamaba: -¡Me vendiste, hijo de puta! El abogado ex diputado miraba toda la escena desde afuera por una ventana. Logramos apaciguar los ánimos. -Yo sé que vo iba venire con milico, continuaba diciendo Bonomi. Dimos cuenta urgentemente de todo al llegar a la DII. Lo que más nos preocupaba era cómo se había filtrado la información. ¿Cómo era posible que Bonomi ya estuviera enterado?”.

La interrogante de Calace sería respondida por los hechos que se produjeron luego, y que revelarían que la delación que los colocó delante del caño de una escopeta provino de filas policiales.

“El Comando comenzó a ‘echar para atrás’, a darle demasiadas vueltas al asunto. Se olfateaba algo grande y sucio. El subcomisario Lemos, jefe del Dpto. 6, ‘echó para adelante’ y se impuso: -Si no se continúa el procedimiento, entonces es que acá hay algo muy pero muy raro, dijo. Se decide que el Dpto. 2 allane la estancia de Bonomi. Ello se debió al hecho de que en dicho Dpto. estaba detenido por tráfico un tal Pisani (vinculado también al ‘Gordo’ Larrosa del asalto a los remeseros del Cambio Diana, a un tal Costa Soldado y a elementos de ultraderecha en un procedimiento por tenencia de armas), quien reinterrogado por Lemos, admitió haber recibido cocaína de Bonomi.

A Pisani se le levantó un acta y se lo remitió a juez por Lemos, cosa que Pisani no perdonaría. En ese mismo interrogatorio nos enteramos de dónde provenía la filtración de datos: resultó ser que Bonomi era muy amigo del comisario inspector Rubén Soto, seccional 19a (en aquel momento), quien a su vez es muy amigo del que era en ese momento jefe de la Brigada de Narcóticos, Rodríguez Rienzo. Pero no solo amistad había entre ellos: nos enteramos que Soto era quien acompañaba a Bonomi al Aeropuerto de Carrasco cada vez que venía algún bulto. Así pudimos saber que Rodríguez Rienzo, preocupado por el procedimiento contra Bonomi (del cual no tenía directa participación) le avisó a Soto y este al italiano. Por eso nos estaba esperando. El Dpto. 2 allana (de paso digamos que robaron todo) la estancia y trae detenido a Bonomi, quien se mantiene en una cerrada negativa. Concurre en su defensa el mismo abogado Gutiérrez (como se ve es amigo tanto de Deal como de Bonomi), quien manifestó que no iba a haber ningún problema porque él era amigo de Marchesano. - Voy a parar todo porque a Bonomi, Deal lo quiso extorsionar, dijo”.

Luego del referido episodio, Calace fue sancionado con un arresto a rigor y posteriormente separado del cargo. En cuanto a Rodríguez Rienzo, fue desafectado de la Brigada de Narcóticos.

El capítulo del libro termina con una pregunta planteada por el autor. “Cabe una última interrogante. ¿Será verdad que Marchesano y Lacalle, invitados por Gutiérrez, estuvieron comiendo en la estancia de Bonomi?”, escribe. Antonio Marchesano era el ministro del Interior durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera.

En el siglo XXI

Tal como informáramos, en el año 2001 Deal Barrios cayó en el marco de una operación antinarcóticos en la que allanaron su estancia familiar en Lavalleja y una residencia en Punta del Este. Para entonces, ya contaba con antecedentes por delitos vinculados a drogas.

Ahora, las autoridades bolivianas le imputan delitos de organización criminal, asociación delictuosa, atentado contra los miembros de organismos de seguridad del Estado, falsedad ideológica y uso de instrumento falsificado, y por ello se encuentra en prisión preventiva en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.