Cerca de un centenar de indígenas de la Amazonía volvieron este jueves a cortar una importante carretera de Brasil, esta vez de manera "indefinida", hasta que el Gobierno dé una respuesta a la deforestación, los incendios y el avance de la pandemia de coronavirus que asola sus territorios.

Apenas un día después de liberar el tráfico en la carretera federal BR-163, que atraviesa el país de norte a sur, alrededor de 80 miembros de la etnia Kayapó establecieron de nuevo un bloqueo a la altura del municipio de Novo Progresso, en el estado de Pará (norte).

Los indígenas quemaron una notificación por escrito enviada por la Fundación Nacional del Indio (Funai), órgano estatal que cuida de los pueblos ancestrales en el país, y exigieron la presencia de representantes del Gobierno de Jair Bolsonaro en el lugar, según constató Efe.

Ataviados con tocados de plumas amarillas y verdes, armados con palos y con media cara pintada de negro, los Kayapó montaron barreras con neumáticos y madera para impedir la circulación de los vehículos en ambos sentidos de la vía.

"No van a volver a abrir hasta que el Gobierno venga a escucharlos y cumpla con los compromisos que adquirió con ellos. La situación es grave", señaló a Efe Luis Carlos Sampaio, quien presta servicio en el Instituto KABU, una asociación comunitaria creada y dirigida por los Kayapó.

La protesta en la BR-163, una vía crucial en el transporte de la carga de granos producidos en la región centro-oeste del país hacia los puertos fluviales de la Amazonía, comenzó el lunes, lo que ya provocó kilómetros de atascos de tránsito, y en ella participan hombres, mujeres y adolescentes.

Esa misma tarde, un jueza federal de la región ordenó a la Policía desbloquear la ruta y estableció una multa diaria de 10.000 reales (1.830 dólares) para los Kayapó en caso de no cumplir la sentencia.

El martes, el tránsito continuó cortado durante la mañana, pero poco después los indios decidieron desbloquear la carretera, aunque de forma intermitente, situación que se mantuvo más o menos estable hasta hoy.

"En este momento solo dejan pasar a las ambulancias", indicó Sampaio.

Los Kayapó piden un mayor apoyo de las autoridades para contener la diseminación del nuevo coronavirus entre sus comunidades y acciones para detener la deforestación, los incendios y el avance de la minería ilegal de oro en sus tierras.

Según Sampaio, los reservas indígenas Baú y Menkragnoti, donde viven los Kayapó que impulsaron la protesta, están "altamente amenazadas" por la deforestación, los incendios registrados en las últimas semanas, especialmente durante la noche, y el avance de la COVID-19.

"Es un ambiente efervescente", destacó.

Según los últimos datos del Ministerio de Salud, 348 indígenas fallecieron en las aldeas de Brasil como consecuencia de la COVID-19, mientras que se han confirmado ya más de 20.700 casos.

De acuerdo con el Instituto KABU, la pandemia ya infectó a 400 indígenas Kayapó en las dos reservas mencionadas anteriormente.

No obstante, los números del Gobierno no tienen en cuenta las muertes y contagios de indígenas en áreas urbanas, por lo que las cifras podrían ser mayores.

Asimismo, los Kayapó también demandan la renovación del Plan Básico Ambiental, a partir del cual reciben recursos del Gobierno que destinan para programas de vigilancia de sus tierras, entre otros proyectos.

Asimismo, manifestaron su disconformidad ante el hecho de no haber sido consultados en el proceso de concesión para la construcción de la vía ferroviaria conocida como "Ferrograo", cuyo trazado inicial pasa a unos 50 kilómetros de una de sus tierras.

Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército y líder de la extrema derecha brasileña, es partidario de explotar los recursos naturales del mayor bosque tropical del planeta junto con otros países y, según dijo recientemente, "esa historia de que la Amazonía arde en fuego es una mentira".

EFE