En 2024, Uruguay cayó del puesto 35 al 26 del Índice Global de Complejidad Empresarial, elaborado en Reino Unido por el proveedor de servicios administrativos y de cumplimiento normativo TMF Group.
Esta medición, que abarca 79 jurisdicciones que representan el 93% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, analiza 292 indicadores anuales. Toma en cuenta aspectos claves de los países a la hora de hacer negocios, como la gestión de nóminas y beneficios, las regulaciones, los impuestos y otros factores de cumplimiento.
El descenso de Uruguay en la tabla se debe a diversos factores, indicaron desde TMF. En el resumen ejecutivo del informe, al que accedió Montevideo Portal, se explica que “las empresas extranjeras enfrentan considerables desafíos operativos al establecerse en el país”.
A modo de ejemplo, el proveedor de servicios reseña que “abrir una cuenta bancaria puede llevar meses” y que “el nuevo requisito de presentar información sobre el Beneficiario Final y/o el Vontrolador Principal a un registro central añade una capa de complejidad administrativa”.
Por el contrario, la estabilidad política del país hace que sea “un destino atractivo para la inversión”. Entre otros aspectos, se destacan las reglas de juego “previsibles”, la “transparencia de las normas” y “la eficacia de los procedimientos” a la hora de captar inversiones extranjeras.
“Uruguay ofrece una complejidad empresarial relativamente baja. La estabilidad política y económica del país, las reglas fiscales claras y los procedimientos ágiles ayudan a que el desarrollo de negocios sea sencillo”, explicó Eduardo Torres, Country Leader para Uruguay en TMF Group.
“Hay un crecimiento constante en áreas como el desarrollo de software y la certificación de sostenibilidad. También estamos observando una mayor flexibilidad a la hora de aumentar o reducir la nómina, lo que ayuda a los empresarios a adaptarse rápidamente a las condiciones del mercado”, agregó Torres.
En este sentido, después de Ecuador (que en 2024 subió del puesto 40 al 30), Uruguay es el segundo país mejor posicionado de América del Sur en el Índice Global de Complejidad Empresarial. Colombia, Brasil y Perú se ubican entre los 10 países más complejos para hacer negocios, mientras que Argentina pasó de ocupar el puesto 10 al 12.
Aunque en los últimos años Uruguay ha recibido récord de inversión extranjera —en parte por la inversión de la segunda planta de UPM—, en las últimas semanas tres empresas de gran porte anunciaron el cierre de sus plantas de producción en el país.
Fábricas Nacionales de Cerveza S.A., propiedad de la brasileña Ambev, informó que bajaba la cortina de su unidad ubicada en Minas Lavalleja, donde trabajaban 150 personas. Sin embargo, en los últimos días la firma se mostró dispuesta a mantener abierta la fábrica pero con menos personal.
A principios de mayo, el grupo peruano Gloria, comunicó el cierre de su fábrica de quesos instalada en Nueva Helvecia, Colonia, donde se desempeñaban 40 personas. Con esta decisión la empresa dejó de operar en el país. A fines de abril, la empresa Fanacif, que fabricaba frenos de autos para la industria automotriz del Mercosur, anunció el cierre de su planta en Uruguay donde trabajaban 150 personas.
Según la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), en los tres cierres hay un factor en común: la falta de competitividad del sector industrial.
Las más complejas
De acuerdo a la medición de 2024, las 10 economías más complejas para hacer negocios son: Grecia, Francia, Colombia, México, Bolivia, Turquía, Brasil, Italia, Perú y Kazajstán. En ese orden, ocupan del puesto 1 al 10.
En tanto, las 10 jurisdicciones que presentan mayores facilidades para los inversores extranjeros son: Islas Cai (en el puesto 79), Curazao (78), Dinamarca (77), Hong Kong (76), Nueva Zelanda (75), Países Bajos (74), Reino Unido (73), Jersey (72), Islas Vírgenes Británicas (71) y Jamaica (70).
Según las conclusiones del informe, “la inestabilidad geopolítica está afectando al flujo de opciones comerciales y de inversión a escala mundial”. “Aunque los precios de la energía siguen siendo elevados, la interrupción de las cadenas de suministro y las barreras comerciales también suponen un reto considerable para los agentes mundiales. En consecuencia, muchos países están revisando sus posibles planes de crecimiento y sus objetivos de expansión a largo plazo”.
“Sin embargo, mientras que las cuestiones geopolíticas pueden interrumpir las cadenas de suministro o crear barreras comerciales para algunas jurisdicciones, otras se están beneficiando de un cambio global. Debido a su neutralidad en cuestiones globales, los países conocidos como "países puente" son capaces de beneficiarse de los movimientos que se alejan de los bloques de poder establecidos, y ser claves para las empresas multinacionales que buscan gestionar su riesgo en un periodo de inestabilidad internacional”, reseñó TMF Group en la presentación de la medición anual.