El viernes 20 de mayo se celebrará otra Marcha del Silencio por la avenida 18 de Julio de Montevideo, lo que implicará el retorno de una de las manifestaciones más convocantes del país (si no la más) tras dos años de conmemoración virtual. En este marco, Imágenes del Silencio, el grupo de fotógrafos que trabaja sobre la memoria colectiva y el reclamo de verdad y justicia, realizará una intervención con 22.000 fotos con los retratos de los 197 desaparecidos en la última dictadura cívico militar (1973-1985) para que los manifestantes tengan la posibilidad de levantar su estandarte.
“Para eso contamos con la generosidad de [Madres y] Familiares [de Uruguayos Detenidos y Desaparecidos] que nos habilitaron formalmente los 197 retratos que portan los familiares durante la marcha, y son retratos que cuidan un montón. Nos habilitaron a que este año los reprodujésemos y los repartiéramos en la marcha”, explicó el fotógrafo Pablo Porciúncula a Montevideo Portal.
Hace dos años, en mayo del 2020, Imágenes del Silencio presentó “196 abrazos”, una serie de retratos de referentes sociales, culturales y deportivos abrazando las fotos con retratos de detenidos desaparecidos. Las imágenes fueron difundidas en Facebook, Instagram y Twitter y en la primera de ellas estaba el entonces técnico de la selección uruguaya, Óscar Washington Tabárez, abrazado a la imagen de Juan Pablo Recagno Ibarburu.
La idea de este año, de insertar 22.000 retratos en la marcha, surgió precisamente a partir de la serie “196 abrazos”. “La gente encontró en ese efecto de abrazar los retratos su apoyo a la causa. Tuvieron la causa y acompañaron estas 26 marchas hasta ahora. Se configuró un gesto real en el que demostrar la adhesión a la causa de familiares. El sentido es que ‘todos somos familiares’, todos tenemos de algún modo el derecho a sostener los carteles de esta marcha”, explica Porciúncula, quien en 1996, con 23 años, registró como fotógrafo la primera Marcha del Silencio, convocada dos décadas después de los crímenes de Héctor Gutiérrez Ruiz, Zelmar Michelini, Rosario Barredo y William Whitelaw en Buenos Aires, en el marco del Plan Cóndor.
“En otra línea, está la inquietud de Imágenes [del Silencio] de que cuando uno nombra ‘los desaparecidos’ es una cosa un poco abstracta, y entonces la idea es poder bajar a quién era persona, conocer la historia de esa persona, de las circunstancias en la que se la detuvo, los últimos datos que se supo de ella. Por eso, la única diferencia que tienen [las 22.000 que se repartirán] con los carteles que portan familiares es que tendrán un código QR en el que se puede llegar a la información de la persona que uno está sosteniendo”, dice Porciúncula.
Además, en términos estrictamente fotográficos, el grupo busca “generar una imagen al final, que no es para Imágenes del Silencio sino para todos los fotógrafos que estén ahí ese día, que permita poder pensar que la marcha vuelve a tomar las calles, una marcha en la que los rostros de los desaparecidos se multipliquen por dos o tres cuadras o quizá un poco más, hasta donde lleguen esos 22.000 carteles”.
“Que esos rostros nos vuelvan a interpelar”, sintetiza Porciúncula, jefe adjunto de fotografía para América Latina de la agencia Agence France-Presse (AFP) y profesor de fotografía de la Universidad Católica de Uruguay.
De la marcha al hogar
Quienes integran Imágenes del Silencio tienen claro que “la marcha tiene su propia dinámica” y por ello, con esta intervención, no quieren “cambiarla ni interrumpirla”, por lo que Porciúncula cuenta que deberán “trabajar muy rápido, en silencio completo, sin distorsionar, sin hacer que la gente salga de la marcha o se pare a levantar carteles”.
Para lograr el pretendido sigilo, los fotógrafos que organizaron la intervención trabajarán con varios colectivos, organizados a lo largo de la marcha, seguramente en las cuadras finales sobre todo, repartiendo estos 22.000 retratos. La marcha partirá a las 19 horas de la Plaza a Los Desaparecidos en América, en Jackson y Avenida Rivera, hacia la Plaza Libertad. “Una vez que la cabecera llegue a Cuareim se va a inyectar gente portando los carteles y repartiéndolos, y la idea es que en el momento en que se cante el himno esos carteles y fotos sean levantadas por la gente para cubrir la calle con esos rostros”, dijo uno de los organizadores de la intervención.
“La idea es que la gente se lleve los carteles para su casa, si quiere, y si no quiere, que se arrime a la cabecera de la marcha donde se recogen los 197 retratos que llevan Familiares, y que los devuelvan ahí. No estaría bueno que los carteles queden tirados”, aclara Porciúncula.
La fotografía como reserva de la memoria
Imágenes del Silencio surge en el año 2014, cuando el grupo preparó una exposición con fotografías de 38 fotógrafos, un trabajo investigativo que buscó reunir el material de los fotógrafos que habían empezado a cubrir el evento desde el inicio.
La fotógrafa Anabella Baldovino, familiar de una persona detenida y desaparecido, le pidió a Porciúnculas fotos de la primera marcha y así comenzó a trabajar el grupo, al que pronto se sumaron Ricardo Gómez y Cecilia Vidal.
“El tema de desaparecidos sigue. No se muere con que se vayan muriendo los protagonistas. Acá hay que darles una respuesta a las 197 familias en primer término y a un montón de gente que es la que acompaña durante todos estos tiempos la marcha y que está preocupada por este tema. Es un tema que ha trascendido generaciones, porque hay nietos, hay hijos, hay gente que sigue buscando, que quiere enterrar a sus familiares, que quiere poder hacer un duelo; es una herida que está abierta, y está abierta a nivel sensible, no estoy hablando a nivel político. Acá hay gente que está esperando respuestas”, insiste el fotógrafo.
El grupo concibe a la fotografía como “un elemento de la memoria”, por lo que Porciúncula insiste que “fotografía y memoria están vinculadas”. “Mi hija más chica me ha dicho ‘vos trabajás en el pasado, papá’, aunque no refiriéndose a este tema, sino a que cada vez que hago un clic, para lo que sea, cada vez que disparo mi cámara, habré registrado algo que aconteció en un momento pasado. Entonces la fotografía es una buena herramienta para mantener viva la memoria y generar consciencia”, explica.
La primera búsqueda de Imágenes del Silencio fue en el archivo de la memoria de la marcha, para notar cómo cambió, cómo evolucionó. “La primera marcha la encabezaron políticos. Ahora no la encabezan políticos”, destaca Porciúncula sobre la transformación del evento.
“‘196 abrazos’ fue una apuesta distinta: buscamos a la gente que nunca le ha prestado atención a esta temática. Conectemos con esas personas, y donde uno se sume o mire con ojos distintos lo que está pasando, ya habrá estado bien. Por eso recurrimos a referentes, y ahí nos encontramos con un montón de pibes que a partir de sus referentes empezaron a mirar esto. Entraron a Instagram y vieron que es mucha gente a la que se le está impidiendo justicia y verdad. Nos encontramos con un montón de gente distinta”, recuerda el fotógrafo.
Este año, la propuesta es diferente. “Imágenes vuelve a otro lugar, que es a la gente que ha acompañado, y que ha acompañado estos dos años de marcha virtual. Nos podemos volver a encontrar en la calle porque ya estamos convocados por quienes nos han convocado siempre, con un espacio distinto que es en el que sostener los carteles”, explica el fotógrafo.
Los organizadores de la marcha difundieron este lunes un video de la periodista Blanca Rodríguez convocando a la manifestación del viernes.