Desde principios de esta semana, la ciudad de Buenos Aires enfrenta una plaga invasiva de mosquitos que forman nubes oscuras en el aire y pintan de negro las fachadas de algunas casas.
Según explica MetSul, la reducción de esta invasión podría demorar hasta 10 días. “Se trata de un pico de abundancia de la especie Aedes albifasciatus luego de una temporada de lluvias, fenómeno que afecta principalmente a la región pampeana, donde se forman grandes charcos”, dijo Maximiliano Garzón, investigador del Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Naturales en diálogo con la agencia Télam.
En Uruguay se vivió una situación parecida, aunque mucho menos intensa, a comienzos del verano, por lo que desde el Sistema Nacional de Emergencia (Sinae) se compraron 55.000 repelentes para distribuir en todo el territorio nacional.
Además, la ministra de Salud Pública, Karina Rando, mencionó el pasado miércoles en rueda de prensa que “Uruguay está preparado” y no es “esperable” una situación como la que sucedió en Brasil o en Argentina. “Tenemos que ser conscientes de que en cualquier momento pueden aparecer casos de dengue autóctono”, dijo la ministra.