Las normas laborales y de seguridad social en Uruguay se generaron a lo largo del siglo XX y fueron diseñadas para un modelo de mercado laboral que ha ido evolucionando hacia una realidad más heterogénea.
Sobre este tema trata el informe para el Banco Mundial del economista Ignacio Apella llamado "Justo a Tiempo. Envejecimiento, cambio tecnológico, habilidades y regulaciones laborales en el Uruguay que viene".
El licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires, y Magister en Economía de la misma casa de estudio, plantea que las tendencias demográficas y tecnológicas dejan poco margen de tiempo para encarar el debate sobre los cambios a nivel laboral en nuestro país teniendo en cuenta el envejecimiento de la población.
El estudio brinda datos, reflexiones y algunas ideas sobre muchos de los temas que se han estado discutiendo en el país.
El libro plantea que Uruguay está en una encrucijada. Y detalla cómo la combinación del envejeci¬miento demográfico (que produjo fuertes impactos positivos en las dos primeras décadas de este siglo) y los cambios tecnológicos (que parecen no haber impactado aún en toda su magnitud sobre la estructura productiva y el mercado laboral) imponen serios desa-fíos.
En diálogo con Montevideo Portal, Apella explicó que "en la cuarentena tomó relevancia una pequeña dimensión de lo que llamamos el cambio tecnológico, lo que se llama teletrabajo".
"Pasó a ser la estrella de la función el teletrabajo, por lo que las preocupaciones están por varios lados", dijo el economista que elaboró el informe antes de la llegada del coronavirus a América del sur.
Apella señala que es necesario cuestionarse "qué capacidad de trabajadores están preparados para realizar teletrabajo y están expuestos a un riesgo menor de pérdidas de ingreso debido a la desaceleración de la actividad".
Por otro lado, "qué capacidad tienen los países en términos de infraestructura digital para soportar el teletrabajo y demás. También la no pérdida de aprendizaje en materia de clases virtuales".
"Lo que tomó mayor relevancia y no estaba tan en el pensamiento de las personas que discutimos política pública es la opción de teletrabajo. Hay colegas que han realizado estimaciones sobre qué porcentaje de los trabajadores ocupados en cada país está en condiciones teóricamente de realizar teletrabajo", añadió.
El economista dijo que esa cifra "en Uruguay, al igual que en Argentina y varios países de la región, es un 30% más o menos".
Apella señaló que "eso no significa que el 30% de los ocupados en Uruguay no están expuestos al riesgo de pérdida de ingresos".
Justo a tiempo
El economista plantea en el informe que "Uruguay necesita empezar a hacer algo ya y no hay más tiempo" con respecto a los cambios en el mundo laboral. "Se podía haber empezado antes, porque cuanto antes mejor", aseguró.
"Uruguay está transitando dos mega tendencias al mismo tiempo. Una es el envejecimiento poblacional y eso no es nuevo, ya que es el país más envejecido de América Latina. Tiene características demográficas más parecidas a los países europeos que a los de la región", dijo Apella a Montevideo Portal.
El punto es que "por el momento Uruguay no es un país envejecido aún, pero lo va a ser". "Está transitando un período de tiempo que va a durar unos 15 años más, más o menos, que denominamos el primer dividendo demográfico. Es una ventana temporal en la cual el país tiene la mayor cantidad de personas en edad de trabajar que no va a tener nunca. Hoy está en el máximo", señaló el economista.
Apella explicó que "cuanto mayor es la oferta de trabajo mayor es la capacidad de crecimiento económico en el corto plazo". "El punto es que cuando hace ese período de bono demográfico la oferta de trabajo, cantidad de personas en edad de trabajar, va a empezar a disminuir a no ser que haya algún cambio conductual", planteó.
"Si mantenemos todo igual la oferta de trabajo va a disminuir. Como es un factor productivo surgen inquietudes sobre la incapacidad de la sociedad para mantener el ritmo de crecimiento económico a largo plazo una vez que el país entre en la etapa de envejecimiento", añadió.
Además, en el informe plantea que "hay opciones o iniciativas para tratar de extender ese período de bono demográfico un poco más".
Apella sostuvo que la "otra mega tendencia en el proceso de cambio mundial es el cambio tecnológico" y Uruguay está experimentándola al igual que otros países.
"La única manera de mantener el ritmo del crecimiento económico es a través de aumento de la productividad. Si no se logran generar las bases ahora en el mejor período demográfico hay un problema, pero no sería tan pesimista debido a la tendencia del cambio tecnológico", señala el economista.
"Ese cambio tecnológico podría ser una fuente de incremento de productividad, sin embargo, tiene impactos quizás no tan deseados en el mercado de trabajo sobre los cuales tenemos que estar atentos", añadió.
El economista cree que "hay que fomentar aumentar el ahorro doméstico que tiene el país para direccionarlo al financiamiento de la inversión en capital físico y humano".
"Eso es lo único que va a permitir aumentar la productividad", sostuvo, además comentó que hoy "Uruguay tiene una tasa de ahorro muy baja, de 17 puntos del producto".
Los cambios importantes en políticas públicas
Apella explicó a Montevideo Portal que "el estudio intenta generar un espacio de reflexión y discusión para pensar a largo plazo en lo importante".
"Debemos parar la pelota y pensar a largo plazo, que a veces por las urgencias se nos pasa. Esta tarea de prepararnos para el futuro abarca diferentes dimensiones. Desde el sistema educativo, el sistema de formación continua para los trabajadores activos, también hay dos puntos adicionales que son trabajar sobre los incentivos en el mercado de trabajo y generar mecanismos que permitan incrementar la participación laboral femenina", señaló el economista.
Además, cree que hay "mucho para ganar en términos sociales" con la participación laboral de las mujeres.
Por otro lado, consideró que "una opción para extender el bono demográfico es a través de la fuerza de trabajo de los adultos mayores".
"Llegamos a la adultez con mejor estado de salud que hace 20 años atrás, seguimos siendo productivos. Quizás valga la pena generar incentivos para que esa fuerza de trabajo no se retire del mercado y siga produciendo", dijo.
El economista recordó que "años atrás Uruguay presupuestó el Sistema Nacional de Cuidados. La desigualdad de tareas en el hogar es un punto importante y generalmente esas tareas están a cargo de las mujeres, lo que impide que accedan al mercado de trabajo".
"Es necesario identificar cuál es el impacto adverso en el mercado de trabajo, no es el desempleo tecnológico como se suele mencionar habitualmente", explicó Apella y recordó que previo a la pandemia la tasa de desempleo en Uruguay estaba en sus niveles más bajos.
"Hay tareas que no son posibles de automatizar. Hay dos grupos, las manuales y las cognitivas. El desafío es cómo hacer para que la distribución de los trabajadores ese vaya más hacia el lado de las ocupaciones intensivas en tareas cognitivas rutinarias de mayor calificación y no hacia la otra esquina", opinó.
El economista para Protección Social en América Latina y el Caribe del Banco Mundial considera que "no termina de funcionar incrementar la edad legal de retiro".
"Hay gente que quizás con algún mínimo incentivo se motiva a seguir trabajando. Las decisiones individuales de permanecer en el mercado de trabajo a los 60 o 65 años dependen de dos cosas, de un conjunto que llamo restricción y un conjunto que llamo preferencias, donde hay una disyuntiva entre uno y otro", señaló Apella.
"Una persona puede decidir permanecer en el mercado de trabajo por restricción, porque no accede al beneficio contributivo del Banco de Previsión Social y no queda otra, tiene que seguir trabajando. Ese es un problema. Las preferencias sí actúan bajo la decisión del individuo. Que son los casos donde me jubilé y prefiero seguir trabajando, en general ese grupo de gente es el de mayor nivel de calificación", añadió.
Apella cree que "hay trabajadores que con un pequeño incentivo desearían permanecer en el mercado de trabajo, aunque hay gente que prefiera salir por otros motivos".
¿Los cambios se están haciendo o vamos lento?
El economista cree que "Uruguay es un ejemplo en estos cambios en materia laboral" y "viene tomando una postura.
"Uruguay se tomó en serio el pensar en largo plazo los problemas y desafíos de cara al 2050. Hay equipos de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto que trabajaron en estos aspectos", destacó Apella.
"El Ministerio de Trabajo está desarrollando una actividad que va más allá de los colores de gobierno de turno. Se está desarrollando una base de datos inmensa donde están listadas todas las ocupaciones de la economía y variables infinitas que permiten caracterizar las ocupaciones. Uruguay es el primer país que hace esto en la región", comentó.
El licenciado en Economía que trabaja para el Banco Mundial dijo que esto permite ver "estrategias de formación continua" y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional puede hacer uso de esa base de datos para crear una estrategia de formación de los trabajadores, por ejemplo.
"Esta actividad comenzó en el gobierno anterior, pero recibió el apoyo del ministro actual", explicó.