INAU dice no tenía conocimiento de la situación de la niña de 11 años en Treinta y Tres

La Fiscalía de Treinta y Tres se vio conmocionada en los últimos días por el caso de una niña que era esclavizada y golpeada por sus tíos, con quienes vivía desde hace más de cinco años. Lo cierto, según consta en la sentencia que logró la fiscal Alicia Abreu, es que varios vecinos sabían de la situación que vivían tanto la menor como sus primos y su hermana, con quienes también convivía.

Sin embargo, la Justicia no supo nada de lo que pasaba en la casa de la periferia de Treinta y Tres hasta enero de este año, cuando la víctima falleció. El Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) tampoco tenía conocimiento, porque no recibió ninguna denuncia, según dijo a Montevideo Portal el presidente del organismo, Pablo Abdala.

El INAU fue convocado por el juez de la causa hace algunas semanas, cuando se comunicó que cuatro menores quedarían a disposición del instituto porque se procedería a condenar a los tíos y se le quitaría la patria potestad a la mujer que integraba la pareja.

No fue la primera vez que la Justicia convocó al organismo por este tema, dado que hace alrededor de dos años se comprobó que la madre de la menor hoy fallecida ejercía violencia doméstica sobre ella y su hermana. Por esto, se le quitó la patria potestad y las niñas estuvieron un tiempo “institucionalizadas”, es decir, en uno de los centros del INAU en Treinta y Tres.

Esta situación se solucionó cuando los tíos de ambas, quienes ya tenían hijos a cargo, se dispusieron a asumir la tenencia de las menores. A partir de eso, el organismo procedió a darle la patria potestad —a través de la Justicia— a la tía, que fue condenada a prisión.

Abdala explicó que actualmente la encargada departamental del INAU está, junto con su equipo, buscando una solución para que los cuatro menores puedan volver a tener un hogar. En paralelo, están recibiendo atención médica y psicológica, debido a las secuelas que les quedaron tras vivir una situación deplorable de la que eran víctimas.

El jerarca adelantó que un abuelo de los menores estaría dispuesto a hacerse cargo de los niños, pero es algo que aún no está definido. Por ahora, lo primordial para el INAU es lograr la recuperación física y mental de los cuatro menores.

Según pudo comprobar la Justicia, los menores eran explotados laboralmente y golpeados. Además, se les ejercían castigos, como pegarles con una caña u obligarlos a arrodillarse en maíz. La mujer fue condenada a tres años, de los cuales dos se cumplirán en la cárcel y el último en prisión domiciliaria total. Al hombre, por su parte, se le impuso un año de prisión. El primer mes será tras las rejas y el resto en libertad vigilada.