El Hospital del Cerro fue una promesa de campaña del actual gobierno que buscaba, con su posterior concreción, cambiar la realidad sanitaria de una zona en la que no había un centro asistencial con posibilidad de realizar cirugías.
A lo anterior se le agrega el hecho de que el hospital está cerca de algunas zonas conflictivas por guerras entre bandas narco, que suelen provocar heridos de balaceras o de arma blanca que precisan de intervenciones quirúrgicas en la atención primaria.
Ante algunas críticas que surgieron en su momento, el oficialismo, a través de autoridades de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), respondieron que es “mejor tener algo a no tener nada”.
Si bien es cierto que amplió la capacidad de atención médica en el Cerro y barrios aledaños, y colaboró con que el tiempo de traslado de pacientes urgentes fuera más corto —por lo menos para hacer las maniobras básicas y luego derivarlos—, el Hospital del Cerro ha estado envuelto en una serie de polémicas por aspectos vinculados a la atención médica.
Hubo dos casos de muertes de personas que llegaron baleadas y que estuvieron sobre el tapete, sobre las que ASSE debió investigar para saber por qué no se realizó una intervención en el block del hospital. Uno era un hombre de 24 años que llegó con un disparo en el nervio femoral y falleció luego de que los cirujanos de guardia decidieran no operarlo porque tenían a otra paciente para ser intervenida.
Sin embargo, por fuera del inconveniente médico, algunos funcionarios del hospital han elevado a las autoridades una serie de reclamos en pos de mejorar el funcionamiento que hay dentro del centro asistencial.
Caroline Hernández, una enfermera que trabaja en el área de cirugía, escribió una carta a la dirección del hospital en la que detalló que en muchas ocasiones se encontraron ampollas de morfina rotas, falta de medicamentos a la hora de llevar adelante la cirugía, así como también el reclamo sobre la necesidad de que algunas autoridades “tengan más empatía con los funcionarios”.
En una de las capturas que anexó Hernández, a las que tuvo acceso Montevideo Portal, una funcionaria del área de cirugía envió: “Es vergonzoso, realmente lo que se ve en el hospital este no lo vi en ningún lado. Tanto en Recursos Humanos como nuestro sector [cirugía] me cuesta creer la falta de respeto, empatía, la falta de comunicación, compañeros que buscan constantemente despedazar al otro. Para mí realmente es como otro mundo, una lástima”.
En otro documento enviado por Hernández en abril de este año se menciona a Ana Martínez, licenciada en Enfermería del Hospital del Cerro que se desempeña en el block. Mientras trabajaba en el Maciel, Martínez había sido denunciada por acoso laboral hacia una de las instrumentistas. Según pudo saber Montevideo Portal, ese reclamo aún sigue vigente y no se ha comunicado una resolución, mientras que la denunciante fue trasladada hacia el centro asistencial del Cerro.
Precisamente, en la carta que escribió Hernández con destino al departamento de Recursos Humanos, se afirma que Martínez la dejó sola “en recuperación con pacientes, mientras ella con el resto se pedían pizzas y Coca Cola”.
“He presenciado insultos, maltratos, homofobia hacia médicos del hospital, cuestionamientos, gritos, faltas de respeto, intimidaciones y persecución”, acusa Hernández en el texto.
Ante este tipo de situaciones, que Hernández calificó de “afectaciones a su honor”, dado que habría sido víctima de los insultos que denuncia, la enfermera decidió presentar una certificación y actualmente no está yendo a trabajar.
Problemas en el funcionamiento
Otra de las denuncias que han formulado algunos trabajadores del Hospital del Cerro es la sobrecarga que hay en el área de cirugía, integrada en su mayoría por médicos extranjeros que suelen estar al frente de algunas intervenciones.
En la documentación se expresa que es recomendable que estos profesionales estén acompañados de cirujanos con más experiencia, con el fin de evitar errores de funcionamiento que impactan en la salud de los pacientes.
Hernández detalló que en el caso del hombre de 24 años que murió al ser trasladado de forma fallida, su vida se podría haber salvado. Si bien es cierto que había otra paciente en block producto de que cuando se iba a practicar la extracción del apéndice se halló una tumoración, en el momento lo correcto hubiera sido dejarla con sedantes durante algunos minutos para poder atender al individuo que había llegado con una bala en el nervio femoral. La tumoración, en palabras de la enfermera denunciante, no revestía la misma gravedad que la víctima de la balacera.
“Al hombre lo llevaron al Hospital Maciel, donde rebotó, y de allí fue para el Clínicas pero llegó muerto”, agregó la enfermera que ese día estaba de guardia, dado que solía trabajar en el turno de la noche.
Otra de las inconsistencias de las que dio cuenta refiere a algunos procesos de higienización. Detalló, por ejemplo, que “donde se dejan los restos de sangre de las operaciones muchas veces los cirujanos se lavan las manos”.
Sobre el final de unas de las cartas enviadas por la enfermera se aclara que el objetivo de sus reclamos no es ir en contra de las autoridades, sino a favor de sus compañeros dado que entiende que se está generando “un ambiente poco positivo, tanto para la plantilla de profesionales como para los pacientes”.
“Conflictiva”
Desde la dirección del Hospital del Cerro reconocieron a Montevideo Portal que los reclamos de Hernández llegaron, pero la tildaron de funcionaria “conflictiva”. Aducen que sus planteos son consecuencia de un reclamo que no ha podido ser contemplado en relación a su horario laboral.
Hasta el momento no hay ninguna resolución con respecto a la situación de Hernández, porque está certificada y sin ir a trabajar. Ante esto, las autoridades esperan poder reunirse con ella para derivarla hacia otro sector, con el fin de que pueda seguir en su función de enfermera.
Hernández llegó a trabajar en el hospital luego de presentarse a un llamado a concurso y quedar amparada bajo el artículo 256 de la ley 18.834. La normativa establece que las contrataciones se realizarán de forma provisoria por 18 meses, tiempo en el que se harán tres evaluaciones al trabajador para decidir si queda presupuestado.
Con respecto a Martínez, fuentes del hospital relativizaron las acusaciones en su contra y argumentaron que en el área de cirugía suele “haber roces y encontronazos porque se trabaja en un clima de máxima tensión”.