Un terrible caso de maltrato infantil conmovió recientemente a la opinión púbica en Reino Unido.
Allí una mujer fue condenada a prisión luego de que se comprobara que ocultó y “crio” a su hija en un cajón debajo de su cama durante casi tres años. La niña, encontrada justo antes de cumplir tres años en su casa de Cheshire, tenía el pelo enmarañado, deformidades físicas y un sarpullido, según informó el tribunal que se ocupó del caso, en la ciudad de Chester. El nombre de la mujer no fue revelado para proteger la identidad de la víctima.
Durante el juicio se reveló que la madre mantuvo a la niña aislada, alejada de sus otros hijos e incluso de su propia pareja. La alimentó con leche mezclada con un suplemento soluble que le echaba directamente en la boca con una jeringa que, según testigos, no estaba precisamente limpia.
De acuerdo con lo expresado por el juez Steven Everett, las acciones de la mujer fueron “increíbles”, ya que privó a su hija de amor, atención médica y socialización. El magistrado calificó las consecuencias sufridas por la menor como “catastróficas física, psicológica y socialmente”.
El fiscal Sion ap Mihangel, quien llevó adelante la acusación, informó que al momento de ser encontrada la niña presentaba el desarrollo de un bebé de unos diez meses. Se la trasladó de inmediato a un hospital, donde los médicos le diagnosticaron desnutrición severa y deshidratación.
Según informara el portal noticioso Extra, la situación salió a la luz cuando la pareja de la madre escuchó un ruido y encontró a la niña en una habitación de la casa. A pesar de no rescatarla inmediatamente, avisó a familiares y servicios sociales, que la encontraron todavía escondida en el cajón en el que la madre la confinaba.
Una asistente social que visitó el lugar reveló la impactante indiferencia de la progenitora, quien respondió con naturalidad cuando se le preguntó si su hija estaba en el cajón. “Me sorprendió que la madre no mostrara ninguna emoción y pareciera indiferente ante la situación”, dijo la trabajadora, quien calificó la circunstancia como “un horror abrumador”, cuadro lamentable en el que destacó el grado de aislamiento de la víctima. “Probablemente el mío fue el primer rostro que vio en su vida, además del de la madre”, resumió.
Dos policías lloraron en el tribunal al escuchar el testimonio de la actual tutora de la niña, quien reveló que ni siquiera sabía su propio nombre. El juez calificó el relato de “verdaderamente devastador”.
En su defensa, la madre afirmó desconocer el embarazo y afirmó que había actuado por miedo tras dar a luz. Ella admitió ante los trabajadores sociales que escondió a la niña para protegerla de una relación abusiva con su padre. Pese a ello, expresó que su hija “no era parte de la familia”.
En octubre, la mujer se declaró culpable de cuatro cargos de crueldad infantil, incluidos negligencia, abandono y privación de atención médica. Hoy, la pequeña está bajo cuidado y, según el juez, es una “niña resiliente” que está empezando a recuperar su vida tras años de abandono extremo.
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