El hombre que asesinó a su expareja en la anoche del viernes en la zona de Piedras Blancas y luego se entregó a la Policía fue formalizado por los delitos de homicidio muy especialmente agravado por femicidio, por reiterados delitos de violencia doméstica, por receptación (por que la mató con un arma que había comprado en la feria) y por porte de arma en lugares públicos, informó la Fiscalía General de la Nación. Se le dispuso una prisión preventiva de 180 días mientras continúa la investigación.
Según el ministerio público, la expareja tuvo “una relación sentimental durante, más o menos, una década”. Habían terminado la relación hace menos de un año; la víctima tenía una nueva pareja, por lo que “había despertado la ira del hombre”.
El formalizado había expresado tanto a los hijos que tenía en común con su expareja como a otras personas su disconformidad con el vínculo.
Este viernes la había citado para venderle una moto, porque la mujer necesitaba una para ir a trabajar. Cuando ella llegó, el hombre le efectuó dos disparos y la mató.
La unidad de Víctimas de Fiscalía “está prestando atención y contención a la familia de la víctima”, un servicio que se convirtió en “obligación” luego de la implementación del nuevo Código Penal.
Policía Científica pudo corroborar que tanto el delincuente como la mujer estaban a muy corta distancia el uno del otro.
La víctima fue trasladada a la policlínica de Capitán Tula, pero pese a los intentos de los médicos, falleció horas más tarde de haber sido internada.
El relato de una testigo
Una vecina de Piedras Blancas fue testigo del femicidio. “Yo vivo a una cuadra de lo que pasó, en la esquina. Íbamos saliendo con mi hijo a hacer los mandados al super y sentimos dos impactos. Obviamente nos demoramos en salir por el miedo de que hubiera sido algún robo o una bala perdida, uno no sabe lo que puede pasar. Acá es muy común encontrar que roben”, relató la mujer a Telemundo.
A su vez, comentó que fue su hijo quien le alertó del hecho. “Me dice mi hijo: ‘Mamá, mirá, hay un cuerpo en la calle. Y cuando nos fuimos acercando más vimos que había una mujer en el piso y estaba viva todavía. Estaba con el impacto en la cabeza y estaba viva”, insistió.
“Nuevamente tenemos que estar lamentando la vida de una mujer. Porque no sabemos qué es lo que está pasando en la cabeza de las personas en general. Hoy hay un niño chiquito de 12 años que está llorando a su mamá”, insistió.