Hamás admitió el domingo por primera vez “errores” que provocaron la muerte de civiles durante su ataque en suelo israelí que desencadenó una guerra en Gaza donde se cuentan ya más de 25.000 muertos.
En un documento de 16 páginas, el grupo islamista palestino indicó que la operación del 7 de octubre fue una “etapa necesaria” y una “respuesta normal” frente a “todos los complots israelíes contra el pueblo palestino”.
Dando por primera vez su “versión de los hechos”, Hamás reconoció que “quizás ocurrieron algunos errores durante la operación” debido “al rápido colapso de la seguridad israelí y el sistema militar, y el caos en las zonas fronterizas con Gaza”.
Sin embargo, negó haber tomado como blanco a civiles y aseguró que si lo hizo fue “accidentalmente y en el transcurso del enfrentamiento con las fuerzas de ocupación”.
El 7 de octubre de 2023 cientos de combatientes del grupo palestino penetraron en el sur de Israel, atacando a puestos militares, kibutz (colonias agrícolas) y un festival de música, dejando más de 1.140 muertos, sobre todo civiles, según un recuento de la AFP a partir de datos oficiales israelíes.
Varios videos difundidos tras el ataque muestran a hombres armados matando discriminadamente.
Unas 250 personas fueron secuestradas, de las que un centenar pudieron ser liberadas durante una tregua a finales de noviembre.
Este ataque desencadenó una ofensiva aérea y terrestre de Israel contra la Franja de Gaza, gobernada por Hamás, que ha dejado hasta ahora 25.105 muertos, la gran mayoría de ellos mujeres y menores, según el último balance del Ministerio de Salud del estrecho territorio.
En el documento, Hamás, clasificado como “organización terrorista” por Estados Unidos y la Unión Europea, reclamó “el cese inmediato de la agresión israelí”. Pero Israel, que prometió “aniquilar” al grupo, rechaza cualquier cese de los combates sin liberación de los rehenes. Israel calcula que aún quedan 132 cautivos en Gaza.
Familiares de los rehenes volvieron a manifestar el domingo para pedir su liberación cerca de la residencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Jerusalén.
En un video divulgado tras el informe de Hamás, Netanyahu rechazó “categóricamente” las condiciones que exige el grupo palestino para liberar a los rehenes, que son, según él, “el fin de la guerra, la retirada de nuestras fuerzas de Gaza” y “la liberación de todos los asesinos y violadores”.
Asimismo, Hamás rechazó “todo proyecto internacional o israelí destinado a “decidir el futuro de la Franja de Gaza”.
“Poco oxígeno”
En el terreno en Gaza, el movimiento palestino reportó decenas de bombardeos y disparos de artillería, sobre todo en las zonas cercanas a los hospitales Naser y Al Amal en Jan Yunis, la principal ciudad del sur de la Franja.
El ejército israelí informó que eliminó a “terroristas” en Jan Yunis y que el sábado descubrió un túnel en el que una veintena de rehenes fueron encerrados “en condiciones difíciles, sin luz del día (...), poco oxígeno y una humedad espantosa”.
Los soldados encontraron dentro dibujos realizados por una rehén de cinco años.
Según informaron testigos, las fuerzas israelíes también realizaron operaciones cerca del campo de refugiados de Jabaliya, en el extremo norte de Gaza.
Según la ONU, un 85% de los 2,4 millones de habitantes de Gaza se vieron obligados a desplazarse dentro del estrecho territorio de 362 km2, bajo un férreo asedio que impide la llegada de comida, agua, medicinas y combustible.
Decenas de desplazados, con bidones en la mano, esperaron el domingo en Rafah la distribución de agua organizada por Médicos Sin Fronteras. Gran parte de la población se hacina en esa localidad, constató la AFP.
Según el Ministerio de Salud de Hamás, no ha habido “ningún avance” para aumentar la ayuda humanitaria a Gaza.
El Cogat, órgano del ministerio de Defensa israelí que coordina las “actividades civiles” del ejército en los territorios ocupados, indicó que 260 camiones con ayuda humanitaria ingresaron a Gaza el domingo, es decir “el mayor número (de camiones) desde que inició la guerra”.
“Eje de resistencia”
Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, también está experimentando un resurgimiento de la violencia a un nivel no visto en casi 20 años.
El ejército israelí llevó a cabo allí operaciones mortíferas en los últimos días, destruyendo las casas de dos combatientes palestinos en Hebrón.
Según la Autoridad Palestina, desde el 7 de octubre han muerto al menos 364 palestinos a manos de soldados o colonos israelíes.
La guerra exacerba también las tensiones entre Israel y el llamado “eje de la resistencia” liderado por Irán, que agrupa a movimientos armados como Hamás, Hezbolá en Líbano y los rebeldes hutíes de Yemen.
En la frontera entre Israel y Líbano, donde se producen a diario cruces de disparos, un ataque imputado a Israel mató a un combatiente de Hezbolá en el sur de Líbano, indicó a la AFP una fuente cercana al movimiento libanés.
El ejército israelí confirmó que realizó en la zona varios ataques.
La violencia transfronteriza ha dejado más de 195 muertos en Líbano, incluidos al menos 144 combatientes de Hezbolá.
Adel Zaanoun / AFP
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