Gustavo "El Pato Celeste" Torena está encarcelado en Campanero desde febrero de este año, luego de ser procesado con prisión por utilizar documentación falsa para salir del país y visitar Venezuela cuando estaba inhabitado para hacerlo, tras haber sido imputado por violencia privada por un altercado que tuvo con el periodista deportivo Julio Ríos.
A pesar de que su defensa ha presentado media docena de pedidos de libertad anticipada, la Fiscalía y la Justicia le han denegado ese beneficio, aduciendo que ha tenido mala conducta carcelaria y que existe riesgo de que se escape, según un artículo escrito por el periodista Leonardo Haberkorn para El Observador.
En una carta, la ex mascota de la selección uruguaya reclama que se le otorgue la libertad anticipada, dice desconocer las razones por las cuales continúa preso, hecho que califica como un "palazo político".
"Nadie entiende porqué sigo preso, menos aún hoy que cumplo mis dos tercios de la pena (6 meses) -en una máxima de 9- por un supuesto delito tan insignificante. Ni el más avezado, ni el más burro, ni tampoco el incontable número de abogados logran entender qué es lo que está pasando", dice Torena en la carta, publicada en parte por el matutino.
"No se me juzga como a un ciudadano común, se me juzga como el "Pato" y eso es muy raro, muy raro. La única certeza que tengo es que el palazo es político y en tiempos en los que se habla mucha boludez sobre Venezuela, aunque pocos saben la verdad de lo que pasó y de lo que pasa. Sospecho que a alguien le interesa tenerme preso hasta las elecciones", añade.
De todas formas, Torena dice confiar "plenamente" en la Justicia uruguaya; por eso espera que "esto sea solo un mal sueño" y así poder recuperar su "tan merecida libertad a la brevedad".
"Volviendo brevemente a Venezuela, señor periodista, acá hubo gente que por celos, envidia y miserias humanas serrucharon mi trabajo y -de yapa- el trabajo de muchas empresas. Así como trabajadores uruguayos que quedaron mirando la fiambrera. Nadie se hizo responsable y, por culpa de esa gente, estoy en cana y perdí mi casa. Pero para hablar de Venezuela y otras cosas como, por ejemplo, el abuso de poder de Alberto Gadea, exdirector nacional de cárceles, de los 59 días de calabozo con 22 horas de encierro diarias, con dos horas de patio, 28 días sin visita y alguna llamada de vez en cuando. De la denuncia penal que le realicé a este comando carcelario y que está encajonada en la Fiscalía de Minas, más la denuncia en Derechos Humanos que realizó mi familia a raíz de mi aislamiento. Y, la frutilla de la torta, la desopilante idea de un alto funcionario de gobierno que, para trasladarme, sugirió hacerme pasar por loco", agrega.