Fotos: Javier Noceti / @javier.noceti
Hijo de padres hoteleros y con una agencia de viajes, Sergio Gorzyczanski, que comenzó su carrera laboral como cadete en la agencia de su madre, pensaba que trabajaría toda su vida en el sector del turismo. Mientras trabajaba, se daba el gustito de incursionar en el periodismo deportivo. Ya de niño admiraba tanto a los futbolistas de su época como a los que relataban o comentaban los partidos.
De niño jugaba al fútbol de aceptable para abajo (aunque le ponía empeño), relataba y comentaba los partidos, y en la máquina de escribir que le regalaron sus padres escribía artículos de aficionado en los que hablaba de fútbol. Sin querer, se fue involucrando cada vez más en este deporte, hasta que armó una reunión clave y ahí nació Torneos y Competencias Uruguay, el germen primario de lo que hoy es Tenfield. Para ese entonces, ya hacía rato había acortado su apellido: era Gorzy. Por esas reuniones productivas, dice, él se siente fundador de la empresa, y desafía a los detractores: “Me insultan, me dicen ‘mamadera’ de Tenfield, pero no me dan argumentos”.
Con sorna señala que ahora la AUF organiza partidos “contra Panamá C”, cuando antes —con Tenfield— los rivales de los amistosos eran de mayor enjundia. A propósito, también le contesta a Rodrigo Romano, quien —según él— insinuó que le había costado mucho decir lo que pensaba trabajando en Tenfield. Dice Gorzy: “Yo creo que todo el Uruguay sabe por qué Romano no está más en Tenfield. Yo no necesito repetirlo”.
En las puertas del Mundial de Catar, Gorzy (64) se la juega, dice que la Celeste será favorita… para el 2026, dado el promedio de edad de los futbolistas elegibles. Él cree que con Tabárez igual también hubieran clasificado, aunque señala una diferencia entre los estilos de ambos entrenadores: “Creo que con Diego Alonso, los jugadores no le piden la camiseta a un jugador argentino, o no lo levantan cuando se cae”.
Gorzy, expresidente del Comité Central Israelita, cree que en Uruguay no hay antisemitismo, pero sí antisemitas, algunos disfrazados de antisionistas. “Queda mal en los tiempos que corren decir que no te gustan los judíos, entonces tenés que buscarle la vuelta. Entonces dicen: ‘Yo no tengo problema con los judíos, lo tengo con el estado de Israel’, casualmente el único de los 200 países que es un estado judío”.
“Yo me consideraba showman, animador, y me rodeaba de periodistas, y lo mío era ser conductor. Yo creo que hoy soy más periodista, porque con el tiempo fui entendiendo el peso de la opinión, desde la información veraz”
¿Qué querías ser de niño cuando fueras grande?
Seguro que no futbolista. Yo no soy un futbolista frustrado. A mí me apasionaba el fútbol, y no me daba cuenta de que quería ser periodista, pero tenía casi la misma admiración por los jugadores de mi época como por los periodistas deportivos de mi época. Claramente, Heber Pinto y Carlos Solé eran referentes, Luis Víctor Semino también. Jugaba a la pelota como todos los niños, estaba de mitad de tabla para abajo, pero jugaba mucho al fútbol. Cuando yo jugaba en mi casa, relataba partidos, inventaba juegos con cartas que simulaban ser campeonatos. Con el tiempo me di cuenta de que estaba haciendo periodismo. Y escribía cosas, cuando a los 12 años mis padres me regalaron una máquina de escribir. Escribía artículos.
Durante muchos años sostuviste que no te sentías periodista, no te definías como periodista. ¿Por qué? ¿Te daba más libertad sacarte ese rótulo frente a un micrófono?
Durante muchos años yo me consideré un showman, un animador. Yo siempre dije que como periodista capaz que soy el último (de verdad, sin falsa modestia) porque yo respeto mucho al periodismo de investigación, que da mucho laburo. Creo que el verdadero periodismo investiga. El periodismo de opinión, que también existe, lo hace cualquiera… por eso lo hago yo. Yo me consideraba showman, animador, y me rodeaba de periodistas. Por eso inventé Buscadores y traje a Miguel Nogueira, Gabriel Romano y Jorge Gatti, que tuvieran el rol de periodistas, y lo mío era conducir. No estaba seguro de si yo estaba ejerciendo el rol de periodista.
Yo creo que hoy soy más periodista, porque aparte con el tiempo fui entendiendo el peso de la opinión, desde la información veraz. Si hay cosas que yo sé, y tengo estudiadas, bueno, opino y ya es diferente.
Muy pocos periodistas deportivos han manifestado de qué cuadro son. Vos fuiste uno, Alberto Sonsol y Alfredo Etchandy también (curiosamente, los tres de Peñarol y todos integraban La hora de los deportes).
Hubo un episodio divertidísimo cuando en La hora de los deportes invitamos a Hugo de León y nos acusó, no solo a los que estábamos en ese programa, sino a todos los periodistas deportivos, de ser la enorme mayoría hinchas de Peñarol. Dijo: “El 80 % son de Peñarol, y por eso hablan mal de Nacional”. Y Etchandy dijo: “No se lo permito. Yo hice ese estudio”. Y era verdad, había hecho una lista con los 120 periodistas deportivos más destacados o reconocidos, y dijo: “No se lo permito. No es 80-20, es 62 a 38”. Y De León lo miraba…
¿Por qué decidiste hacerlo público? ¿No te repercutió negativamente en tu carrera?
En realidad, yo no lo decía, y hubo un momento en que la gente se iba a enterar de que yo iba a recibir una medalla de socio vitalicio de Peñarol, en 2006. Entonces, ese año lo usé como un juego. Yo no me iba a borrar del padrón social. Me llamó la atención que nadie lo filtrara, porque mi nombre estaba ahí. Solo lo sabían quienes me conocían de toda la vida, familiares y amigos. Entonces, en mi programa de radio [Usted qué opina, en Sport 890] dije que iba a decir de qué cuadro soy, y expliqué: “Porque voy a recibir una medalla por socio vitalicio, que ambos clubes grandes la dan en setiembre”. El 13 de setiembre, Nacional daba las medallas a vitalicios y el 28 de setiembre las daba Peñarol, entonces yo dije: “El 12 de setiembre voy a decir de qué cuadro soy”. Porque si el 13 no aparezco en la sede de Nacional, quiere decir que soy de Peñarol.
Y el 12 lo dije, pero la gente me banca… Todo depende del momento de la carrera en que estás. Yo ya en 2006 sentía —y ahora más— que como periodista deportivo ya no tenía que estar dando examen de ese tipo, porque, además, sinceramente y sin ningún esfuerzo, yo soy hincha a muerte de los equipos uruguayos cuando juegan a nivel internacional. A nivel local, la verdad es que ya no me importa nada. Es más, se enojan conmigo los hinchas de Peñarol, porque no me importa nada. Y a nivel internacional, voy a ver todos los partidos que puedo, juegue quien juegue por la copa que sea, y grito el 100 % de los goles internacionales. De hecho, mi esposa es hincha de Nacional, estamos viendo un partido de copa frente a la tele, y los grito más que ella. Entonces, no me pesa elogiar a Nacional cuando corresponde, ni tener que criticar a Peñarol cuando cabe.
“En Uruguay hay antisemitas, pero no puedo decir que hay antisemitismo, por respeto a la generación de mis abuelos. Yo creo en la publicidad y creo que el trabajo que hizo la Iglesia durante 1500 años dio muy buen resultado, hablando mal de los judíos”
Sos miembro activo de la colectividad judía, te vi como maestro de ceremonias en el último aniversario de Israel, y fuiste presidente del Comité Central Israelita. ¿Hay antisemitismo en Uruguay?
No, en Uruguay hay antisemitas, pero no puedo decir que hay antisemitismo, por respeto a la generación de mis abuelos. Antisemitismo es otra cosa: es no poder ir a estudiar a una universidad por ser judío, es no poder acceder a determinados trabajos por ser judío, es que te apedreen locales o negocios porque son de judíos. Puede haber hechos aislados; de hecho, hubo acá uno grave hace unos años [N. del R.: se refiere al asesinato de David Fremd a cuchilladas al grito de “Alá es grande”, en Paysandú, el 8 de marzo de 2016]. Fue ejecutado por un antisemita, no por una organización o un ambiente de antisemitismo. Pero que hay antisemitas no tengo dudas.
Cuando te lo pregunté en 2014 para este espacio, me contestaste: “No creo, pero siempre en algún sector de la población hay un prejuicio antisemita”. ¿En qué notás ese prejuicio?
Hay prejuicios. Los judíos son “los responsables del comunismo”, pero también son “los dueños de los bancos del mundo”. Esos son prejuicios. Ha habido judíos en el mundo (y en Uruguay también) que han sido base del PCU, de los tupamaros, y de la izquierda del Uruguay. Y hay judíos que tienen posiciones importantes en los bancos. Ahora, eso no transforma que todos los judíos tal cosa, depende para qué sea, se llevan la peor parte. Los militares en la dictadura, tanto acá como en Argentina, le daban doble dosis de tortura a los judíos. De hecho, se estima que 10 % de la cifra de desaparecidos correspondía a judíos, tanto en Argentina como acá. Y somos el 0,5 % de la población. O sea que en proporción, es 20 veces más que los no judíos. Ponele que no sea un 0,5, sino un 1 %, igual es 10 veces más en comparación con la cantidad de judíos en una población. Y se sabe, hay testimonios de sobrevivientes y dicho por no judíos, que las torturas para los judíos eran dobles.
Hay prejuicios, existen. Yo creo en la publicidad y creo que el trabajo que hizo la Iglesia durante 1500 años dio muy buen resultado, hablando mal de los judíos.
Del otro lado, alguien podría señalar que los judíos tienen el prejuicio de sentirse siempre perseguidos, ¿o no?
Es que somos perseguidos, no es un prejuicio. El único país en el mundo que tiene que explicar por qué tiene derecho a existir es Israel, la madre patria de los judíos. Si fuese cierto (que no lo es), pero si fuese cierto, que en la tierra de Israel alguien estaba de antes que los judíos, y sobrevivió y todavía tiene descendencia, pero supongamos que fuese cierto, acá a nadie se le ocurriría cuestionar si el Uruguay es charrúa, guenoa o de los guaraníes. Israel es el único país que tiene que dar explicaciones.
El antisemitismo cambió, ahora se disfraza de antisionismo. Y queda mal decir que no te gustan los afrodescendientes, que no te gustan los gays o que no te gustan los judíos. Queda mal en los tiempos que corren, entonces tenés que buscarle la vuelta. Como queda mal dicen: “Yo no tengo problema con los judíos, lo tengo con el estado de Israel”, casualmente, el único de los 200 países que es un estado judío. Si acá, hace seis años, mataron una persona al grito de “Alá es grande” y en su computadora tenía todo lo que propone el estado islámico, y ya tenía episodios de haber insultado al embajador de Israel en una visita a Paysandú, eso no es una persecución. Fue un caso aislado en los últimos años, pero yo creo en la publicidad, de nuevo lo digo. Y cuando parte de aquel gobierno acusó a Israel de cometer genocidio, eso ayuda a que haya gente que diga: “Sí, tiene razón, Israel comete genocidio”, se levanta un día y trata de salvar al mundo de los genocidas.
El 18 de julio se cumplió un nuevo aniversario del atentado a la AMIA en Buenos Aires. Veintiocho años sin saber quién fue, no fue nadie preso, se sabe [quién fue], pero nadie hace nada. Sumale 30 años del atentado a la Embajada de Israel, donde murieron judíos y no judíos. Ahora, para muchos argentinos, es un problema judío, aunque hayan muerto muchos no judíos. Si hoy explotara una escuela en cualquier parte del mundo, sería un asesinato; si esa escuela es judía, aparecerían voces que dirían: “Y bueno, viste que ellos también…”. No se trata de que murieron niños inocentes en la explosión de una escuela, sino que se trata de que el judío “algo habrá hecho”.
Los gobiernos de izquierda, principalmente el de Mujica, le tiraron algunos guiños a Palestina. ¿Cómo es la relación de la colectividad con este gobierno?
La colectividad no tiene una relación monolítica con ningún partido. Y los judíos votan a todos los partidos. Respecto al gobierno, algunas decisiones caen bien, otras caen mal, a nivel oficial del Comité Central Israelita. La relación con este gobierno es buena, pero también fue buena con Tabaré e incluso yo (como presidente del Comité Israelita) tuve una buena relación con Mujica, ahora cuando tuve que decirle algo, se lo dije, y él cuando tuvo que hacer cosas que a mí me parecieron mal, las hizo, sin pedir permiso.
“A mí me resulta más fácil defender a Israel que a Tenfield, con eso te digo todo. Nadie me rebate nada con argumentos, solo con insultos. ‘Sos un mamadera de Tenfield’, ‘Tenfield es esto o lo otro’, pero no me dan un argumento”
“Yo soy fundador de Tenfield”, dijiste hace algunas semanas en Hacemos lo que podemos de 970 Universal. Alguna vez Juan Carlos Scelza me dijo: “yo soy Tenfield, y estoy orgulloso de serlo”. ¿Te pasa lo mismo?
A mí me resulta más fácil defender a Israel que a Tenfield, con eso te digo todo. Yo dije: yo soy fundador de Tenfield, y para los que creen que Peñarol y el CURCC son cosas diferentes, yo estoy desde el CURCC, porque inicialmente era Torneos y Competencias Uruguay. Yo me siento totalmente responsable de la creación de la empresa, fui el ideólogo de las primeras reuniones que se hicieron para comprar los derechos de televisión en Uruguay. Nunca participé de la parte política, participé de lo periodístico, generando las relaciones entre los personajes.
Lo que noto es que nadie me rebate nada con argumentos, solo con insultos. “Sos un mamadera de Tenfield”, “Tenfield es esto o lo otro”, pero no me dan un argumento. Por ejemplo, se recuerda el episodio de dos periodistas que fueron bajados de un avión, y se señala a Tenfield como responsable, pero no fue así. Fueron jugadores que le dijeron a [Daniel] Passarella que se iban ellos, los jugadores no viajaban. “Estos nos dan palo todos los días, no queremos viajar con ellos”. No fue Tenfield quien tomó la decisión. Tenfield se come garrones.
En esa nota aludiste a Rodrigo Romano, dijiste que “era” tu amigo y que no te habían gustado algunas actitudes suyas. ¿A qué te referías?
Sigue siendo mi amigo, lo que pasa es que no lo he vuelto a ver. Él tuvo un debate al aire con Martín Charquero y estaba muy preocupado porque VTV no transmitió Tacuarembó-Cooper (por la nueva Copa Uruguay), dijo en el canal donde trabaja que “qué horrible” que no transmitieron Tacuarembó-Cooper —es hasta gracioso—, y entonces Charquero le dijo: “Bueno, entonces si nuestra señal no transmite un partido, tenemos que decir lo mismo”. Y él dijo: “Bastante me costó a mí decir lo que pienso en Tenfield”. Yo creo que todo el Uruguay sabe por qué Romano no está más en Tenfield. Yo no necesito repetirlo. Nada que ver con lo que él haya dicho. Que cada uno piense lo que quiera. ¿Alguna vez dijo algo que no sea relatar espectacularmente bien un partido de fútbol? ¿Cuál fue la opinión pública que puede haber molestado? Ninguna. Debe haber sido otra cosa… que la gente piense.
“Dicen: ‘Tenfield está nervioso, porque se le está terminando el contrato por primera vez’. Pero hasta el 31 de diciembre de 2025, Tenfield tiene contrato, y tiene derecho a igualar cualquier oferta. Ahí se evaluará”
En la charla que mantuvimos en 2014 en los estudios de la Sport 890, me reconocías que Tenfield tenía injerencia en las decisiones de la AUF. “Si eso es bueno o malo es otro cantar”, agregaste en aquel momento. Da la impresión de que esa injerencia se terminó, hoy la AUF retomó poderes que le correspondían y existe, por ejemplo, AUF TV. ¿Cómo analizás este escenario?
Las influencias las tienen todos los actores, digamos. Si Tenfield tiene los derechos del Campeonato Uruguayo tiene influencia para fijar horarios de televisación. Hoy sigue teniendo el Uruguayo, y las Eliminatorias las transmitió Tenfield. Ahora, la selección en vez de coordinar con Tenfield cómo organizar partidos (amistosos) trae a Panamá C a jugar, y la gente aplaude. Y va a jugar con Irán y Canadá. Y, bueno, cada uno juega con los que puede. La AUF se sigue quejando: que está fundida, que no tiene plata, y se ve que no les fue tan bien con este cambio. Lo insólito es que, con el contrato actual, es por cuatro años, y llevan seis meses. Y dicen que se está terminando, yo no sé… El contrato empezó el 1.° de enero, y la frase es “se está terminando”. Dicen: “Tenfield está nervioso, porque se le está terminando el contrato por primera vez”. Yo no veo que se esté terminando, hasta el 31 de diciembre de 2025 Tenfield tiene contrato, y tiene derecho a igualar cualquier oferta. Ahí se evaluará.
Desde hace mucho que no se sabe qué es de la vida de Paco Casal. Hace poco hubo una movida para que sea el próximo presidente de Peñarol, pero prácticamente no hay noticias sobre su presente. ¿Pensás que se cansó del negocio del fútbol y la televisación? ¿O sigue teniendo poder, pero lo usa de forma más discreta?
No, él en el tema de la televisión está. Y como contratista, hasta 2010 se quejaban de que la mayoría de los jugadores eran de Paco. El Ruso Pérez era de Paco, [Fernando] Muslera también, el Cebolla Rodríguez, el Mono Pereira. En los 90, cuando jugaban Alzamendi, Ruben Paz, Ruben Sosa, el Pato Aguilera, Francescoli, ¿jugaban porque eran de Paco o porque eran los mejores? ¿Tenía que jugar Peter Méndez? Yo pregunto… Ahora sigue con la TV, él sigue manejando la empresa. Está todos los días ahí. Como contratista tiene menos jugadores, porque la vida es así, ahora tiene menos.
¿Estuvo bien destituido el Maestro Tabárez?
Yo creo que la selección clasificaba igual, pero no lo puedo demostrar. Pero la verdad que la llegada de Diego Alonso hizo que Uruguay se clasifique como nunca antes en la historia, una fecha antes. En las Eliminatorias para 2018, matemáticamente podíamos quedar afuera en la última fecha; en esta ya estábamos clasificados. Yo creo que llegó un momento en que Tabárez estaba desgastado, llegó un momento que vi que “ya está”. La reacción de los jugadores no me pareció acorde con la capacidad que tenían, o había algo que no se estaba comunicando bien, algo pasó.
También es cierto que los rivales que la AUF se dejó poner cambiaron todo. Fue una vergüenza, ese cambio de fixture fue un papelón. Tabárez se quejó (le costó caro) y ningún dirigente se opuso. Fue un papelón eso. A Peñarol o Nacional le hacen eso en el Campeonato Uruguayo y cae hasta el presidente de la República. Y te digo algo más: creo que con Diego Alonso, los jugadores no le piden la camiseta a un jugador argentino, o no lo levantan cuando se cae. Esa es la diferencia.
Hay teorías conspiratorias que señalan que lo sacó el gobierno, porque Tabárez es de izquierda, y unen eso a la intervención del MEC a Villa Española. ¿Creés que este gobierno se ha metido en el fútbol?
Claramente no. Primero, que a Tabárez el contrato se lo firmó Pedro Bordaberry, cuando intervino el fútbol la Conmebol y Bordaberry fue nombrado interventor. Él se lo renovó… era el momento ideal (para no renovarle). Yo fui a Houston con la selección y la dirigía Fabián Coito, porque Tabárez no tenía contrato. La intervención liderada por Pedro Bordaberry tuvo todo para cambiar el técnico, y no lo cambió. Y lo de Villa Española ya lo expliqué: se comieron el amague en el Frente Amplio, porque los que pidieron la intervención eran tan frenteamplistas como los que no, fue un tema interno. Cuatro expresidentes pidieron la intervención, sumado a hinchas, porque había cosas que no estaban claras. Y el MEC intervino Villa Española, como intervino Fénix, y nadie dijo nada.
“A Suárez ya no lo busca el Bayern Munich, no lo busca el PSG o el Manchester City. Pero tenía suculentas ofertas de equipos importantes del mundo y él las desechó. Se puede dar el lujo, por tres meses y medio, de ganar 5 millones de dólares menos”
¿Cómo calificás la llegada de Luis Suárez a Nacional?
Creo que es importante, está bueno. Era una buena idea para él tratar de jugar 14 o 15 partidos en tres meses antes de llegar al Mundial. Su último partido entero fue en febrero, y en noviembre empieza el Mundial. Jugar en el fútbol uruguayo, en una liga que es menos que la inglesa, la española o la italiana, le va a permitir jugar más. Nada más que eso. Tampoco creo que el técnico de Nacional tenga que ponerlo por lástima o para prepararlo para la selección. El técnico de Nacional necesita salir campeón. Y si Suárez no anda, lo va a tener que sacar. ¿Qué le importa la selección a él? Cada uno hace su laburo. Y una cosa es lo que declaren [Emanuel] Gigliotti y [Franco] Fagúndez, y otra cosa es la realidad. ¡Le van a querer sacar el puesto y jugar ellos! Y no que juegue Suárez, que tiene la vida de sus bisnietos asegurada y ellos, que la están remando, no van a decir: “Qué suerte que vino Suárez, así no jugamos más”.
Los hinchas de Peñarol la comparan con el regreso de Morena en el 81 o la llegada de Diego Forlán a Peñarol. ¿Son situaciones comparables?
Tienen algunos puntos de contacto, pero no. Primero, que Peñarol pagó el doble por Morena, ya ahí es distinto. Peñarol compró a Morena, Morena no vino porque quería a Peñarol. Morena vino porque Peñarol le compró el pase al Valencia por 1.200.000 dólares. Acá la gente no puso un peso para traer a Suárez, y en el caso de Morena, según el contador [José Pedro] Damiani: “A Morena lo traemos todos, pero lo terminé pagando yo”, o sea, la hinchada puso plata, pero fue insuficiente. Hubo una campaña [“A Morena lo traemos todos”] como ahora está la campaña de vender camisetas [de Suárez], pero no van a recaudar lo que hubiese costado pagar a Suárez. Morena vino en plena vigencia, con 29 años, por eso ganó todo lo que ganó.
Suárez ya no tiene la vigencia mundial, no de nombre (que sí la tiene), sino deportiva. No lo busca el Bayern Munich, no lo busca el PSG, el Manchester City, ni el Barcelona. Pero tenía suculentas ofertas de equipos importantes del mundo y él las desechó. Se puede dar el lujo de desecharlas, y por tres meses y medio ganar 5 millones de dólares menos sin problema. Porque no tiene ganas de ir a Turquía o a México. No necesita 5 millones más, y se vino a jugar a Uruguay, eso es verdad. Pero viene con 35 años, viene a ganar el Campeonato Uruguayo y, si puede, la Sudamericana.
Diego Forlán vino a una edad parecida, pero en otro momento de su carrera. Ya había ido a Hong Kong, a Japón, a países exóticos, y ya se estaba retirando. Vino, también cobró, a esa altura podía tener algún año más ganando una fortuna, pero él quería jugar en el equipo de su papá. Hay puntos de contacto, pero son casos diferentes.
Siempre te has caracterizado por tu optimismo con la Celeste. Recuerdo cuando prometías que jugaríamos siete partidos en Sudáfrica 2010 y salimos cuartos. ¿Cómo ves la cosa para Catar?
En principio yo creía que este Mundial iba a ser una transición, por el problema que tenemos: porque razonablemente Suárez, Cavani, Godín, Cáceres y Muslera están más cerca del retiro que de su apogeo. Son mucho cinco en 26. A los efectos de jugar contra Corea o contra Ghana, que van a correr como locos, hay que estar preparados. Cuando yo me empecé a fijar en esto hace seis meses, supuse que este Mundial no era el ideal para Uruguay, sino el próximo. Uruguay tiene un montón de jugadores excelentes que van a llegar al Mundial de 2026 con 25 años y los “veteranos” van a llegar con 28 o 29, fijate que Coates tiene 32 (es el más vigente de los veteranos), llegaría con 36. Yo creo que en el Mundial de 2026 Uruguay es favorito. ¡Favorito, y con Valverde y Bentancur en su plenitud! Pero… por lo que he visto últimamente, la verdad, me estoy entusiasmando, no digo que va a ser favorito, pero Uruguay está para meterse en semifinales, y pelear. Depende de cómo liguemos en los cruces. Pero anotá: en 2026, somos favoritos.
¿Te animás a decir que vamos a jugar los siete partidos y que quede escrito?
No, pero la vamos a pelear… y no hay que descartar nada. El más pintado puede quedar afuera en primera fase. Va a depender de los cruces. Pero respecto a 2026, te pongo un ejemplo: si la FIFA dijera que todos los países tienen que armar hoy la lista de jugadores para el Mundial de 2026, Uruguay tiene la mejor lista de jugadores.
¿Cuál es la mayor enseñanza que te gustaría dejarle a tu hija Melina?
No pelearse por plata.
¿Sos feliz?
Sí, sí, pero como todo… Soy feliz, pero ando de un lado para otro.