El Ministerio de Salud Pública (MSP), OSE, la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) y el Ministerio de Ambiente comunicaron a través de un documento que, aunque se aumente la salinidad del agua, “es apta para el consumo de la población general”. De todas formas, recomiendan que las personas con hipertensión, enfermedades renales y dietas restringidas en sal deben “extremar los controles de presión arterial, no descuidar sus controles médicos y, en caso de ser posible, consumir agua embotellada”.
La preocupación por el tema surgió cuando OSE informó la medida, que busca aumentar las reservas de agua potable y combatir el déficit hídrico que sufre el país. El documento especifica que la decisión se debe a la “disminución de agua dulce” en el embalse de Paso Severino, que administra la zona de Montevideo y área metropolitana. Las autoridades advierten que esas áreas podrán percibir una variación en el sabor del agua.
Además, informaron que la Ursea “continuará con el monitoreo habitual de la calidad del agua, incluyendo algunos parámetros de especial interés como los cloruros, sodio, sólidos totales disueltos y conductividad”, y que los controles serán más habituales.
De todas formas, aunque las autoridades incitan a que la población continúe el consumo de agua, exhortan a racionalizar el uso y “abstenerse de utilizarla para fines no esenciales”.
En Uruguay, según datos de la Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades no Transmisibles, desarrollada por el MSP, tres de cada 10 personas de 15 a 64 años presentan presión arterial elevada, y en el grupo de edad de 55 a 64 años, seis de cada 10 personas es hipertensa, según informó Presidencia en 2021.