Alemania entró el miércoles por la noche en una grave crisis política con el estallido del frágil gobierno de coalición del socialdemócrata Olaf Scholz, lo que abre la puerta a unas elecciones anticipadas a principios de 2025.
El sacudón llega en el peor momento para la primera economía europea, inmersa en una grave crisis industrial y preocupada por las repercusiones que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca tendrán en su comercio y su seguridad.
En el gobierno desde finales de 2021, la heterogénea coalición de socialdemócratas, ecologistas y liberales saltó por los aires tras la destitución del ministro de Finanzas y líder de la formación liberal FDP, Christian Lindner.
“Necesitamos un gobierno capaz de actuar y que tenga la fuerza para tomar las decisiones necesarias para nuestro país”, argumentó en un discurso solemne el jefe del gobierno.
Ante los “ultimátums” de su ministro de Finanzas, partidario de un estricto rigor presupuestario, Scholz estimó que no existía “la confianza suficiente para continuar la cooperación”.
El resto de los ministros del partido liberal anunciaron por la noche su dimisión del gobierno, lo que deja al gabinete de Scholz sin mayoría en el Parlamento Federal, el Bundestag.
Voto crucial en enero
Debilitado, el dirigente socialdemócrata anunció que el 15 de enero pedirá a los diputados que se pronuncien sobre la necesidad de convocar elecciones anticipadas.
Esta crisis es el desenlace de meses de disputas entre los tres partidos del gobierno sobre la política económica a seguir, acentuadas durante la preparación del presupuesto de 2025 que debe cerrarse en noviembre.
Si los diputados del Bundestag quieren que las elecciones legislativas se celebran antes de la fecha prevista, septiembre de 2025, se podrían organizar “como muy tarde a finales de marzo”, indicó Scholz.
Para su ministro de Economía y Clima, el ecologista Robert Habeck, no hay dudas: su partido defenderá la necesidad de “elecciones anticipadas”.
El divorcio entre Scholz y Lindner se hizo todavía más evidente en la jornada del miércoles. El jefe de gobierno acusó a su ministro de “traicionar a menudo su confianza” y denunció un comportamiento “egoísta”.
El ya exministro, adalid de la austeridad presupuestaria, le respondió de inmediato y le reprochó haber arrastrado al país “a una fase de incertidumbre” con esta “ruptura calculada de la coalición”.
“No es un buen día para Alemania, ni para Europa”, lamentó la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, otra figura del partido ecologista.
La crisis estalla en la víspera de una cumbre de la Unión Europea en Budapest, la capital de Hungría, donde el dirigente alemán deberá tranquilizar a sus socios y al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, dado que Berlín es el segundo apoyo militar de Kiev.
Las rupturas de las coaliciones de gobierno no son habituales en Alemania. De hecho, Scholz quería mantener la suya hasta las próximas legislativas programadas para el 28 de septiembre de 2025.
Pero las disputas políticas sobre la economía y la inmigración y los enfrentamientos personales han minado desde hace meses su equipo de gobierno.
La sombra de Trump
La salida de los liberales deja al gobierno sin mayoría parlamentaria, aunque Scholz confía en poder resistir unos meses en minoría para sacar adelante algunas leyes “que no pueden ser aplazadas”.
Entre ellas citó un aumento de los ingresos para los asalariados desde enero, la implementación de las nuevas reglas de asilo de la UE y medidas inmediatas de apoyo a la industria alemana.
Otro asunto son los presupuestos federales de 2025, que difícilmente podrán ser aprobados sin mayoría, lo que obligaría a gestionarlos provisionalmente a partir de enero.
Scholz declaró que propondrá al jefe de la oposición conservadora de la CDU-CSU, Friedrich Merz, “trabajar juntos de manera constructiva en cuestiones cruciales” para el país, como economía y defensa.
El dirigente socialdemócrata confiaba que la elección de Trump, con su política proteccionista y sus habituales confrontaciones diplomáticas, llevaría a la coalición a juntar filas.
Pero ocurrió lo contrario porque los liberales del FDP consideraron que las presidenciales estadounidenses hacen más urgente un cambio de rumbo económico en Alemania.
Los sondeos apuntan que, en caso de elecciones, la oposición conservadora ganaría con más del 30% de votos y que su líder, Friedrich Merz, sería el favorito para asumir el gobierno.
Pero tendría dificultades para formar una mayoría en el Bundestag donde, también según los sondeos, la extrema derecha de Alternativa para Alemania ocuparía la segunda bancada.
AFP