Tropas israelíes con apoyo aéreo llevaron a cabo el viernes varias operaciones contra el movimiento islamista Hamás en la Franja de Gaza, provocando la huida de decenas de miles de palestinos tras casi nueve meses de una guerra que genera temores de una conflagración regional.
Los tropas atacaron “decenas de sitios de Hamás” en el barrio de Shujaiya de Ciudad de Gaza, en el norte de la Franja, donde el jueves ya habían procedido a ataques con fuego de artillería y de helicópteros, informó el ejército.
Columnas de humo se elevaban sobre la localidad, informó un reportero de AFP.
La Defensa Civil de Gaza y testigos dieron parte de “numerosos muertos”.
“Decenas de miles de civiles” huyeron de la zona, indicó Defensa Civil, tras un llamado del ejército a evacuarla.
“¡Ya basta”
“¡Ya basta! (...) Hemos perdido a nuestros hijos y nuestros hogares y seguimos huyendo de un lugar a otro”, dijo una mujer palestina que abandonaba la zona.
“Vi un tanque disparando frente a la mezquita de Shuhada. Mis padres y mi hermana estaban atrapados en casa y ya no tengo noticias de ellos. Había mártires en las calles”, relató Abdelkarim al Mamluk, un residente de Gaza.
Israel también bombardeó otras áreas del norte de Gaza, “eliminando a docenas de terroristas escondidos en las escuelas de la Unrwa”, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, aseguró el ejército.
En el centro de la Franja, fuentes médicas informaron de tres muertes, incluida una niña, en Deir el Balah, y testigos reportaron disparos de artillería en Nuseirat.
En el sur, se señalaron disparos de artillería en Jan Yunis y Rafah.
Un responsable de Defensa Civil, Mohamad al Mughair, dijo a AFP que las fuerzas israelíes avanzaban en el oeste de Rafah y atacaban la sede de su institución.
“Nos atacaron y dañaron dos camiones de bomberos, una ambulancia y una pequeña excavadora utilizada para extraer a los heridos de debajo de los escombros”, indicó, añadiendo que algunos de sus colegas resultaron heridos.
Israel lanzó el 7 de mayo una ofensiva terrestre en Rafah, alegando que esa ciudad fronteriza con Egipto era el último gran bastión de Hamás, que gobierna Gaza desde 2007.
Pero los combates se reanudaron en otras regiones, especialmente en el norte, donde persisten focos del movimiento islamista.
Condiciones “desastrosas”
La guerra se desencadenó el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas mataron a 1.195 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento de AFP basado en datos oficiales israelíes.
El ejército israelí estima que 116 personas permanecen cautivas en Gaza, 42 de las cuales habrían muerto.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya ha dejado al menos 37.765 muertos, también civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás en Gaza.
La guerra provocó una catástrofe humanitaria en el pequeño territorio palestino de 2,4 millones de habitantes, asediado por Israel, donde falta agua y alimentos y el sistema sanitario está prácticamente desmantelado.
Un total de 32 hospitales de los 36 de la Franja de Gaza sufrieron daños y 20 de ellos están fuera de servicio, según cifras publicadas el viernes por la OMS.
Una directora de misión de la Unrwa, Louise Wateridge, afirmó que las condiciones de vida en el territorio son “desastrosas”.
Tensión con Líbano
Los temores de que el conflicto se extienda al Líbano se incrementaron en las últimas semanas.
Desde el inicio de la guerra en Gaza, la frontera entre los dos países registra duelos casi diarios de artillería entre el movimiento islamista proiraní Hezbolá, aliado de Hamás, y el ejército israelí.
El Hezbolá anunció el viernes que había bombardeado una base militar en el norte de Israel y anunció la muerte de uno de sus combatientes por un disparo israelí.
La agencia oficial libanesa de información reportó la muerte de tres personas, entre ellas dos palestinos, en un bombardeo israelí en la aldea de Kfar Kila.
En el norte de Israel, las sirenas de alerta sonaron varias veces, indicó el ejército, que señaló que tres drones lanzados desde Líbano cayeron en Galilea, sin causar víctimas.
AFP