Por The New York Times | Ken Bensinger and Richard Fausset

En julio, dos hombres fueron de puerta en puerta en un extenso complejo de apartamentos en Norcross, Georgia, un suburbio de Atlanta que es un punto importante para la creciente población latina de la región, y preguntaron a los residentes si eran ciudadanos estadounidenses y si estaban registrados para votar.

Hablando en español, a menudo asomándose detrás de puertas medio cerradas, siete personas les dijeron a los hombres que no eran ciudadanos pero que estaban registradas para votar.

Aunque los dos hombres aseguraron representar a una empresa que ayuda a los latinos a transitar por el sistema electoral, en realidad trabajaban con Heritage Foundation y llevaban una cámara oculta. Días después, el grupo conservador publicó un video en la plataforma social X que contenía algunas de las imágenes que los hombres habían capturado, las cuales dijeron que eran evidencia “abrumadora” de que el 14 por ciento de los no ciudadanos de Georgia —lo que Heritage Foundation dijo que se extrapolaba a más de 47.000 personas— estaba registrada para votar.

“Según nuestros hallazgos”, concluyó el video, “la integridad de las elecciones de 2024 está en grave peligro”.

Elon Musk, dueño de X, compartió el video y lo calificó de “extremadamente perturbador”. Se volvió viral en poco tiempo.

Pero, tras ser sometidas a escrutinio, esas afirmaciones no se sostienen. Tres de las siete personas que Heritage Foundation grabó dijeron después que se habían expresado mal. Los investigadores estatales no encontraron pruebas de que alguna de las siete personas que aparecen en el video estuviera registrada para votar. Un portavoz del secretario de Estado de Georgia, el republicano Brad Raffensperger, calificó el video de “artimaña”.

Este fue solo uno de los varios videos engañosos que Heritage Foundation ha difundido en las redes sociales este año. Si bien el grupo, que solía ser serio, ha recibido atención recientemente por el Proyecto 2025, el plan de derecha para un futuro gobierno de Trump que financió el grupo, también ha dejado su huella con un esfuerzo agresivo para moldear la opinión pública, sembrando falsedades sobre la integridad de las elecciones de 2024 en las redes sociales y los medios de comunicación conservadores.

En el centro de esa iniciativa se encuentra The Oversight Project, una rama de Heritage Foundation que lleva a cabo lo que describe como investigaciones sobre políticas de inmigración, entre otros temas. Tomando prestadas tácticas encubiertas utilizadas por el grupo Project Veritas, The Oversight Project ha publicado videos sobre la supuesta amenaza del voto de los inmigrantes en los refugios de la frontera de Texas, en la ciudad de Nueva York y en Carolina del Norte.

El proyecto afirma que se está preparando para publicar investigaciones de otros estados, incluido lo que su director ejecutivo, Mike Howell, describió recientemente en una transmisión en directo en X como “algo bastante importante” dirigido al registro de votantes en el Departamento de Vehículos Motorizados de Virginia.

“Consideramos que nuestro papel en esta causa es el de ser los primeros en dar las noticias explosivas”, afirmó Howell. La grabación de la transmisión en directo parece haber sido eliminada después de que The New York Times se pusiera en contacto con Heritage Foundation para este artículo, y hasta ahora The Oversight Project no ha publicado ningún video sobre el supuesto voto de personas extranjeras en Virginia.

Pocos grupos han hecho tantos esfuerzos para impulsar la teoría falsa, pero cada vez más extendida, de que los no ciudadanos se están preparando para votar en masa en noviembre, amenazando la integridad de la elección.

El video de Georgia, la iniciativa más reciente de Heritage Foundation, registró más de 56 millones de visitas, según las estadísticas de X, y se ha convertido en tema de debate en docenas de programas de entrevistas y podcasts de derecha, así como en Fox News. Al día siguiente de su publicación, tanto Raffensperger como el fiscal general de Georgia, Christopher Carr, emitieron declaraciones aparentemente en respuesta al video, en las que se comprometían a investigar denuncias “específicas” de fraude electoral.

Pero no hay evidencia que respalde las conclusiones de Heritage Foundation en Georgia, un estado clave para las elecciones con una gran población inmigrante, o, de hecho, en cualquier otro lugar del país.

El voto de los no ciudadanos es ilegal en casi todas las jurisdicciones, salvo en unos pocos municipios dispersos que permiten a los residentes que no son ciudadanos votar en las elecciones locales. Cualquier extranjero condenado por intentar votar en una elección federal se enfrenta a fuertes multas, penas de prisión y posible deportación.

Un estudio del Brennan Center for Justice, un grupo de políticas que se centra en temas de derecho al voto y justicia penal, concluyó que una diezmilésima parte del 1 por ciento de los votos en las elecciones de 2016 fueron emitidos por no ciudadanos. El Instituto Cato, un grupo libertario, ha afirmado que “los no ciudadanos no votan ilegalmente en cantidades detectables”. El propio análisis de Heritage Foundation encontró solo 23 casos documentados de votación de no ciudadanos en todo el país entre 2003 y 2023.

Independientemente de la evidencia, los críticos afirman que esfuerzos como la investigación de Heritage Foundation en Georgia podrían ser utilizados por el expresidente Donald Trump y sus aliados para tratar de desacreditar los resultados de las elecciones si pierde.

“El inmigrante se convierte en el coco”, dijo Richard L. Hasen, experto en derecho electoral de la facultad de derecho de la Universidad de California, campus Los Ángeles. “Proporciona un medio para deslegitimar las victorias demócratas y crea un camino para impugnarlas”.

Varios expertos electorales criticaron la metodología de The Oversight Project por considerarla profundamente defectuosa. Las cifras del grupo sugieren que habló con un total de 50 personas —estadísticamente, una muestra minúscula— antes de llegar a la conclusión de que 1 de cada 7 residentes no ciudadanos de Georgia podría estar registrado ilegalmente para votar.

En un correo electrónico enviado al Times la semana pasada, Howell defendió el trabajo del grupo en Georgia. “No me sorprende que cuando una persona admite haber cometido un delito ante una cámara, luego se retracte cuando el video se hace público”, dijo.

Cuando se le preguntó sobre las investigaciones —incluidos los propios datos de Heritage— que muestran lo poco común que es el voto de los no ciudadanos, Howell afirmó: “La monumental cantidad de no ciudadanos que han cruzado nuestras fronteras desde 2021 ha hecho que cualquier ‘estudio’ anterior sobre el voto de los no ciudadanos sea irrelevante”.

Según Mike Hassinger, portavoz de la oficina del secretario de Estado de Georgia, la investigación de Raffensperger sobre las afirmaciones de Heritage Foundation continúa. Hassinger afirmó que los investigadores no habían encontrado registros que sugieran que las personas que aparecieron en el video se habían inscrito o votado, así como “ninguna solicitud de voto pendiente o rechazada de 2024” del complejo de apartamentos.

Los investigadores estatales fueron al complejo de apartamentos y conversaron con dos de las personas entrevistadas por The Oversight Project. Una dijo que, a propósito, les proporcionó a los hombres que estaban en su puerta un nombre falso y les dijo lo que creía que querían oír “para que se fueran”.

Hassinger describió la iniciativa de Heritage Foundation como “una artimaña” y agregó: “No hay mejor palabra para describirla”.

El Times también habló con una mujer entrevistada en el video. La mujer, una inmigrante de Honduras que pidió ser identificada solo por su primer nombre, Marta, porque temía ser deportada, confirmó al Times que no estaba registrada para votar y que nunca había intentado registrarse en los nueve años que había vivido en Estados Unidos.

Se había sorprendido al ver a dos desconocidos aparecer en su puerta y temió que si les decía la verdad —que no estaba registrada para votar— podrían intentar registrarla y pedirle que firmara documentos, lo que podría ponerla en riesgo ante las autoridades de inmigración.

Marta dijo que no tenía idea de que la estaban grabando hasta que le mostraron el video en línea y que los dos hombres no le pidieron su nombre completo ni su dirección. “Solo quería que se fueran”, dijo.

La mujer fue identificada previamente por Lead Stories, un grupo privado de verificación de datos contratado por plataformas de redes sociales para verificar contenido. El grupo también localizó a otras dos mujeres que aparecieron en el video. Ambas negaron haberse registrado para votar.

En las redes sociales, The Oversight Project afirmó que había intentado localizar a las siete personas en las listas de votantes del estado, pero que "no pudo encontrarlas", y agregó que “los no ciudadanos tienen flojos registros de historial de direcciones y a menudo utilizan documentos y nombres falsos”.

En marzo de 2022, Raffensperger anunció los resultados de una auditoría estatal que determinó que 1634 no ciudadanos habían intentado registrarse para votar entre todos los votantes registrados de Georgia en ese momento y que los procedimientos de verificación estatales existentes les habían impedido hacerlo. También señaló que ninguno de ellos había emitido su voto.

“Mis compatriotas georgianos me preguntaron: ‘¿Votan en Georgia los no ciudadanos?’”, dijo Raffensperger en mayo en el programa “Meet the Press” de la NBC. “Puedo decir: ‘No, no lo hacen’, porque lo hemos comprobado”.