Aunque la reapertura ofrece un alivio a los propietarios, el aforo estará limitado al 75% y para entrar se exigirá una prueba de vacunación o un test negativo reciente.
También se recomendará el uso de mascarillas, pero no será obligatorio.
"Es un alivio poder abrir, aunque no sea al 100%", dice a la AFP Martin Munier, gerente del club Sacré, en el centro de París.
Sin embargo, la mayoría de los clubes permanecerán cerrados, ya que frente a las estrictas condiciones muchos prefieren seguir cobrando las ayudas del gobierno a la espera de saber cómo evolucionará la variante Delta.
"Se trata de una reapertura para el 30% de las discotecas, porque el 70% no pudo aplicar los estrictos protocolos sanitarios", dijo el ministro de Salud, Olivier Véran, a la radio France Inter.
"Seguiremos muy atentos y, evidentemente, si tenemos que dar marcha atrás porque las cosas van mal, haremos lo necesario", añadió.
Véran señaló que los casos de contagios con la variante Delta representan ahora casi el 50% del total registrados en todo el país, y "pronto serán la mayoría, probablemente este fin de semana".
El presidente Emmanuel Macron presidirá el lunes un Consejo de Defensa sanitario excepcional en el cual se abordará el avance de esta variante surgida en India y la campaña de vacunación, entre otros temas.
Con información de AFP