La fiscal Gabriela Fossati se volvió a referir este martes al caso del excustodio presidencial Alejandro Astesiano y a varios asuntos relacionados con el caso. Entrevistada en radio Sarandí, la magistrada consideró una “falta de respeto” que el periodismo y la opinión pública hablaran de su estado de salud, algo que se comentó por su cantidad de solicitudes de licencia médica.
“En mi caso, yo no tengo una salud buena desde que tengo 15 años. Tengo 10 operaciones encima porque tengo un tema de autoinmunidad; sin embargo, fíjense en mi legajo, prácticamente no tengo faltas. Cuando me tuve que operar y luego cuando uno está en situación de estrés, el cuerpo reacciona”, indicó, y explicó que le pasó toda la vida, en el sentido de que siempre le dieron licencias médicas “largas”, pero se “reintegra antes”.
Fossati expresó que desde 1991 está en el Poder Judicial y es fiscal desde 1993, y que “nunca le había pasado” de tener la “presión y aislamiento” durante el caso Astesiano. “Fue una situación de mucho estrés, mucha exposición, traté de manejar un perfil bajo. Soy de las personas tan comunes que salía a tirar la basura en pijama. Ese tipo de situaciones que logré mantener durante treinta y pico de años se me terminó de golpe”, contó.
“Por suerte, en el mundo donde yo me muevo, la realidad es que la recepción es muy positiva. Tengo que agradecer a la gente que se acerca porque siempre es con una actitud de cariño. En este caso se pasó un poco la línea, la verdad. Incluso mi familia, no mis hijos, por suerte, porque no tienen mi apellido, pero mis sobrinos son de todos los sectores políticos y todos se han peleado con los que se han tenido que pelear porque me conocen. Ellos, algunos han tenido situaciones feas”, agregó.
Consultada sobre si las presiones que sufrió fueron para que apurara la investigación, Fossati contestó negativamente y afirmó que fue por el contrario. De acuerdo con lo que dijo, en su caso trabajó muy rápido y pidió entre 10 y 14 informes por día. El problema venía por el lado de que las respuestas que recibía “no eran claras”.
“Al principio, los primeros dos meses estuvimos muy solas con mi equipo y entre nosotras nos apoyamos mucho, pero el problema eran los comentarios que venían a través de ustedes, al principio de los investigados mismos, que no teníamos nada, que habíamos inventado. Yo estoy contenta con el resultado del trabajo porque gracias a ese trabajo se detectaron errores administrativos de trabajo o situaciones antirreglamentarias que se investigaron prácticamente todas las oficinas públicas que investigué. No es menor haber podido detectar que junto a nuestro presidente había una persona que cometía actos ilícitos. Me parece un acierto y algo muy positivo”, opinó.
“Al principio no sabíamos hasta dónde llegaba el compromiso de las autoridades. Ahora estoy en una etapa de cuestionamiento de cómo trabajamos para mejorar. Creo que la ley es muy mala, hay que cambiarla, y el sistema de trabajo de los fiscales es muy malo. Si no tenés un apoyo muy sólido desde el ámbito institucional, hay personas que nunca vas a poder investigar”, añadió.
Finalmente, comentó sobre su intercambio con Fernando Romano y la pelea en su despacho, caso que fue archivado por la Fiscalía cuando realizó una investigación administrativa.
“Yo me enojé porque quizás soy de otra época y soy de una familia de siete hermanos: a las mujeres se las respeta. El doctor Romano entró a mi despacho, me encerró”, dijo, y agregó que antes de esta situación no se había enojado con él, sino que eso fue lo que trascendió porque era lo que él decía.
“Él me estaba subrogando a mí, me estaba informando. Romano fue a ver a Astesiano solo, sin nosotros. ¿Qué pasó? No sabemos nada. Le mando un mensaje y le pregunto dónde está el audio, qué pasó. Es mi caso. Lo peor es que no había ido con mi equipo. Eso no es enojo, es responsabilidad. Yo tengo que saber qué novedades positivas o negativas habían surgido en mi expediente; era mi caso. Ni una palabra de enojo”, añadió.
Por último, contó que hizo la denuncia penal porque le pareció “un mal mensaje” de la Fiscalía decir que fue una “pelea entre pares”.
“Un hombre nunca puede encerrar y arrinconar a una mujer. Yo se lo dije al fiscal general: si hubiera encerrado a alguno de mis hermanos hubieran terminado todos los vidrios de mi oficina rotos. Nosotros no podemos reaccionar, no podemos reaccionar así. Me quedé callada, le pedí que bajara la voz y que se callara”, concluyó.