Fiscalía pidió la imputación de cuatro represores por los
asesinatos de los exlegisladores Zelmar Michelini (Frente Amplio) y Héctor Gutierrez
Ruíz (Partido Nacional) el 21 de mayo de 1976 en Buenos Aires, Argentina, y por otros delitos. En el pedido de formalización de estas investigación, el fiscal Ricardo Perciballe, especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, explicó el pasado jueves cómo se gestó la operación y la forma en que se concretaron los delitos.
Para el fiscal, un hito relevante se da entre el 25 de noviembre y el 1.° de diciembre de 1975 en Chile, cuando los servicios de Inteligencia de ese país convocaron a una “reunión de coordinación” a los restante países del Cono Sur: Uruguay, Argentina, Paraguay y Bolivia. A ese encuentro concurrieron los altos jerarcas de los servicios de Inteligencia de estas naciones. El representante uruguayo fue el coronel J. A. F., subdirector del Servicio de Información de Defensa, quien a su vez fue el que propuso el nombre de “Cóndor” al plan orquestado en honor al país convocante.
El objetivo principal del acuerdo fue el combate contra la
Junta Coordinadora Revolucionaria, que nucleaba a los grupos de izquierda
que se habían alzado en armas y fundamentalmente se encontraban en Argentina. Esta
organización fue creada por el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros junto con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria chileno, el Ejército
de Liberación Nacional boliviano y el Ejército Revolucionario del
Pueblo de Argentina. “No obstante, a poco que se analice su accionar, ese objetivo
fue sobrepasado ampliamente, habida cuenta que, por la vía de los hechos su
estructura fue utilizada para la persecución de todos aquellos grupos
políticos y/o personas que se oponían a los regímenes dictatoriales instaurados en la
región. Entre ellas, las víctimas que forman parte de la presente investigación”, expresa el fiscal Perciballe en el dictamen en el que pide la formalización de la investigación contra cuatro represores por una serie de delitos: Ricardo Arab, Ernesto Ramas, Jorge Silveira y Ricardo Medina.
Una vez en marcha el cometido inicial, se agregaron objetivos y ahí comenzaron las fases dos y tres, que “eran mucho más que un intercambio de información”, según Fiscalía.
Durante la segunda fase, se acordó “que no existirían fronteras” a la hora de realizar detenciones y asesinatos a toda persona que se opusiera al régimen. Es en esta instancia cuando se cometen los homicidios de los exlegisladores uruguayos Michelini y Gutiérrez Ruíz en Buenos Aires.
"Contra su voluntad"
Entre las fuerzas represoras argentinas y uruguayas se llevaron a cabo una serie de operaciones en conjunto, cuyo objetivo era desmantelar todos los movimientos opositores y a sus principales líderes. Esto trajo consigo una serie de detenciones, torturas y asesinatos.
Michelini y Gutiérrez Ruíz (ambos exiliados en Argentina) estrecharon vínculos para denunciar los hechos sucedidos en Uruguay. El punto donde mayoritariamente se reunían era el café Tortoni, ubicado en la capital argentina.
Los exlegisladores sabían que eran espiados y todos sus movimientos eran controlados. En 1976, Michelini tomó conocimiento que las fuerzas represoras estaban trabajando en un operativo para capturarlo. Debido a esta situación, escribió y envió una carta a un amigo y compañero del diario La Opinión de Buenos Aires el 5 de Mayo de 1976. El documento detalla que sabía que estaban trabajando para llevarlo “contra su voluntad” a Montevideo, y dejó en claro que las autoridades argentinas querían alejarlo del país. Cuando su cuerpo fue hallado sin vida, el documento fue publicado en el diario.
Después de una reunión secreta entre el canciller uruguayo y su par argentino el 7 de mayo de 1976, accedieron a la carta escrita por Michelini, y el 18 del mismo mes dieron con el paradero del exlegislador.
En la madrugada de ese 18 de mayo de 1976, montaron un fuerte operativo en el Hotel Liberty: las fuerzas represoras ingresaron al recinto, amenazaron al personal y exigieron las llaves de la habitación de Michelini. Una vez que se hicieron con las llaves, ingresaron al cuarto, robaron los objetos de valor, le vendaron los ojos al exlegislador y se lo llevaron en un auto con “rumbo desconocido”.
En el caso de Gutiérrez Ruíz, las fuerzas de Inteligencias habían logrado tener acceso a su correspondencia y pincharon sus líneas telefónicas. Fue así que en la madrugada del 18 de mayo un grupo de personas de nacionalidad argentina irrumpieron en su domicilio, y secuestraron al exdiputado del Partido Nacional.
El modus operandi fue similar, en ambos casos ingresaron a sus domicilios fuertemente armados, les vendaron los ojos a todos los presentes y se llevaron en un auto a las personas que buscaban.
Posteriormente, ambos cuerpos fueron hallados el 21 de mayo en el interior de un auto, en la intersección de avenida Richieri y Perito Moreno. En el mismo vehículo se encontraban también los cuerpos de los militantes tupamaros Rosario Barredo y William Whitelaw.