En la tarde de este viernes el fiscal de Corte, Jorge Díaz, recibió de parte del director general de Secretaría del Ministerio de Defensa, Fabián Martínez, todos los antecedentes relativos al Tribunal de Honor realizado en el año 2006 al coronel en situación de reforma Gilberto Vázquez, como consecuencia de su fuga del Hospital Militar Central de las Fuerzas Armadas.
El Fiscal de Corte instruyó a su secretaría a enviar todos los documentos a la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad, a cargo del fiscal Ricardo Perciballe, a los efectos de su estudio y para la actuación que estime pertinente.
En esas actas el coronel retirado Gilberto Vázquez confesó la existencia del llamado segundo vuelo, su participación en él, y su vinculación con la desaparición de Adalberto Soba, un militante del PVP que continúa desaparecido.
En 2006 Vázquez simuló un problema físico para ser trasladado al Hospital Militar desde el cuartel donde estaba detenido, esperando su posible extradición a Argentina para ser juzgado por crímenes durante la dictadura. Desde allí se fugó y estuvo cuatro días prófugo, siendo detenido y conducido a las autoridades mientras lucía una peluca en su cabeza.
Vázquez había sido el último en entregarse cuando se ejecutó la orden de arresto para seis exrepresores, entre los que estaban también José Gavazzo, Jorge Silveira, Ernesto Rama, Ricardo Arab y Ricardo Medina.
El coronel retirado tuvo que declarar ante el Tribunal de Honor Militar a raíz justamente de aquella fuga, debido a que representaba una afectación al honor militar.
Ayer, un informe de Leonardo Haberkorn para El Observador reveló algunas de las confesiones contenidas en el acta, en las que Gilberto Vázquez admitió que el Ejército torturó y ejecutó durante el período de terrorismo de Estado, pero además reconoció la existencia del llamado "segundo vuelo" en 1976, algo negado por varios de los represores.
En las actas, a las que accedió también Montevideo Portal, Vázquez narra su preocupación cuando se dio cuenta de que en el proceso judicial iniciado a él y a otros militares implicaba una prisión larga. Comentó que el Ejército lo "mandaba preso" por las cosas que había hecho.
"El Comandante en Jefe me dice que viene de una reunión con el presidente, y me dice lo quieren preso sí o sí, no hay otra solución", contó.
"Que me digan asesino, torturador, fenómeno, pero ni chorro, ni traidor, ni ninguna porquería de esas", comentó sobre los posibles móviles económicos en su accionar en dictadura.
Vázquez también narró que en 1985 a Ricardo "Turco" Arab, otro exrepresor detenido, "estuvo por ir preso por un asunto de cheques sin fondos" y concurrió al Servicio y dijo que "si no le daban la guita para tapar el agujero iba a largar todo lo que él sabía y sabe todo".