El ministro de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero, volvió a referirse a las críticas de dirigentes del Frente Amplio (FA) por la inundación que hubo a inicios de la semana en la zona del nuevo puente de La Charqueada, y adjudicó los cuestionamientos a “un desconocimiento o una mala intención”.
“No hay nada por lo que se pueda dudar de que la calidad del puente haya tenido ninguna dificultad. El puente no tiene dificultad. Es medio irrisorio que tengamos que estar hablando de esto con senadores que fueron gobierno y que tendrían que conocer. Yo acá lo que veo es que hay un desconocimiento o una mala intención”, dijo Falero, entrevistado en Primera mañana de El Espectador.
“Obviamente, capaz que estamos en una instancia pre electoral y lo que se busca es confundir a la ciudadanía, pero si se habla con cualquiera de las autoridades de La Charqueada o Cebollatí van a entender que le cambió la vida”, añadió el ministro.
Falero explicó que la zona inundable es el acceso a Cebollatí, y remarcó que una obra para evitarlo podría generar mayores inconvenientes por un “represamiento” del agua del río. Según señaló, la posibilidad de “generar un talud” para hacer esa zona no inundable, afectaría de forma directa al pueblo.
El ministro explicó que de los ocho kilómetros que hay desde el río hasta la localidad, hay dos kilómetros en los que, cuando el río crece, se suele generar una inundación.
“El puente funcionó espectacularmente bien de acuerdo a lo previsto. El puente no es inundable y no lo va a ser. A tal punto no puede ser inundable que las características estructurales del mismo están a un nivel que sería casi imposible —salvo una catástrofe— que se pudiera generar una tapadura del puente. Si se tapa el puente, desaparecería La Charqueada. Lo que sí es inundable es el acceso a Cebollatí, que toda la vida lo fue. Aunque ahora lo es menos”, afirmó Falero.