Por Gerardo Tagliafero"/>
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Las 40

El otro fútbol uruguayo

Fabián Coito cantó Las 40

"Hay que hacerle sentir al jugador el deseo de ganar, pero sin extralimitarnos y decirle que es la única opción que existe", dijo Fabián Coito, entrenador de la Sub 20, que contestó Las 40 de Montevideo Portal. Por Gerardo Tagliafero

Lectura: 25'

2015-04-21T00:47:00-03:00
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El entrenador de la selección uruguaya Sub 20 antes lo fue de la Sub 17 y más atrás en el tiempo de la Sub 15. En todas las etapas cumplió con los reglamentos no escritos del "proceso Tabárez": habló y habla a los jóvenes que tiene a su cargo de cosas tan exóticas para el fútbol uruguayo como que ganar no es lo único en el deporte, que perder es una alternativa del juego o que el respeto por el rival es parte sustancial de la competencia.

Cuando uno comparte una charla con él se da cuenta que no necesita hacer un esfuerzo para transmitir ese mensaje. Fabián Coito parece más un educador que un director técnico de fútbol y seguramente esto explica el hecho de que, aún después de muchos años de formar parte del cuerpo técnico de las selecciones nacionales, siga yendo todas las semanas al liceo Maturana, donde dirige a los chicos en sus competencias estudiantiles.

En su rutina alterna la tarea con jóvenes que ya saborean la fama, los buenos contratos y los pases millonarios, con la que desarrolla con chiquilines que viven en el mundo de los simples mortales, son aspirantes a ingenieros, médicos o cajeros de banco e imaginan un futuro de más certezas y menos luminarias. Por eso emplea tiempo, esfuerzo y destreza en preparar a los futuros profesionales del fútbol -o actuales en algunos casos- para medirse con los cantos de sirena y ayudarlos a no saltearse etapas. Y la de la formación es quizás, en su visión, la más importante, no solo porque hay que prepararse para un futuro que en casi todos los casos es incierto aunque no lo parezca, sino porque el propio desarrollo profesional lo necesita. "Cuando un adolescente le dice a su padre: ‘papá, no estudio más porque no puedo, no me da el tiempo', y no encuentra límites, después tampoco en el fútbol los acepta", reflexiona Coito, sin abandonar el rictus de sonrisa que acompaña cada frase.

Este hombre que como futbolista apenas llegó a la categoría de meritorio, con su receta como entrenador exhibe un envidiable palmarés: puso a la Sub 17 en la final del mundo en 2011, estuvo a minutos de ser campeón sudamericano Sub 20 en enero de este año y estará al frente de Uruguay por tercera vez en un mundial juvenil. Claro, no salió campeón, y eso es casi pecado.

Sobre el triunfo y la derrota, los límites, el manejo de las frustraciones, la formación de los jóvenes deportistas y también sobre algo de fútbol trata esta charla con un educador sin diploma que, además, entrena a selecciones uruguayas.

GERARDO TAGLIAFERRO
[email protected]



1) ¿Pasó a la historia la época de Fabián Coito entrenador de equipos liceales en el Maturana?
No, no, todavía está vigente. Sigo ahí, desde otro lugar, en el sentido que a veces las exigencias de la selección hacen que no pueda estar siempre. Pero sigo ligado al Maturana, de hecho voy todas las semanas. Solo no lo hago cuando estoy en el exterior.

2) ¿Cuál es tu tarea ahí?
En el fútbol de Secundaria, en el que el Maturana participa del torneo intercolegial, hago la función de entrenador. Pero más que el entrenador a la búsqueda de talentos, como puede ser en el fútbol juvenil, es utilizar el fútbol como herramienta para la formación del chiquilín. Aprovechar todas aquellas cosas que transmite el deporte: trabajo en equipo, grupo, compromiso, y también crear el hábito de lo bueno que es el deporte.

"Un buen grupo da muchas mayores oportunidades de obtener buenos resultados"

3) ¿Hay muchas diferencias con el trabajo en el fútbol profesional?
Y sí, hay. En la parte de la metodología de trabajo la diferencia es total, desde la cantidad semanal de entrenamientos hasta la exigencia, el tiempo. Pero después hay cosas en común: las edades, por ejemplo. Son adolescentes, tienen las mismas inquietudes, las mismas ganas de ganar un partido, las mismas reacciones a veces cuando no se logran los objetivos. Y creo también en algo que buscamos permanentemente acá en la selección y también en los colegios: que fortalecer los vínculos nos va a hacer llegar mucho más lejos y, a nivel de colegio, estar mucho más contentos sea cual sea el resultado. Y a nivel de selecciones un buen grupo da muchas mayores oportunidades de obtener buenos resultados.

4) En las competencias del Maturana con otros liceos, los demás deben decir: ¡ehh no vale, se traen al técnico de la selección!
Sí, me gusta porque a veces dicen: "se nota que estás como entrenador", y lo único que hacemos en el Maturana es juntarnos, hacer un rato de fútbol, pasar bien... no hay nada de táctica ni de estrategia. Lo que pasa es que el Maturana es un colegio muy futbolero, los chiquilines viven jugando al fútbol, y entonces ahí hay un crecimiento y un mejoramiento que no tiene nada que ver con la capacidad de los entrenadores.

5) Hay futbolistas que llevaste a las selecciones juveniles directamente de un colegio, sin pasar por un equipo profesional. Como el actual jugador de Wanderers Juan Cruz Mascia, por ejemplo.
Por ejemplo. Ese es el caso que ha trascendido más. Después hay otros que por ahí no han llegado, otros que están jugando sin gran éxito, y hay otros por ejemplo a los que les digo "vos tenés que ir a un equipo" y dicen "no, no, dejar todo para jugar al fútbol no es lo mío". Tienen otras opciones.

6) En el caso de Mascia, lo llevaste directamente a la selección porque lo viste jugar en Stella Maris.
Claro, y le dije: "vas a tener que fichar en un equipo". No sé si tanto desde el punto de vista reglamentario, pero sí para competir regularmente porque la competencia en esa edad es muy importante. Pero fue directo, sí.

7) ¿Es muy diferente el material humano con el que trabajás a nivel de fútbol profesional en juveniles, del que hay en colegios privados como el que estamos hablando?
No creo que la esencia sea diferente, pero puede haber cierta diferencia en las condiciones de la relación. En el colegio es una cuestión más franca, más abierta, donde se expresan de otra manera con el profesor, con el entrenador. Acá (en la selección juvenil), los chiquilines vienen en busca de generar o mantener una imagen, de generar un respeto a su trayectoria o a su nivel futbolístico. Pero en definitiva, cuando nos vamos conociendo y vemos el estilo de conducción y la relación muy abierta pero muy estrecha que hay, terminamos teniendo un vínculo muy parecido al que hay en el colegio. De respeto pero con un vínculo muy fuerte.

8) En el fútbol profesional la mayoría de los futbolistas provienen de un entorno socioeconómico medio o bajo, que en general no es el mismo que nutre a los colegios privados.
Exacto, pero Maturana tampoco es de los colegios privados que podamos identificar con las clases altas. Lo que pasa es que en el fútbol hoy cada vez es más difícil llevar adelante las dos cosas con éxito: la carga horaria que lleva el fútbol y la exigencia del estudio. Entonces, como te hablé de ese chiquilín que dijo que no iba a jugar al fútbol porque tendría que dejar otras cosas, está el otro al que le dicen: "dejá el estudio y dedicate al fútbol". Y esto ya habla de algo, de una estructura familiar, de ciertos objetivos, porque a un chico de 16 o 17 años es bastante arriesgado decirle que deje el estudio para dedicarse al fútbol, en un camino donde no hay nada seguro. Yo diría que ahí está la diferencia más grande. Después, en cuanto a la forma de ser, hay muchas similitudes. Y el contexto socioeconómico puede influir, pero también creo que el fútbol exige cada vez más en cuanto al orden, a la conducta, a la alimentación, y creo yo también que un nivel de formación que por ahí en Uruguay todavía no terminamos de entender, pero que es muy importante para el futbolista.

"A un chico de 16 o 17 años es bastante arriesgado decirle que deje el estudio para dedicarse al fútbol, en un camino donde no hay nada seguro"

9) Te referís a formación académica.
Sí, a un nivel cultural importante, pero también a una práctica de relacionamiento... ¿dónde está el relacionamiento de un joven? En el lugar de estudio, donde están los de su edad, los de sus mismos objetivos, sus mismas inquietudes. Y si no se tienen esas relaciones, se pierde una parte importante de la formación. También en los lugares de estudio se entrenan cosas: el respeto, las relaciones con sus pares, los horarios, la conducta, el organizar su vida, todo eso va a ser muy útil después para su conducta deportiva. Cuando un adolescente le dice a su padre: "papá, no estudio más porque no puedo, no me da el tiempo", y no encuentra límites, después tampoco en el fútbol los acepta. Cuando en edades sensibles uno no tiene límites en su formación, después en el fútbol tampoco los acepta. Lo he visto con varios chicos que por jugar bien al fútbol tienen ciertos privilegios, se les permiten cosas a nivel de entrenador, de compañeros o de familia, y cuando entran en etapas de su vida en las que tienen que adaptarse a ciertas pautas de conducta tienen una respuesta negativa.

10) Está claro que en el proceso de selecciones nacionales se le da mucha importancia a la formación del futbolista, sobre todo de los más chicos. ¿Hay parámetros para medir cómo estamos en ese sentido, comparado con la región o con los países europeos por ejemplo?
Bueno, yo hablaba con Rodrigo Bentancour, este chico que está jugando en Boca Juniors y que vino esta semana a entrenar con nosotros y él me decía que los que viven en la casa de Boca casi todos estudian, por una exigencia del club. Pero tienen su vida mucho más organizada: viven en esa casa, tienen a determinada hora el almuerzo, tienen una habitación, están anotados por el club en un colegio que les permite combinar los horarios. En cambio los que no están en esa casa y viven en Buenos Aires con su familia, la gran mayoría ha dejado el estudio porque de repente tienen dos horas de traslado para llegar al entrenamiento y de repente el chico manifiesta que no puede hacer las dos cosas y la familia se inclina por el fútbol. No me animo a hablar de otros países. Por lo que hablo con otros entrenadores hay una deserción grande del estudio, sobre todo en adolescentes ya un poco más grande. Pero esto lo vemos en forma natural, no por el fútbol, y cuando hay una excusa como es el fútbol, se agudiza.

11) ¿Y cuál es el nivel de exigencia en la selección respecto al estudio? ¿Qué pasa si un chico deja de estudiar por jugar al fútbol?
Acá la condición más importante que los convoca es jugar bien al fútbol. Lo que pasa es que también le damos una importancia muy grande a las garantías que puede darnos ese chico como futbolista, y esas garantías están dadas muchas veces por su parte humana. Yo no digo que si no cumple con eso se va a ir, pero su permanencia en la selección va a estar comprometida y creo que también su éxito deportivo.

12) ¿Es muy diferente entrenar a una Sub 17 que a una Sub 20?
Sí, es diferente. La demanda que hay de parte del futbolista es diferente. El desafío de los chiquilines de 17 años es uno y el de los de 18 o 20 es otro.

13) Esas diferencias las ves en los chiquilines que tuviste a tu cargo en la Sub 17 y ahora los tenés en la Sub 20.
Sí, son otros. Viven permanentemente situaciones nuevas que los van formando en su carácter, en su personalidad, en su estilo, su forma de dirigirse. Tienen propuestas deportivas y económicas que los van haciendo cambiar. Y esos chiquilines cambian, pero no para mal, cambian simplemente.

14) ¿Van adquiriendo vicios?
Y sí. Es como digo, se van destacando y de repente se les van permitiendo cosas que de repente no hay por qué hacerlo. Y a veces malinterpretamos algunas cosas: acceder a buenos contratos da la impresión de que fuera (pone énfasis) el objetivo. Y eso me parece que es un paso intermedio. El club te da un buen contrato porque imagina que va a tener una devolución al momento de hacer un pase, pero para que eso realmente suceda ese chiquilín se tiene que preparar. Y a veces ellos consideran que porque tienen un buen contrato ya está todo hecho y ahí está un error enorme.

"Cuando en edades sensibles uno no tiene límites en su formación, después en el fútbol tampoco los acepta"

15) ¿En la selección se trabaja sistemáticamente con los futbolistas sobre estos temas o queda librado a lo que se pueda hablar en la diaria, con cada uno de ellos?
No, se trabaja permanentemente. Lo que pasa es que hay un tema muy importante que es el entorno, la estructura familiar y sus objetivos. Y a veces cuando uno le dice que no a un adolescente lucha contra el que le dice que sí y como todo adolescente, poco experiente, muchas veces se vuelca para el lado que más le conviene en ese momento. Tratamos de estar alineados con su familia, con su entorno, y no siempre lo estamos.

16) ¿Por qué hay tantos cambios entre un plantel de Sub 17 y el siguiente de Sub 20, dos años después, cuando se supone que el universo de dónde elegir es el mismo y el técnico, en este caso tú, también?
Primero porque se agrega una generación de futbolistas. Puntualmente, hablando de estas generaciones, la Sub 17 anterior eran nacidos en el año 96 y para la Sub 20 de este año se incorporan también los nacidos en el 95, que ya de por sí, por ser un año mayores, han llegado a Primera, tienen más experiencia, son más grandes. En Sub 17 y Sub 15 los mayores son nacidos en años pares; en Sub 20 son nacidos en años impares porque hay una franja de tres generaciones. Esta Sub 20 es 95, 96 y 97. Los 97 van a poder repetir dentro de dos años su experiencia Sub 20. Y bueno, después porque algunos frenan su crecimiento, otros despiertan en este momento, y un cambio de cuatro o cinco nombres es significativo porque estamos hablando de una cuarta o quinta parte del plantel.

17) ¿Qué es inaceptable en un jugador de selección?
Nosotros le damos mucha importancia al respeto. Se puede fallar, pero cuando se falla en forma reiterada indudablemente que no hay intención de incorporarlo. Respeto hacia el compañero, hacia los funcionarios, hacia el funcionamiento del grupo, al árbitro, al rival. Y bueno, cuando en un futbolista esto no existe, difícilmente podamos mantenerlo dentro de los planteles.

18) Cuando hablamos de respeto al rival, me imagino que muchas veces se choca contra esa tradición del fútbol uruguayo, que valora "la viveza", el meter pechera, ese tipo de cosas. ¿Cuánto de eso es válido y se incorpora, y cuánto hay que combatir?
Y bueno, eso es algo que está dentro nuestro, lo tenemos. Cuando jugamos un partido, los entrenadores también a veces nos calentamos, queremos el resultado sea como sea, por eso son buenas las experiencias, vivir también algunas frustraciones que nos permitan tener esa experiencia para no repetirla. Solo nunca se equivoca aquel que no hace cosas, por eso hay que permitir equivocarse, pero la repetición de la misma situación a veces genera dudas sobre las posibilidades de futuro de quien actúa así.

19) Cuando Tabárez asumió por primera vez la selección, de cara al mundial de 1990, lo hizo con el proclamado objetivo de cambiar la imagen de Uruguay, muy deteriorada a raíz de algunas cosas que pasaron en el mundial del 86. Es indudable que esa imagen cambió. ¿Es básicamente una cuestión de imagen lo que los lleva a ustedes a hacer tanto hincapié en ciertas cosas o se trata de concebir el fútbol de otra manera?
Y claro, creo que se trata de serlo y parecerlo. No solamente generar una imagen sino también darnos cuenta de que no hay razón por la cual si no somos de esa manera no podemos ganar partidos de fútbol. Pero también los entrenadores somos los primeros que tenemos que ser creíbles para trasmitirlo. A mí me ha sucedido, de pasarme de la línea. Y otros conversan conmigo: qué pasó, por qué se dio esta situación, por qué el entrenador lo permitió. Es un trabajo que lleva tiempo y no es fácil de lograrlo.

20) A nivel de entrenadores, sobre todo de divisiones formativas ¿se está cambiando ese chip?
Creo que con la participación de coordinadores (de divisiones juveniles en los equipos) se está ayudando a cambiar. Primero porque el coordinador está un poquito por fuera de esa vorágine, de esa adrenalina que genera un partido de fútbol y tiene la capacidad de estar un poco más frío en el momento de una evaluación. Se trata de trasmitir al entrenador que más allá de un resultado, que lógicamente es muy importante, también hay un trabajo que va a ser evaluado y que no nos pongamos locos cuando no ganamos un partido de fútbol. Aparte ese coordinador generalmente tiene una capacitación que trasciende a lo meramente estratégico y tiene la posibilidad de trasmitir al entrenador cierta calma ante un resultado.

"A veces (los futbolistas) consideran que porque tienen un buen contrato ya está todo hecho y ahí está un error enorme"

21) ¿Cómo ves el papel del periodismo deportivo en esto? Muchas veces, desde ciertos sectores, se siguen estimulando aquellos viejos atributos que nos dieron esa mala imagen.
Y bueno, yo no estoy de acuerdo con eso. De hecho es lo que es lo que les trasmitimos a los futbolistas permanentemente: que la forma de ganar partidos de fútbol no es la violencia, el golpe. Cuando el periodismo achaca un resultado deportivo a la falta de eso creo que nos estamos equivocando.

22) Las selecciones juveniles cuentan con una psicóloga. ¿Cuál es su papel?
Hay dos psicólogas. Su papel es ocupar un área que de repente la historia del fútbol ha dejado de lado, que es la presencia de alguien que pueda hacer ver al futbolista cosas que de repente el entrenador no es capaz de hacerle ver.
Llevar adelante actividades donde miremos eso desde otro punto de vista, con otra forma de ver esa realidad, y también dar un espacio para que de repente futbolistas que no son tan importantes deportivamente hablando, puedan jugar un papel sí muy importante en el fortalecimiento del grupo y de los rendimientos.

23) ¿Cómo se complementa una mujer en un rol protagónico, con un grupo de varones en un ámbito donde la presencia femenina es muy marginal?
Y, lleva su tiempo lograrlo. No es fácil para una mujer manejarse en un ambiente que aparte por historia a sido perteneciente al hombre.

24) Me imagino que para los chiquilines también debe tener su dificultad.
Por supuesto que sí. Creo que hemos avanzado pero estamos todavía en esa transición.

25) También se trabaja mucho en este proceso en la aceptación de la derrota. La primera vez que te entrevisté fue en 2011, venías de perder la final del mundo (Sub 17) y remarcabas el logro que había sido llegar hasta allí. Pero hay quienes siguen diciendo que no se pueden festejar segundos puestos.
No, el espíritu de superación personal nos hace imaginar que el objetivo que está en juego es ganar, porque cuando uno juega un partido de fútbol el objetivo es ganarlo. Lo que hay que entender también es que hay tres resultados posibles y que no ganar es también una posibilidad. Y bueno, yo creo que hay que prepararnos mejor para el próximo, pero no creer que no podemos no ganar. Pero no es conformismo con la derrota, sino valorar que llegar hasta ahí significó cierto esfuerzo y que jugar una final del mundo está reservado a los dos mejores, ya de por sí es una distinción. Y no ganarla es una de las posibilidades.

26) Hay quienes dicen que ante un partido trascendente hay que hacer sentir al futbolista que es el partido de su vida, para sacar de él lo máximo. Y hay quienes dicen lo contrario: que hay que sacarle presión, que entre a la cancha a divertirse. ¿Cuál es la receta de Fabián Coito?
Yo creo que la motivación está muy relacionada a la necesidad, y entonces hay que hacerle sentir al jugador el deseo de ganarlo y de agotar todos los recursos para ello. Pero sin extralimitarnos y decirles que es la única opción que existe. Una de las condiciones más importantes del entrenador es la capacidad de anticipación: intentar darle al futbolista herramientas para enfrentar lo que va a suceder después. Después, lo que pase dentro de la cancha es lo único que no se sabe.

"Nosotros le damos mucha importancia al respeto. Hacia el compañero, hacia los funcionarios, hacia el funcionamiento del grupo, al árbitro, al rival"

27) ¿Te considerás un motivador?
Creo que sí. Trato de estimular mucho al jugador, de realzar sus aspectos positivos. Que crea en mí, que crea en él.

28) ¿Estimulás individual o colectivamente?
Colectivamente también. Cada vez que charlo con un jugador en forma individual es por algo muy puntual. Intento no tener cosas que queden entre él y yo nada más, para evitar suspicacias. Yo hablo mucho a nivel de grupo, los destaco mucho a nivel colectivo para que también los otros compañeros sientan confianza en cada uno. Y cuando de repente hay que hacer correcciones también, no hay nada que esconder, lo hago delante de todo el grupo, a no ser que la situación amerite una charla individual.

29) ¿El manejo de grupos es algo que has aprendido en tu paso por el fútbol o te preparaste especialmente en otros ámbitos para eso?
Es parte de la experimentación y creo que es algo bueno que he ido incorporando. Ser abierto y franco en la opinión y consideración. A veces en las charlas individuales hay cosas que pueden quedar mal interpretadas: "a mí me dijo esto" y "a mí me dijo esto otro". Entonces, cuando las cosas son puestas en forma abierta, franca, común, es mejor. Y diría que eso lo he ido aprendiendo.

30) ¿Cuánto influye Tabárez en tu trabajo?
Y, mucho. En todo sentido. Más allá de no estar dialogando todos los días con él, sé de su confianza, sé que en decisiones difíciles puedo contar con él. Para mí es muy importante tenerlo como compañero de trabajo.

31) ¿Opina sobre tu tarea?
Sí, opina, por supuesto. Permanentemente intercambiamos opiniones y yo me apoyo mucho en él por su experiencia. Siempre nos va a dar la posibilidad de decidir a nosotros, pero a veces desde su conocimiento de los grupos, que en general es mucho porque ha seguido nuestro trabajo, sé que va a ser lo más honesto y franco posible.

32) ¿Te da opiniones como por ejemplo probar a un futbolista en determinado puesto o cosas por el estilo?
Sí, o experiencias de su trabajo en la selección nacional que pueden ser aplicadas en la selección juvenil. Nunca obliga a determinada decisión, pero sí sugerencias sobre el estilo, el trabajo, el entrenamiento.

33) ¿Tú intentás que la selección juvenil juegue igual que la mayor?
No, desde el punto de vista del sistema no porque le doy mucho lugar al futbolista que tengo en el plantel. De hecho, dentro de mi equipo de una selección a otra puede variar el sistema, la estrategia, el estilo. Pero sí hay cosas que son la esencia de la selección uruguaya, casi como la marca registrada, que intento que se mantengan: ese espíritu de superación que tenemos nosotros aun cuando la cosa parece irreversible, ese espíritu de lucha y rebeldía que es muy envidiado por otras culturas. Procuramos generar y mantener esa condición permanentemente y sea cual sea el partido tener confianza en que lo podemos ganar con nuestras armas y nuestra estrategia. Nunca entrar a un partido imaginando que es imposible obtener un resultado deportivo.

34) Eso en cuanto a la actitud frente al juego, pero ¿en lo táctico tratás de hacer lo que hace la mayor?
Bueno, yo también como entrenador voy creciendo porque voy aprendiendo de partidos con otras selecciones, de ver que determinados trabajos potencian a un futbolista... yo me noto un entrenador que ha evolucionado, que ha crecido mucho desde el momento que llegué acá.


"Cuando uno juega un partido el objetivo es ganarlo. Pero hay que entender que hay tres resultados posibles y que no ganar es también una posibilidad"

35) ¿Cuál es el principal déficit del futbolista uruguayo?
De repente tenemos mucha ansiedad por llegar al arco rival, por lograr la diferencia en el score, somos poco tolerantes a ir buscando de a poco. Nuestra cultura futbolística es rápidamente sacar la pelota de nuestra zona defensiva, ponerla en zona atacante y ahí intentar lograr el objetivo. Y a veces no es tan fácil ni tan rápido lograr pasar de una situación a otra. Pero ese es nuestro estilo y nuestra cultura. No intentamos cambiarlo, pero el fútbol ha evolucionado mucho, los futbolistas desde el punto de vista físico están cada vez mejor, el estudio del rival adquiere cada vez mayor importancia, entonces tiene que haber distintas estrategias. Sí apuntalar las virtudes que tenemos, pero saber que cada partido puede presentarnos distintas opciones.

36) El futbolista uruguayo, cuando su equipo tiene la pelota, parece decir: te la paso y después miro qué hacés, el problema es tuyo. Cuando en otros países el futbolista que se desprende de la pelota enseguida se mueve y busca ser nuevamente opción de pase para quien la tiene.
Sí, es parte de eso que hablábamos, esa intención de que rápidamente la pelota esté en los atacantes. El que juega en la zona defensiva, cuando el equipo tiene la pelota como que se aísla del juego o renuncia a saber que puede ser importante también y que tiene un rol. Cuando vemos eso en otros lados nos sorprende un poco y cuando lo intentamos transmitir a los futbolistas no es de fácil absorción. Pero indudablemente que el fútbol nuestro es así comparado con otros: quizás especialistas en la parte defensiva pero con futbolistas que renuncian a tener también un aporte en la parte ofensiva.

37) ¿Los futbolistas que están jugando en el exterior y son convocados a la selección juvenil se insertan fácilmente?

Creo que en eso es muy importante el entrenador y cómo presenta a esos futbolistas. Si el entrenador está permanentemente generando situaciones de choque, ésta va a ser una más. La incorporación de futbolistas que no están en el grupo habitual, como es lógico genera un conflicto porque para que esté él tiene que salir otro. Yo intento presentar esa situación como un desafío para potenciar el grupo.

38) En el proceso hacia el próximo mundial se incorpora Diego Poyet, un chico que nunca jugó en Uruguay y está compitiendo en un fútbol muy diferente al nuestro, como el inglés. ¿Le resulta difícil adaptarse al juego uruguayo?

No, no. Fue muy poquita la experiencia que tuvimos con él en (la reciente gira por) Europa. Desde el punto de vista humano lo vi integrado perfectamente, y futbolísticamente intentamos, sin perder nuestro estilo, ver que es lo que él nos puede aportar. Creo que la experiencia fue interesante con Diego, lo mismo que con Ramiro Guerra, formado en otro fútbol también y con Diego Fagúndez. Después, los otros que juegan en el exterior se formaron acá y gracias a sus condiciones se han ido. Ellos ya tienen incorporado nuestro estilo.

39) ¿José María Giménez está en tus planes para el mundial Sub 20 en junio?
No, de hecho no está en la lista de 35 que presentamos porque se superpone el mundial (juvenil) a la Copa América (de mayores), y está totalmente decidido que va a participar en la Copa América.

40) ¿En tu horizonte personal está dirigir a la selección mayor?
No lo sé. Sería por supuesto una cosa importante en materia de superación personal. Creo que todavía tengo que especializarme en lo que estoy, me quedan cosas por aprender, pero no me cierro a la posibilidad de seguir creciendo y un día de repente poder llegar. Quizás el tiempo me dé esa posibilidad.


Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López