El Fondo Monetario Internacional (FMI) divulgó las conclusiones de la visita de una misión de consulta del Artículo IV a Uruguay para el año 2023. Un equipo del organismo, que visitó Montevideo entre el 6 y 17 de marzo para reuniones con autoridades, destacó la situación fiscal y la política monetaria, aunque advirtió sobre la desaceleración de la economía “con riesgos sesgados a la baja”, y puso especial énfasis en la incertidumbre que genera la sequía.
“Se proyecta un crecimiento real del 2% en 2023, si bien con mucha incertidumbre debido al efecto de la sequía. A pesar de un contexto externo adverso, condiciones financieras más restrictivas y el impacto de la sequía, el crecimiento se vería apuntalado por una fuerte temporada turística, un aumento en la producción y exportaciones de celulosa y un consumo privado robusto ante la recuperación del salario real”, señaló el informe, que anticipó para 2022 un crecimiento de 4,9% del Producto Interno Bruto (PIB).
Si bien en líneas generales el organismo destacó el rumbo de las cuentas públicas, el documento afirmó que “el principal riesgo de corto plazo para la política fiscal es cómo la intensidad y duración de la sequía actual afectarán la actividad económica, aunque existe espacio fiscal disponible en caso de ser necesario”.
“La recientemente anunciada rebaja de impuestos (0,2 por ciento del PIB) implica una caída permanente de recaudación que requerirá un crecimiento más bajo del gasto primario real, como ya se contempla en el plan de las autoridades”, agregó el FMI.
El nivel del dólar y la política monetaria
La misión de la multilateral encabezada por Pau Rabanal, además, reivindicó la dirección de la política monetaria, a la que consideró con un “sesgo adecuado”.
“Ante las mayores presiones inflacionarias, el Banco Central del Uruguay (BCU) respondió apropiadamente con una política monetaria contractiva durante 2022, al tiempo que el peso se apreció”, señaló el FMI, que también destacó que el regulador no haya intervenido en el mercado de cambios, lo que aporta “claridad” a los objetivos de política monetaria.
En esa línea, el organismo promueve que el BCU mantenga el sesgo contractivo “hasta que la inflación y las expectativas inflacionarias hayan convergido de una manera sostenida dentro del rango meta”.
“El tipo de cambio debería seguir sirviendo como amortiguador de choques, con intervenciones cambiarias limitadas a responder a condiciones desordenadas en el mercado”, señaló el documento.
Reformas, tarifas y subsidios
El FMI también destacó la reforma de la seguridad social que busca implementar el gobierno, así como la educativa, pero señaló que el gobierno debe “redoblar los esfuerzos” para mejorar la eficiencia y productividad en las empresas públicas.
“Sus tarifas deberían reflejar los costos y ser fijadas por reguladores independientes, mientras el costo de los programas sociales debería financiarse de forma transparente a partir del presupuesto (y no mediante la práctica actual de subsidios cruzados)”, sostuvo el FMI.
Inflación, déficit fiscal y deuda
En cuanto a la inflación, el FMI señaló que el Índice de Precios al Consumo alcanzó un máximo de 9,95% en setiembre de 2022 y descendió a 7,5% en febrero de 2023. “El aumento de la inflación fue menos pronunciado que en otros países, debido a la respuesta decidida de la política monetaria, la apreciación del peso uruguayo y el ajuste limitado de los precios administrados”, señaló.
Además prevé que la inflación se modere a 7% en 2023 y que se ubique dentro del rango meta en 2024. Por su parte, según el documento, los principales riesgos macroeconómicos son los que se derivan de “un empeoramiento de las condiciones externas, la agudización de las tensiones geopolíticas internacionales y la intensidad y duración de la sequía actual”, sostuvo el organismo.
“El déficit fiscal y la deuda pública disminuyeron de forma sustancial durante los últimos dos años, gracias a los esfuerzos de las autoridades para cumplir los objetivos de la regla fiscal, sin descuidar la protección a los más vulnerables”, agregó el informe en otros de sus apartados.
En tanto, el FMI alertó sobre el nivel de la deuda en relación con el PIB.
“Bajo condiciones externas difíciles, los esfuerzos de las autoridades para reducir la deuda tras la pandemia son loables, aunque la relación deuda a PIB se encuentra en niveles históricamente altos. El personal técnico del FMI estima que llevar la deuda del Sector Pública No Financiero a un rango entre 50% y 55% del PIB en el mediano plazo generaría suficientes márgenes de política para responder a choques”, señaló.
“En el futuro, y conforme a recomendaciones anteriores del personal técnico del FMI, un ancla de deuda explícita adecuadamente calibrada ayudaría a estabilizar la relación de deuda a PIB en un nivel inferior a mediano plazo”, agregó.
La respuesta a la pandemia
La misión del FMI también destacó la “respuesta política de las autoridades” ante la pandemia, con “un diseño adecuado”, que “mitigó el impacto negativo de largo plazo en la actividad económica y en el mercado laboral, mediante el apoyo transparente a los hogares y las empresas afectados a través del Fondo Solidario Covid-19”.
“Uruguay mostró una gran resiliencia durante la pandemia de Covid-19, debido a su fortaleza institucional, su sólida gobernanza y las respuestas de política de las autoridades. Gracias a la fortaleza de sus instituciones y una adecuada red de protección social, Uruguay pudo responder de manera sumamente eficaz ante la emergencia sanitaria producto de la pandemia de Covid-19”, señaló el documento.