Luis Fernando López, ministro de Defensa del gobierno de la expresidenta boliviana Jeanine Áñez, planificó el despliegue de grupos de mercenarios estadounidenses para frenar la toma de posesión de Luis Arce, actual presidente de Bolivia y miembro del Movimiento al Socialismo (MAS), partido que lidera Evo Morales.
Según informó el portal The Intercept, en base a una serie de grabaciones telefónicas y correos electrónicos a los que accedió, la conspiración planificada por miembros de la derecha boliviana, se basaba en la idea de llevar fuerzas contratadas desde EEUU para unirse con las unidades de élite del Ejercito del país andino, escuadrones rebeldes de la Policía y colectivos paramilitares, para dar un golpe que evitase un nuevo ascenso al poder por parte del MAS.
Sin embargo, tal como dijeron dos fuentes militares estadounidenses a The Intercept, el comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos estaba enterado del complot, pero nunca pasó nada. "Nunca nadie se lo tomó en serio", dijo una de ellas a la revista digital.
Las llamadas entre López y otros responsables del complot se dieron entre el 18 de octubre y el 5 de noviembre, fecha en la que éste dejó Bolivia para radicarse en Brasil, tres días antes de la toma de posesión de Arce.
"La lucha, el mensaje de la lucha, está en que quieren reemplazar a las fuerzas armadas bolivianas y la Policía por milicias cubanas y venezolanas. Esa es la punto del hilo. Es lo que va a permitir que realmente Bolivia se levante nuevamente y no permita el gobierno de Arce. Esa es la realidad", habría dicho el exministro de Defensa en una de las llamadas, en las que aseguraba que "el alto mando militar" estaba "en conversaciones de apronte" para ejecutar el plan.