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Sergio Lamanna agregó que Tabaré Vázquez fue un “hombre de confianza de la dictadura”, y aseguró que el MLN cometió ilícitos después de 1985.

Sergio Lamanna, ex militante tupamaro, aseguró que el fallecido dirigente Eleuterio Fernández Huidobro fue "el gran traidor del MLN", y acusó a Mauricio Rosencof, Huidobro, José Mujica, Jorge Manera Lluveras y Julio Marenales de "entregar" a Raúl Sendic padre a la Marina.

En diálogo con el programa Rompkabezas, que conduce Daniel Figares en El Espectador, Lamanna se refirió a los "militares progresistas" que, según él, eran apoyados por Fernández Huidobro antes del inicio de la dictadura, y sostuvo que se trató de "una maniobra gigantesca de inteligencia", orquestada por los militares Ramón Trabal y Esteban Cristi, las agencias estadounidenses y el Mossad, que "fue muy activo aquí, y puso civiles al servicio de los militares, que los ayudaron a hacer vigilancia".


El ex tupamaro dijo "no creer" que Rosencof, Fernández Huidobro, Manera Lluveras y Marenales "no se dieran cuenta" de que se trataba de una operación de inteligencia, y que fueron ellos los que plantearon la "rendición incondicional" del MLN, al tiempo que los militares exigían la entrega de todas las armas y del principal líder de la guerrilla, Raúl Sendic.


Lamanna destacó que Sendic fue capturado por la Marina, gracias al aporte de Rosencof, Fernández Huidobro, Mujica, Manera Lluveras y Marenales. "Tanto es así que en el 1986 en el Comité Central, Sendic les dice 'yo quiero que me digan cuáles de ustedes cuatro fue el que me delató al ejército'. Y se armó un lío terrible, porque cuenta (Ricardo) Perdomo que Fernández Huidobro pensaba que lo iban a matar, e hizo un discurso para que no se llegue la violencia", dijo.


Vázquez, Mujica y la financiación del MLN


Sergio Lamanna dijo que el presidente Tabaré Vázquez "era un hombre de confianza de la dictadura", y que "ocupó un lugar en energía nuclear, porque al anterior lo echaron por comunista, y que, de José Mujica "para abajo, son todos una manga de traidores", y añadió que la corrupción "es el camino natural y directo del traidor".


Sobre Mujica, agregó que "empezó a tener una carrera ascendente [dentro del MLN], con la complicidad de Fernández Huidobro", porque Sendic, luego de la dictadura, intentó que quienes estuvieran relacionados con la derrota militar del MLN "no participaran de las instancias electivas". Mujica no era responsable porque "nunca fue dirigente de nada", integró la dirección del Movimiento "uno o dos meses en el final", y "no tenía opinión política". Fernández Huidobro, entonces, "utilizó a Mujica, le fue dando herramientas" para su crecimiento en la interna tupamara, al punto que "nada se hacía en el grupo sin la anuencia de Mujica".


El ex tupamaro "cree" que la financiación del MLN mediante actos delictivos continuó luego de la restauración democrática, e incluso después de 1998. "Se siguieron haciendo asaltos. En el grupo de Perdomo, que era orgánico, había gángsteres comunes. Se robaron autos, se llevaron a Paraguay, se los cambiaba por droga que después se vendía en Uruguay". "Cuando esos gángsteres fueron presos, Mujica movió los hilos para que fueran liberados, y después fueron usados como guardaespaldas, hasta el día de hoy", dijo.


Según Lamanna, el producto de esos atracos fue utilizado, a instancias de Sendic, "contra la pobreza". Con ese dinero se compraron herramientas, tierras y unas barcas en La Paloma. Cuando Sendic murió, en 1989, comenzó un "tire y afloje" porque, mientras el dirigente tupamaro sostenía que esos bienes eran "para el pueblo", el MLN quería que financiaran al grupo.

"Estos compañeros [los del Movimiento Por la Tierra y Contra la Pobreza], que además estaban en desacuerdo con la línea política del MLN, no querían acceder. Y el Ronni Scarzella es uno de ellos", dijo Lamanna, y agregó que, según le contó un testigo directo, "en una reunión donde se discute qué se hace con Ronni y otro compañero al que Sendic había dejado encargado de una chacra, que no era del MLN, sino de otra organización, surge la condena a muerte. Y el Ñato [Fernández Huidobro], con todo el desprecio y el odio que me merece, defendía que eso no se hiciera. Este compañero [el testigo] le avisa al que no era del movimiento, y se presenta inmediatamente en la sede del MLN y les dice que los bienes se los dejó Sendic para que los administrara, y se los devolvió, y por ello salvó la vida". Scarzella, en cambio, fue asesinado en una playa de Rocha, y su homicidio nunca fue aclarado.

 

 

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