Un grupo de vecinos y comerciantes de Punta del Diablo denunciaron ante el Ministerio de Salud Pública (MSP) la fuerte presencia de coliformes en el agua y en la arena en la playa de los Pescadores de dicho balneario.
Este martes, luego de que la Intendencia de Rocha intimara a comercios y recordara normativa que los obligaba a tener biodigestores o cámaras sépticas, se dio a conocer un estudio realizado por el Centro Universitario Regional del Este (CURE), que detectó la alta presencia de coliformes fecales en el agua y en sedimentos, informó el periodista Eduardo Preve.
El trabajo, que tomó cinco muestras colectadas y analizadas el pasado 18 de enero, da cuenta de que en tres de las tomadas de agua hay dos que superan lo permitido por la normativa nacional.
El número más bajo se dio en el agua del océano, (dentro de la normativa), que registró 55 unidades formadas de colonias (UFC), cuando el límite permitido es de 2.000 UFC por cada 100 mililitros.
En las muestras tomadas en zona baja y alta del agua (cañadas), los resultados fueron bastante más altos: 72.800 UFC y 15.700.000 UFC.
Sobre los coliformes fecales, señala el estudio, “no se deberá exceder el límite de 2000 UFC cada 100 milímetros ninguna de las muestras debiendo la medida geométrica estar por debajo de 1000 UFC cada 100 milímetros.
En el caso de las muestras tomadas en sedimientos, el resultado de fue de 437.175 de unidades formadoras de colinas (zona baja) y 294.902 en la zona alta. Para los sedimientos, no existe una reglamentación a nivel nacional que establezca límites de contaminación que violen la normativa.
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Un problema de larga data
La presencia de coliformes fecales en las playas de la costa de Rocha no es algo nuevo.
Entre el 2016 y 2017, la Intendencia de Rocha y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) hicieron un monitoreo sobre la calidad del agua de las playas de Rocha. Fueron ocho en total: La Balconada, Bahía Chica, Costa Azul, La Pedrera, Aguas Dulces, Punta del Diablo, La Coronilla y Barra del Chuy.
l objetivo era, entre otros aspectos estudiados, medir la cantidad de coliformes fecales presentes en las aguas, una de las formas más comunes de contaminación de este ambiente, que se da principalmente través de vertidos o filtrados a las playas.
Los coliformes fecales son indicadores de contaminación fecal, que puede incluir patógenos; la exposición a grandes concentraciones de ellos puede producir efectos negativos que van de los moderados (molestia estomacal o diarrea, por ejemplo) a los severos (enfermedades como hepatitis, salmonella o trastornos respiratorios). En ese entonces el estudio encontró que la cantidad de coliformes fecales era mucho menor a los límites exigidos y se consideró que el estado de estas playas era excelente para baño.
Sin embargo, en 2018, un trabajo del CURE concluyó que si bien el agua marina estaba en cumplimiento con la normativa nacional en la mayor parte de los casos, había algunos valores altos sobre todos en las “cañadas”.
“Se registra una presencia generalizada de coliformes fecales en todas las playas, que además aumenta en los últimos tiempos. Con respecto a La Paloma específicamente, el trabajo concluye que la calidad del agua en las vertientes a playas de este balneario superó los valores de coliformes establecidos en la norma de manera frecuente y hay también una tendencia a aumento”, afirmaba el trabajo. En particular, una de las playas más afectadas por este tipo de contaminación en el balneario La Paloma era Los Botes.