El 25 de noviembre del 2015 una nota publicada en el blog Con la cámara en el bolsillo contaba la historia de uno de los iconos urbanos de Montevideo: el grafiti "Ánimo compañeros, que la vida puede más", que está sobre una casa en Boulevard España casi Durazno, en el Parque Rodó. Ese mural está así desde, cuenta esta historia, el 26 de noviembre de 1984, años de reapertura democrática en nuestro país.
El grafiti parecía estar firmado por Victoria Díez, pero resultó ser que, según una nota publicada en El País por el periodista Luciano Álvarez, Díez no fue la autora de este pintada, sino que es su musa inspiradora. Díez fue una maestra española que transformó el pueblo de Hornachuelos, en Córdoba, en los años 30, y que fue fusilada durante la Guerra Civil Española.
Su biógrafa, Nieves San Martín, narra que fueron "elementos anarquistas y comunistas" los que ejecutaron a Díez junto a otras 16 personas en la noche del 11 al 12 de agosto de 1936 (más temprano habíamos publicado que la ejecución había sido realizada por el franquismo). Fue detenida junto al párroco de Hornachuelos, D. Antonio Molina, y fusilada "para saciar la rabia revanchista".
Fue la última en ser ejecutada y la frase que pronunciaba, para dar ánimo a los compañeros que eran arrojados al pozo de una mina, no era exactamente la del mural, sino "Ánimo, adelante, Cristo nos espera".
Años después, la cantautora colombiana Elia Fleta compuso una canción cuyo estribillo es “¡Ánimo compañeros que la vida puede más, que la fe se hace más fuerte si la tienes que gritar!”. "La frase se ha atribuido por error a Victoria, pero es una buena recreación de lo que allí sucedió", dijo Nieves San Martín a la publicación Zenit.
Semanas atrás, el mural fue tapado por varios grafitis, lo que provocó la indignación de varios vecinos, que veían en el muro una palabra de aliento constante.
Sin embargo, la frase original regresó a su esplendor ayer gracias a un grupo de voluntarias que limpiaron el mural y lo repintaron, recuperando las palabras de Diez con más brillo que semanas atrás. Así puede apreciarse en las fotos compartidas por Eugenia Cruz Rocha, que fuera quien denunciara originalmente la situación y anunciara entonces que la frase volvería a la luz.
Eugenia contó a Montevideo Portal que las responsables de repintar el mural son las jóvenes que viven en la residencia universitaria que se encuentra allí, perteneciente a la Institución Teresiana.
“Somos 45 chicas que venimos de todos lados dejando todo atrás para poder crecer profesionalmente. Apenas vimos que habían estropeado nuestra frase, todas, las 45, empezamos a poner en nuestro grupo de whatsapp que nos ofrecíamos a repintarlo, que así no podía quedar; no nos salió insultar ni bajar los brazos, fue como un acción-reacción, sin pensarlo todas actuamos así”, dijo.
“Esa frase es como una fuente de energía para nosotras porque no importa qué tan mal haya estado nuestro día, sabemos que al volver a casa leer eso te hace tocar timbre y entrar con una cara mejor de la que venías”, agregó. Eugenia explicó que “fueron infinitas las sonrisas” de la gente mientras pintaban.