Ya pasó más de un mes desde que tres delincuentes, dirigidos por Claudio Andrés Cancelo Román, cometieron el triple crimen de Estación Floresta (Canelones) que dejó a una madre (62), su pareja (53) y el hijo de ella (37) sin vida.
Durante la investigación, la Fiscalía y la Policía avanzaron lo suficiente para establecer que Cancelo, de 35 años, fue quien ideó la rapiña que terminó fallida. Las indagatorias también pudieron establecer la cercanía que tenía el malhechor con la familia que resultó víctima del homicidio.
En declaraciones a las autoridades, las hijas de la mujer asesinada aseguraron que cuando Cancelo estuvo preso, lo ayudaron “muchísimo” tanto a él como a su familia, que vive a unos metros del lugar del hecho.
De hecho, los hermanos y la madre de Cancelo asistieron el 27 de diciembre al velorio de las tres víctimas.
Justamente, el vínculo entre ambas familias hizo que el asesino pudiera idear el robo sin mayores problemas e incluso diera directrices exactas de lo que los otros dos delincuentes tenían que hacer para llevarse el dinero.
Sin embargo, ninguno pensó que las víctimas pudieran resistirse al robo, lo que impulsó el nerviosismo y la violencia de los homicidas. Cancelo, junto con otro de los asesinos, un menor de 17 años, entraron a la tienda con las armas en mano, decididos a emboscar a la familia y exigirles dinero.
La casa y el comercio comparten la misma entrada, por lo que los delincuentes ingresaron por la tienda y tomaron de rehén a la joven que sobrevivió al ataque. Ella dijo que no pudo ver exactamente cómo ocurrió todo porque, por momentos, cerraba los ojos para no ver “la masacre” que estaba padeciendo su familia.
El hermano de la joven fue el primero en resistirse al ataque y se abalanzó sobre los ladrones para salvar a la madre, precisamente sobre el menor de edad. Ahí fue cuando el adolescente, condenado por la Justicia a ocho años de prisión, le disparó hasta matarlo.
La Fiscalía aún no tiene claro quién disparó a quién luego de esto, porque se dio una serie de forcejeos, sobre todo por parte de la joven, que llegó a tomar una pala y una escoba para pegarles a los delincuentes con el fin de evitar el trágico final.
En determinado momento se dio cuenta de que su madre había recibido un balazo y se tiró encima del cuerpo con el fin de evitar el sangrado. Tras esto, salió ensangrentada hacia el exterior para pedir ayuda.
Minutos antes, los dos delincuentes habían disparado a la pareja de la mujer, quien ya yacía muerto sobre el suelo del comercio. A la salida, los dos homicidas salieron corriendo. Un tercero los estaba esperando para escapar.
Una cartera que quedó
El asalto no duró mucho más de dos minutos y medio desde que los delincuentes entraron armados. Si bien, según los investigadores, el objetivo era cometer una rapiña, lo cierto es que no se llevaron ningún objeto.
Es más, la mujer asesinada tenía en su cartera $ 80.000, que nunca soltó.
Fuentes de la investigación sostienen ahora que “es contrafáctico” pensar qué habría pasado si el hombre no se hubiera resistido. Sin embargo, queda claro que los atacantes iban dispuestos a todo, dado que llegaron armados y con las recámaras cargadas.
A la familia, más allá del dolor del hecho en sí, le queda el sabor amargo de saber que el ideólogo del asesinato era muy conocido por ellos. Además, el hijo de la mujer no vivía allí, sino que había ido a pasar la Navidad junto a sus seres queridos.