Por The New York Times | Apoorva Mandavilli
La agencia dijo en mayo que las personas vacunadas podían dejar de usar las mascarillas, consejo que ayudó a preparar el terreno para la reapertura nacional. Los funcionarios no hicieron hincapié, o al menos no lo suficiente, en que las mascarillas podrían volver a ser necesarias. Ahora, con un nuevo aumento de las infecciones, lo han vuelto a ser.
“Puede ser muy difícil para la percepción y comprensión del público cuando estas organizaciones grandes parecen revertir el camino de una manera que no es realmente clara”, comentó Ellie Murray, comunicadora científica y experta en salud pública en la Universidad de Boston. Tanto la información como la desinformación sobre el COVID-19 circulan por internet, en especial en las redes sociales, mucho más ahora que en las crisis de salud pública anteriores. Esto representa una gran oportunidad para llenar las lagunas de conocimiento de muchos estadounidenses.
Sin embargo, las autoridades sanitarias no han aprovechado al máximo esta oportunidad. Las noticias de los CDC en Twitter son un flujo robótico de comunicados. Los expertos de la agencia no solo tienen que transmitir mensajes, sino también responder a preguntas sobre cómo los datos que van surgiendo se aplican a la vida de los estadounidenses.
Asimismo, las autoridades sanitarias deben ser más ágiles, para que los malos actores no dominen el discurso mientras el asesoramiento real se retrasa por una burocracia que tiene una tradición de ser engorrosa.
“No se están moviendo a la velocidad que se está moviendo esta pandemia”, afirmó Murray. “Obviamente, esto crea una percepción en el público de que no se puede tan solo confiar en las fuentes de noticias más oficiales”. El camino que queda por delante será difícil. El virus depara más sorpresas y los mitos que ya se han arraigado serán difíciles de borrar. Pero no es demasiado desear que las lecciones aprendidas en esta pandemia ayuden a los expertos a explicar futuros brotes de enfermedades, así como otros problemas apremiantes, como el cambio climático, en los que las acciones individuales contribuyen al conjunto.
El primer paso para educar al público y ganarse su confianza es hacer planes, y luego comunicarlos con honestidad, con todo y sus fallas e incertidumbre.