Thomas Ngcobo, de 40 años, permaneció en condición de prófugo desde el año 2015, luego de robar productos de hardware por valor de más de US$ 1200 mientras trabajaba como repartidor.
Según informara el medio local Independent Online, el trabajador desviaba envíos a direcciones que no correspondían con las de los clientes. Cuando su jefe lo descubrió, huyó y permaneció en paradero desconocido.
El nombre de Ngcobo se agregó a la lista de criminales buscados por la policía tan pronto como su empleador presentó una denuncia en su contra, pero aún así logró evitar la captura durante siete años. Sin embargo, su prolongada impunidad terminó de manera insólita, cuando él mismo se metió en la boca del lobo.
El general de brigada Selvy Mohlala, portavoz de la policía de Mpumalanga, dijo en rueda de prensa que los agentes de la comisaría de la pequeña localidad de Bethal quedaron desconcertados por la visita de Thomas Ngcobo, quien entró en sede policial para quejarse de que no había recibido una respuesta a su solicitud de trabajo en esa misma comisaría, y preguntó las razones del retraso.
“El sospechoso fue atrapado inesperadamente el lunes 15 de agosto de 2022, después de presentarse en la comisaría de Bethal para hacer consultas sobre su solicitud para una campaña de reclutamiento policial”, dijo Mohlala.
Según medios locales, la policía provincial de Mpumalanga intentó aprovechar el caso y lo publicitó como un ejemplo de su incansable búsqueda de la justicia, olvidando mencionar el detalle de que el sospechoso literalmente entró en una estación de policía.
“Estamos trabajando incansablemente día y noche, cumpliendo con nuestro mandato de crear un entorno seguro para todos los ciudadanos”, dijo el teniente general Semakaleng Daphney Manamela. “No podemos alcanzar esa etapa mientras otros sospechosos siguen deambulando por las calles y aterrorizando a las comunidades. Es solo cuestión de tiempo antes de que los llevemos ante la justicia”, añadió.
Desde que la noticia de su arresto se volvió viral en redes, Thomas Ngcobo ha sido apodado como “el criminal más tonto de Sudáfrica”.