El abogado especializado en derechos humanos Oscar López Goldaracena, quien tiene a su cargo las causas de algunos denunciantes de la última dictadura cívico-militar en Uruguay, emitió una carta en la que pidió al Estado uruguayo no ser "indiferente" en la "víspera de un nuevo genocidio armenio".
La carta se titula "Crímenes de guerra contra el pueblo armenio" y en ella Goldaracena afirma que "se vive la peligrosa víspera de un nuevo genocidio armenio, el que será evitable si la comunidad internacional actúa ya, frente a lo cual el Uruguay no puede estar indiferente".
El abogado señaló que "Azerbaiyán está bombardeando desde hace días la ciudad de Stepanakert, capital de la República de Artsaj (Nagorno Karabaj)", y que "el ataque armado a esta ciudad no solo es una guerra de agresión ilegítima contra el pueblo armenio, sino que además califica jurídicamente como crimen de guerra".
"En efecto, el bombardeo intencional contra una ciudad, contra viviendas, contra la población civil y contra bienes civiles, están tipificados como infracciones graves al Derecho Internacional Humanitario y como crímenes de guerra. Así lo establecen los Convenios de Ginebra, el Estatuto de Roma y la propia ley uruguaya. Por lo tanto, nadie puede quedar indiferente", afirmó Goldaracena.
Señaló que "el pueblo armenio de Nagorno Karabaj se autodeterminó hace décadas, cumpliendo con el derecho de secesión que regía por entonces para regiones autónomas que integraban países de la ex Unión Soviética".
"En 2017, viajé por primera vez a Nagorno Karabaj como observador de un referéndum constitucional. En esa ocasión comprobé la existencia de un pueblo armenio de gran cultura que, tras el colapso de la Unión Soviética, edificó en sus montañas ancestrales un Estado independiente, democrático y republicano. Constaté que el pueblo de Artsaj quería vivir en paz con el mundo, pero convivía diariamente con la amenaza de guerra de Azerbaiyán. El pasado año realicé un segundo viaje y observé su pujante desarrollo y el mismo deseo de paz, pero también constaté que esto no sería posible mientras la comunidad internacional no lo reconozca como lo que ya es, un Estado independiente y soberano", expresó Goldaracena.
"Hoy su población está siendo atacada militarmente y, al no haber sido reconocido, Artsaj no tiene voz en el concierto internacional. Consecuentemente, es un urgente imperativo ético y de derecho impostergable, que la comunidad internacional y el Uruguay sean la voz de pueblo armenio de la República de Artzaj. Uruguay debe denunciar la agresión ilegítima, denunciar los crímenes de guerra que están ocurriendo, hacer un llamamiento efectivo a la paz y reconocer a la República de Artsaj como Estado independiente y soberano, porque ya lo es", concluye la misiva del abogado.
Este lunes, en el noveno día de combates, los separatistas, apoyados política y militarmente por Armenia, y los azerbaiyanos no dieron ninguna señal de atender a los llamamientos de tregua de la mayoría de la comunidad internacional.
La región de Nagorno Karabaj, poblada principalmente por armenios, hizo secesión de Azerbaiyán después de la caída de la Unión Soviética, lo que llevó a una guerra a principios de los años 1990 que se cobró 30.000 vidas. El frente ha estado virtualmente congelado desde entonces, a pesar de enfrentamientos regulares.
Ambas partes se culpan mutuamente de la reanudación reciente de las hostilidades, una de las crisis más graves, si no la más grave, desde el alto el fuego de 1994, que hace temer una guerra abierta entre estos dos países de la antigua Unión Soviética.
En un discurso televisado el domingo, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, dijo que la ofensiva continuaría hasta que su oponente abandone "nuestros territorios" y hasta que el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, "se disculpe" y proclame que "Karabaj no es Armenia".
El 28 de setiembre el gobierno uruguayo expresó "preocupación" ante esta nueva escalada que "pone en riesgo la estabilidad de la zona". Según el comunicado, Uruguay se sumó al llamado de múltiples países que están pidiendo un cese efectivo e inmediato del fuego entre ambas partes para que se detenga la profundización del enfrentamiento y se permita "regenerar" el espacio para el dialogo y la negociación.
Con información de AFP