En tiempos de la verdadera Gestapo, esos esbirros del nazismo veían facilitada su labor por la entusiasta colaboración de "ciudadanos de bien" que entendían que su deber cívico era delatar de forma sistemática a cualquier enemigo del régimen.
En su obra Los verdugos voluntarios de Hitler, el escritor estadounidense Daniel Goldhagen señala cómo eran a menudo los civiles y no los militares quienes procedían a "arrestos ciudadanos" y a entregar con orgullo a judíos, comunistas o disidentes.
En España, y con la obligatoriedad de la cuarentena, prácticas de semejante naturaleza parecen estar de regreso, si es que laguna vez se marcharon. En ese país -y aquí también- circulan infinidad de videos en los que se "escracha" a personas que violan las medidas de aislamiento.
Sin embargo, el letrero colocado por estos días en un edificio de apartamentos de la ciudad de Oviedo, es de manual.
Para empezar, es anónima. Y desde se anonimato revela sin pudor en qué unidades residen los "enemigos". Luego pasa a enumerar los "cargos": que siempre están enfermos y hacen uso de los servicios de sanidad, y que pese a ello -horror de los horrores- no se asoman por la noche a sus ventanas para aplaudir al personal médico, algo que el autor del mensaje considera inmoral y quizá ilegal.
Además, los vecinos señalados sacan a pasear a sus perros -cosa permitida por el decreto de medidas extraordinarias- pero tardan más que lo que el autor de la esquela considera prudente, tiempo en el que -presume- "pasean por todo Oviedo".
Como broche de oro, el perpetrador de la nota busca el apoyo del resto de los vecinos para denunciar a estos desaprensivos, para que "aprendan a respetar a los médicos y policías".
El letrero fue publicado en grupos de Facebook en España y difundido por la web Strambotic, donde también se publica una respuesta gráfica a este tipo de mensajes.