Esta mañana, el candidato a la presidencia por el Partido Nacional, Álvaro Delgado, se acercó a la prensa que lo aguardaba en la puerta de su casa, con escones y jugo de naranja. El exsecretario de presidencia admitió que su cábala es “ir a votar al mediodía” y luego acompañar a su esposa Leticia a votar. “Después, comer en familia; vienen mis padres también”, dijo Delgado a Telemundo y agregó que almorzará pasta para respetar “lo mismo que en las internas”.
“Ayer fue una jornada de planificación, fui a agradecerle a los militantes del Partido Nacional”, afirmó el candidato sobre su visita a Las Piedras. Almorzó con la militancia en el shopping de la ciudad, luego se acercó a la sede del partido y en la tarde fue a la rambla de Pocitos, donde “estaban todas las listas del Partido Nacional”, contó Delgado.
Además, en la jornada del sábado, el candidato nacionalista dijo que se acercó a saludar a los gazebos del Partido Colorado y del Partido Independiente.
A su vez, Álvaro Delgado expresó la tranquilidad y confianza que le generó el trabajo en la campaña y aseguró que “seguramente, mucha gente acompañe este rumbo”.
Asimismo, el candidato nacionalista recordó con cariño a su perro cimarrón Tacho, que murió el lunes, con 15 años. Contó que su familia le regaló una foto en la que está con él y que, si llega a la presidencia, esa foto va estar en el despacho junto con la de la familia y la de Félix, quien fuera su chofer, que falleció el mismo día que Jorge Larrañaga.
Por otro lado, Delgado expresó la ansiedad con la que vivieron los días previos sus hijos. “Ayer estaban todos muy ansiosos. Es más, Felipe llamó al comando el viernes, pidió que bloquearan la agenda e hizo un asado familiar”, contó el candidato, y agregó: “Mis tres hijos me entregaron un regalo y me dijeron que estaban muy orgullosos”.