Tras haber sido echado de la radio en la que trabajó durante los últimos años, Víctor Hugo Morales volvió a la radiodifusión argentina. En medio del caso que vincula a Cristina Fernández con el lavado de activos, Morales vuelve a defender a la ex presidenta y acusa a los medios argentinos de restar importancia a las investigaciones sobre Maurico Macri y sus cuentas offshore.
En diálogo exclusivo con Montevideo Portal, Víctor Hugo Morales habló de todo: política, su rol como periodista y hasta de la situación actual de la selección uruguaya de fútbol.
* * *
Argentina vive una situación complicada, pero también, de alguna manera, nuestro país se ve involucrado con esta imputación a Cristina Fernández por lavado de activos...
Un mamarracho jurídico que se comete en ancas de una política profundamente enferma. El Gobierno dispara desde la troica que integra con los medios de comunicación como Clarín y Nación, con la pata judicial muy servil que tiene el sector federal. Un tema que no resiste a análisis.
Un personaje descalificado por completo en la opinión pública, hasta por ellos mismos, que menciona a la pasada algo que otro le dijo sobre la presidenta, y un fiscal que sale a imputarla. Esto está en el marco de mediaticamente combatir la imputación, sí procedente, que se hizo por parte de otro fiscal a Macri por las cuentas offshore.
El propósito del Gobierno, de la troica, meter debajo de la imputación absurda, inexplicable, en términos jurídicos a Cristina Fernández, el tema sí válido y sí digno de investigarse al menos de lo que son las complicidades del presidente, que no es un privado, un privado estaría en otra condición. Él es el presidente y era el jefe de Gobierno de Buenos Aires, un hombre de actividad política muy importante en momentos en los que las cuentas de Panamá transcurrían. O sea que estamos en presencia de un juego diabólico del poder dominante.
También se involucra a varias personalidades de nuestro país, ¿cómo seguís el tema?
¿A quiénes?
Por ejemplo aquí se habla de que Damini podría estar involucrado en estas cuentas de Panamá, también hay algunos políticos. ¿Creés que se debería investigar a fondo?
Es probable, yo no conozco la situación de Uruguay. Lo que me parece que es importante es ver quiénes tienen responsabilidades públicas. No me animo a decir si Damini las tiene o no las tiene, porque me parece que sí es un hombre público, pero no tiene que ver con el manejo del Gobierno. No sé si digo bien. Me parece que la cosa va por el lado de lo privado. También lo privado siempre es necesario que conste.
Aquí hay una pieza de intención de los bancos que te ofrecen este tipo de servicios y una gran indefensión del que no sabe, pero también una gran ventajeada del que sí sabe. Si tiene responsabilidades públicas, está más comprometido que una persona a título privado.
Mucho se habló aquí en nuestro país cuando te fuiste de la radio. Se hablaba de la posibilidad de que regreses a Uruguay. ¿Qué se puede decir hoy? ¿Vas a seguir en Argentina? ¿Pensás volver a Uruguay?
Hay una reformulación de muchas cosas de mi vida que yo hago sin saltearme etapas. Pero también cumpliendo paso a paso cosas como saber que estoy en la curva de la vida, que estoy en el codo final, que puedo trabajar un poco más pero que no será eterna mi vigencia. Me estoy acomodando en principio a aceptar todos los trabajos que se me ofrecen, a por lo menos considerarlos en la medida de los tiempos.
En Buenos Aires, ahora, pasé de no tener nada a tener que decir que no a muchas cosas, ofertas televisivas, de aquellos que van encontrando un nicho de la parte crítica del gobierno neoliberal. En ese sentido, algún peso, no demasiado importante, tiene mi voz.
En ese marco apareció un grupo de gente vinculado a mí, que también se quedó sin trabajo en la radio, y ellos me pidieron para armar una especie de agencia en la cual colocarme a mí es una de las posibilidades que ellos cuentan. Está un hermano mío, una productora de muchos años, otro integrante del equipo de periodistas deportivos. Están tratando de largar ideas de radio y de televisión.
Yo estoy sin relatar en este momento, porque el costo operativo es muy alto, entonces están queriendo armar algo para el relato a través de Internet, cosa que yo no entiendo ni domino. Yo les digo que sí a todo porque son personas muy queridas para mí, y por supuesto que en algún momento eso puede significar trabajo. Ellos han estado en contacto también con gente de Uruguay. Es muy probable que pueda salir.
De momento mi vida está hecha por el retorno a la radio, que es una radio de la mitad de la tabla para abajo pero que quiere jugar en las grandes ligas poco a poco, en un proceso que le va a llevar varios meses, quizás un año, mínimamente, porque en radio es muy lento el proceso.
La radio todavía no sale bien al aire. A veces se congestiona en Internet. Pero es lo que tengo como mecanismo para participar periodísticamente en un momento muy especial, y no solamente no estar abocado al libro que prácticamente he terminado, que me parece que va a tener una repercusión importantísima en la Argentina. Lo voy a presentar el 23 de abril.
¿De qué trata el libro?
"Mentir a diario" tiene que ver con las mentiras a diario de Macri, que tiene como una especie de compulsión por lo que no es verdad. Y a diario en alusión a la inmensa protección que hay mediaticamente, la que permite mentir. Y esa protección tiene que ver con el diario Clarín.
Vos, desde el Uruguay, tu primera pregunta tiene que ver con la imputación hecha por este fiscal que es uno de los tipos más impresentables que hay en la Justicia argentina, y no me preguntás por Macri y los Panama Papers. Porque lo que vos recibís de la Argentina seguramente pasa por un tamiz de enorme protección a Macri.
La constelación periodística internacional que dio a conocer estos datos le informó a los periodistas argentinos que están involucrados antes de las elecciones, y protegieron a Macri para que las elecciones no tuviesen el elemento de discusión que iba a significar que lo que ahora se supo de Macri, se supiera antes de las elecciones.
O sea, que los periodistas que tendrían que actuar de tales, actuaron políticamente incidiendo por el ninguneo de una información importante en las últimas elecciones. Pero todo lo que llega, todo lo que pasa la membrana informativa, está marcado por este verdadero diablo que es el Grupo Clarín, que se adueñó del país, y se ha quedado absolutamente con todo. Y a medida que lo dejen los cómplices que ha conseguido en el lugar, de diarios, etc., poco a poco también alguna vez en unos pocos años se quedará con lo más apetecible que haya en el Uruguay.
Un jugador de fútbol se retira cuando ve que el que físico no le da más, ¿cuándo se retira un periodista?
Cuando se cansa de luchar, cuando se cansa de pelear contra el diablo; espero que no me ocurra demasiado pronto, pero eso en algún momento puede suceder. Lo que pasa en estos momentos en la Argentina oprime el corazón, de a ratos provoca ramalazos de tristeza en miles de personas, podría decirte millones, pero también en las personas que están más involucradas públicamente en las discusiones de los últimos años.
Y esto de vez en cuando también me tiene a mí, planteándote cuál es el límite de una lucha tan despareja, contra un poder que es diabólico, que la única esperanza que te da es que el Grupo Clarín de la Argentina, con sus aliados como el diario La Nación, te hace creíble la existencia del diablo, y si existe el diablo, existe Dios, como contrapartida, por lo cual uno refuerza también su necesidad de cree en Dios y de que el Dios es bueno, y que en algún momento va a distraerse menos en esta pelea brutal en la que está el mundo, que es una verdeara porquería de injusticia, en la que está América Latina. Dentro de esa desigualdad que asola al mundo, la parte más vergonzosa que hay es la de la desigualdad.
Entonces, en un mundo en el que 62 personas tienen lo mismo que 3.500 millones de personas, o el 1% tiene lo que el 99% reunido tiene, quienes manejan los medios de comunicación, que son ellos mismos, culturizan para que los periodistas estemos en una situación en la cual si estamos jugando una ficha fuerte, estés demasiado quizás en el ojo de la tormenta, y tenés que lidiar con los periodistas de las corporaciones, con las corporaciones, y con lo periodistas tibios que están un poco a mitad de camino, tratando de no perder el tren de la vida corporativa, porque tampoco nadie quiere quedar afuera.
Es muy difícil bancarse ciertas soledades. Toda persona que va contra lo establecido, contra un sistema de ideas predominantes, siente que pasa a ser un personaje raro, casi extraño, y esas cosas pueden generar en algún momento agotamiento. Pero, mientras yo me sienta fuerte y con ganas, voy a seguir dando pelea. Y sino, en algún momento, tomaré algunos ahorros y me hundiré en el olvido, también con el mismo placer con el que he transitado una vida más notoria.
La selección uruguaya hoy está en la cima de la tabla de las Eliminatorias, ¿ya la ves clasificada en el mundial?
Es muy parejo esto, hay rachas permanentemente. Rachas a favor y rachas en contra, que no tienen una explicación que no sea la de una enorme paridad. En estos momentos, en América del Sur, tenemos en igualdad de condiciones a Colombia, Ecuador, Chile, Paraguay, Uruguay, y aquellos del primer escalón han bajado, por lo cual son parte de esa igualación, que son Brasil, y un poco menos la Argentina. Suponiendo que van a volver Brasil, en algún momento, y que la Argentina ya tuvo alguna pequeña recuperación, podríamos hablar de casi siete seleccionados, del mismo poderío.
Cuando esas cosas se hacen equilibradas, las rachas son a favor y en contra y hay que estar preparado para lo bueno y para lo negativo. Y lo importante para mí, a distancia, es que ese increíble milagro que es Uruguay está otra vez notablemente en la brecha, que ha encontrado una generación, algunos ya quedaron en el camino como Forlán y Lugano, que todavía tiene Suárez y con Cavani tiene una posibilidad.
Algo se ha perdido pero algo se mantiene y algo a mí me parece que está surgiendo. Uruguay ha recuperado lo que importaba, más allá de los avatares de los resultados, Uruguay está otra vez en el plano que le corresponde a su historia. El mejor fútbol uruguayo del que haya sido testigo, aunque sea por televisión, es el de estos años. Supera seguramente a todo el resto del fútbol uruguayo en la historia que ha tenido porque está teniendo que pelear en una América mucho más pareja y en mundo mucho más evolucionado.
Uruguay fue el mejor pero de un mundo más pequeño, y eso marcó a fuego el destino de Uruguay. Ese pasado dañó a todos los presentes y a todos los futuros, pero lo que ha ocurrido en los últimos años con el fútbol uruguayo, a mí me provoca un enorme agrado porque vaya donde vaya Uruguay, juega de igual a igual, no tiene importancia el adversario. No se trata de cantar el himno cada vez que se cruza la mitad de la cancha, como en otras épocas. Me siento a ver a Uruguay tranquilo, no es un partido para sufrir, para que nos peloteen y ver si de contra podemos meter un gol. Creo que es un presente formidable el de Uruguay. Y yo no borraría este comentario.
Antes del mundial de Sudáfrica, yo hacía un programa para Canal 10 y me hicieron una nota cuando Uruguay salió clasificado a duras penas. Y yo me creía que ese seleccionado iba a tener condiciones de dar pelea, que iba a más. Bueno, yo sigo afiliado a esa idea. El fútbol uruguayo va a más, está formidable. Y creo que debe de ser un motivo de orgullo. Mucho más todavía si tenemos en cuenta que somos poco más de tres millones de habitantes, como siempre, pero en un mundo muchísimo más competitivo. Que Chile, Ecuador, Colombia, Paraguay estén en el nivel que están, marca que las cosas son muy peliagudas y eso es muy bueno también para la competencia y a mí me sirve para exaltar con mucha convicción lo que pasa en con el fútbol uruguayo.