¿Quién no tuvo un vecino problemático? Con la posible excepción de los ermitaños, los náufragos en islas desiertas y los guarda faros, todo ser humano tiene alguna vez disputas con “los cosos de al lado”.
Pero la pregunta resulta más interesante si se la invierte ¿Quién no fue, al menos en alguna oportunidad, un problema para su vecino?
Meses atrás, Raúl Oxandabarat, vocero de la Suprema Corte de Justicia, explicaba a Montevideo Portal que la masa ingente de asuntos menores que llega a los tribunales (generalmente disputas entre vecinos y familiares), amenaza con atascar y trivializar peligrosamente la Justicia.
Para combatir esa saturación, y para no solucionar por vía penal -siempre ingrata- problemas que no lo ameritan, existen en Montevideo cinco Centros de Mediación, que ofrecen a toda la ciudadanía asesoramiento y posibilidad de diálogo.
Montevideo Portal habló sobre la tarea de dichos establecimientos con Andrea Cruz, trabajadora social, y Silvia Peyrou, psicóloga social, quienes se encuentran al frente del Centro de Mediación de la Ciudad Vieja, que funciona frente al Hospital Maciel
¿Desde cuándo existen los Centros de Mediación?
Desde 1996 y este fue el primero, que empezó siendo piloto. Luego el Poder Judicial hizo un convenio con el BID, que aportó el dinero. Al año siguiente ya se presupuestó, y empezó a funcionar ya no como piloto, y con rubros del PJ.
¿Ustedes están aquí desde el inicio?
Los cargos son rotativos dentro de los Centros existentes, y en cualquier momento pueden rotarnos a otro. Nosotras trabajamos aquí como mediadoras desde al año 2003, entramos las dos por el mismo concurso. Al principio trabajaban voluntarios del PJ, que dedicaban tiempo de manera honoraria, fuera del horario de trabajo. Luego hubo un llamado a concurso y como resultado se incorporaron, en 2003, diez mediadoras.
¿Todas mujeres?
Si (ríen). Han concursado hombres, pero quedaron las mujeres.
¿Cómo fue el desempeño desde el 2003 hasta hoy? ¿la gente concurre a los Centros?
Sí, la demanda fue creciendo constantemente, en algunos barrios más que en otros. Sucede que hay zonas donde funciona más el llamado “boca a boca”. Se trata de barrios muy populosos, como el Cerro, o Piedras Blancas, y que utilizan todas sus herramientas comunitarias.
Aquí a Maciel no viene tanta cantidad de gente, porque están las defensorías muy cerca, y ahí también se puede encontrar servicio de mediación.
¿La gente concurre a mediación cuando carece de medios para procurarse asistencia legal?
No siempre. Hay gente que tiene abogado, y con él concurre a la audiencia, cosa que no es obligatoria, porque aquí siempre tratamos de solucionar el problema negociando con las partes, ya que a veces se trata de situaciones que no ameritan un juicio, o hay voluntad de evitar que se llegue a ese extremo. Los mismos abogados a veces derivan gente para acá, cuando entienden que se trata de asuntos que no dan para iniciar un juicio.
¿Qué tipo de asuntos son?
Pueden ser problemas de vecindad, ruidos molestos, etc. Son temáticas donde no hay un delito propiamente dicho, pero que eventualmente, si el problema creciera, podría llegar a incurrirse en delito. Ese tipo de casos pueden solucionarse por mediación.
¿Por qué vías llega la gente a los Centros?
Puede ser, como decíamos, por derivación del abogado, o desde la seccional, o por consejo de vecinos, amigos, o por derivación de redes sociales del barrio.
¿Predomina entonces la problemática de convivencia vecinal?
Hay de todo. En este Centro en particular predomina la materia civil, pero eso siempre depende bastante del contexto barrial. En otras zonas predominan casos de familia y vecindad. El Centro de Mediación de Piedras Blancas, por ejemplo, trabaja muchísimo con problemática familiar. La gente concurre a consultar una cantidad de temas. A veces se trata de asuntos que no son de nuestra competencia, pero sí podemos derivarlos hacia donde está el servicio que necesitan. En ese sentido, entendemos que una buena derivación es también una buena intervención.
Lo que resulta evidente es que la clase de consultas cambia según el barrio, y además, los cinco Centros de Mediación están ubicados en barrios estratégicos. La idea es que la mediación, que actualmente se limita a Montevideo, se extienda al resto del país, y así está planteado en la Rendición de Cuentas. Está previsto que se inauguren unos dieciocho nuevos Centros, todos en el interior.
Andrea Cruz. Montevideo Portal
¿Qué porcentaje de problemas solucionados tienen?
Según las cifras del año pasado, se llegó a un porcentaje de acuerdos cercano al 92 por ciento, y este año es incluso mayor. Luego de llegar al acuerdo, se realiza un seguimiento, que es imprescindible para saber qué sucedió luego de la solución acordada. En ese tema, los porcentajes de éxito también son altos, entre 80 y 90 por ciento.
¿Cuál es la actitud de la gente que llega a un Centro de mediación? ¿viene enojada, nerviosa o tranquila?Depende. A veces concurren después de haber tenido el problema, hay gente que viene tranquila, y otra que está muy alterada.
¿Y qué se hace con esa gente que llega fuera de sí, enojadísima con la otra parte?
Los escuchamos. A veces con sólo hablar, hacer un poco de catarsis, la gente ya se tranquiliza. Entonces le ofrecemos la mediación como herramienta, como manera de llegar a una solución a través del diálogo.
¿Qué tan conocedora es la gente de sus derechos?
Por lo general no se conoce lo suficiente. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con ruidos molestos, la gente no sabe que en Montevideo existe una reglamentación muy semejante a la de los países europeos, que establece que los sonidos producidos en una casa no pueden escucharse fuera de ella. Hay un máximo de 56 decibeles, y de noche baja incluso más, no se podría ni descargar la cisterna. Ese tipo de pormenores la gente no los conoce. Hay una falta de educación en ese tema. Además, hay temas que sí se conocen pero es difícil lograr el cumplimiento, como el de la bolsita para la caca de perro, que en algunos barrios se cumple más que en otros, pero el hecho es que la gente siempre conoce más sus derechos que sus obligaciones. Por eso, cuando una persona viene a plantear un problema, viene a reclamar por sus derechos.
O sea, “la culpa es del otro que me hizo algo”.
Generalmente es así, pero la mediación incluye el ponerse en lugar del otro, tratar de escucharlo. Cuando ambas partes llegan a la audiencia, antes de empezar les damos una especie de “discursito inaugural”, donde les explicamos que se habla por rigurosos turnos, y que cuando uno está hablando tenemos que escucharlo, y así encontramos muchas veces la raíz del conflicto Porque si bien se insiste mucho con el “dar vuelta la página” -y eso se ve en nuestra historia reciente- si no se conocen los orígenes de un conflicto, es muy difícil encontrar la solución..
A veces en la propia audiencia aparecen elementos que destraban la situación, y demuestran que el problema principal no era aquel por el que se reclamaba, sino que había otra cuestión de fondo. Por poner un ejemplo, a lo mejor una señora no aguanta que la vecina de arriba haga ruido, pero el problema verdadero es que ella cree que esta vecina intenta seducir a su marido, y ese es el verdadero motivo de roce, que termina por aparecer durante la conversación.
Cuando una persona somete su problema a mediación, se le envía a la otra parte involucrada una invitación para concurrir al Centro ¿cómo toma la gente esa invitación?
Hay de todo, las reacciones son de lo mas diversas. Hay gente que se lo toma bien, que ya está informada de cómo funcionamos. Pero también hay quienes se enojan muchísimo con el otro, y a causa de ese enojo a veces ni siquiera concurren al Centro. En algunos casos, las personas que reciben la invitación se asustan, porque al ver las palabras “Poder Judicial”, creen que se trata de un juicio, que tienen que comparecer ante un juez. Finalmente, cuando llegan acá, y se dan cuenta que es una instancia para dialogar, se calman y se puede realizar la audiencia.
¿Aquí trabajan abogados?
No. Estamos sólo nosotras. Las dos tenemos experiencia en juzgados. Por supuesto que nos mantenemos informadas de cualquier modificación en leyes o normativas.
Cuando se presenta un caso muy complejo ¿cómo se asesoran?
En esos caso se consulta. Siempre que tenemos alguna duda, consultamos con compañeras que son abogadas.
¿Recuerdan algún caso difícil?
Bueno, sin entrar específicamente en ningún caso, a veces se dan situaciones muy dolorosas en asuntos donde está involucrada una familia, donde salen a relucir situaciones de abuso.
¿Ese tipo de casos no va directamente a la Justicia?
Sí, pero a veces se trata de casos antiguos, donde ya actuó la Justicia, pero las heridas no se han cerrado, y sobre el que las personas no habían hablado. A veces hay secretos de familia que terminan por salir a la superficie en las audiencias. En ocasiones, una de las partes confiesa el nudo del problema cuando la otra no está presente.
En verdad hay de todo. A veces nos tocan mediaciones divertidísmas, donde las partes llegan muy enojadas y terminan a los besos y abrazos...y hay audiencias en las que no se puede lograr un acuerdo, y terminan mal, en un juicio. Por suerte, esas últimas son pocas.
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Silvia Peyrou. Montevideo Portal |
En los barrios irregulares o asentamientos, donde las viviendas y su disposición distan mucho de ser ideales ¿aumentan los problemas vecinales y familiares?
Sí, aquí en Maciel no sucede tanto, pero en el Centro de Piedras Blancas, los problemas de los asentamientos son permanentes. Está, por ejemplo, el asunto de la compra y venta de terrenos, donde la gente te presenta un papel firmado, de un talonario cualquiera, confiada en que tiene su terrenito, cuando muchas veces se trata de terrenos municipales de los que alguien se adueño y luego vendió. Eso se ve mucho y es muy triste.
Luego está, por supuesto, el tema de los límites de las viviendas, problemas con las zanjas, los pozos negros...
Que no oscurece
Muchas mediaciones son aclaratorias, y no necesariamente tiene que arribar a un acuerdo o solución, explica Silvia Peyrou, sino que se trata de poner cosas en claro. Hay ocasiones en las que basta con detectar un malentendido, y la mediación se cierra con un simple pedido de disculpas. Además la mediación tiene varias etapas. Al comienzo hay una pre tarea, porque las partes suelen estar muy confusas, quieren hablas al mismo tiempo y hay que lograr calma. Luego, con el andar de la charla, por lo general hay un momento en que se da como un “click”, y ahí ya sabemos que el problema se va a solucionar.
Nosotras decimos que lo que hace el mediador es devolverle las orejas a la gente, para que se puedan escuchar. Aquí hacemos ese papel de oreja en un primer momento, pero luego las dos partes empiezan a dialogar entre sí, y esa es la señal de que la solución está cerca, al menos para ese momento de crisis. El equilibrio que se logra en la audiencia es dinámico, un apaciguamiento temporal. Es por eso que se hace un seguimiento.
¿En qué consiste ese seguimiento?
Se fija un día, aproximadamente un mes después de la audiencia, y se hace un seguimiento telefónico, donde nos llaman las partes, o de lo contrario llamamos nosotros. Ahí nos enteramos de la evolución del caso, y de ser necesario, siempre tienen la posibilidad de volver. Aquí las puertas siempre están abiertas.
Matar al mensajero
¿Les ha pasado que esa gente que llega enojada, se las agarre con ustedes?
Algunas veces nos hemos tenido que meter en el medio, porque el mediador debe llevar el asunto al extremo, y cuando te querés acordar, sos mediador, porque estás realmente en el medio (ríen).
La gente llega con mucha “carga”, y nosotras somos la cara visible donde se desahogan. Eso también sucede en los juzgados, y en rigor, le pasa a todas las personas que atienden público.
Pero además, ustedes se están “metiendo en su vida”...
Sí, por más que aclaremos que somos objetivas, y que todo lo que se habla es confidencial, al principio hay desconfianzas. Nos pasa que venimos a ocupar el papel de tercero en discordia y a veces, el enojo que no se atreven a demostrar con la otra parte involucrada, lo muestran con nosotras.
Trabajar para el enemigo
Es frecuente que cada una de las partes crea que estamos de parte de la otra, explica Andrea Cruz. A veces, ante una pregunta de lo más sencilla, les parece que los queremos perjudicar y que apoyamos al otro. Generalmente, el que no pidió la mediación, piensa que la otra parte, por el simple hecho de haberla pedido, está en una situación de ventaja. Por eso tenemos que aclarar siempre nuestra neutralidad.
La herencia maldita
Hay conflictos heredados que pasan de generación en generación, cuenta Silvia Peyrou. A veces al analizar un problema entre vecinos de propiedades linderas, se descubre que el rencor proviene de los abuelos de los dueños actuales, que a lo mejor construyeron sus casas juntos, y luego uno de ellos se sintió estafado por el otro...pero hace un montón de años.
Hay un caso famoso en Irlanda, entre dos pueblitos que mantenían una aversión mutua. Al investigar la historia de la zona, se supo que el origen del problema era un asunto de robo de ovejas, sucedido como cuatrocientos años antes. El problema se extendió durante generaciones, y lo terrible era que se tenían rabia porque era lo normal, aunque ya nadie recordaba el problema.
Para muestra
Anécdotas hay muchas, asegura Andrea. Ratificando sus palabras, Silvia recuerda un caso muy triste donde un accidente doméstico protagonizado por una niña, acarreó un profundo deterioro en el seno de una familia.
Andrea, por su parte, recuerda con tristeza un caso conmovedor. Se trataba de una joven que estaba a punto de cumplir quince años, y padecía una grave enfermedad que no le permitiría vivir mucho tiempo, dolencia hereditaria que también aquejaba a sus hermanos menores. La muchacha estaba distanciada de su padre, y recurrió al Centro de Mediación para pedir que la visitara en su cumpleaños. Contactado por las mediadoras, el hombre no se presentó a la audiencia.
A tener en cuenta
100 % off. Los servicios brindados por los Centros de mediación son absolutamente gratuitos.
Tener juicio para no ir a juicio. Mediar no es juzgar. Los Centros de Mediación intentan contribuir a que las partes involucradas en una disputa arriben a una solución acordada. En dichos Centros no se juzga, sino que se intenta evitar que un problema solucionable mediante diálogo, llegue a los tribunales.
De buena voluntad. La comparecencia a las audiencias en los Centros es voluntaria.
Tú puedes mediar mediante concurso
Actualmente existe un llamado para cubrir vacantes en Centros de Mediación.
Los interesados deben concurrir al la calle San José 1132, segundo piso, donde podrán retirar las bases del concurso.
Para mayor información, comunicarse a centrosdemediacion@poderjudicial.gub.uy
¿Dónde están los Centros de Mediación?
Hospital Maciel:
25 de Mayo 183
Tel: 9165403
Piedras Blancas:
Capitán tula 4145 esq. Belloni
Tel: 2272314
Cerro:
Av. Carlos María Ramirez s/n esq Grecia.
Tel: 3131187
Euskal Erría:
Complejo Habitacional Euskal erría 92, local 009
Cno. Carrasco y Dr. R. Berro.
Tel: 5257815
Antonio Giordano:
Av. San Martín 3797 y García de Zúñiga
Tel: 216 6854
Gerardo Carrasco / Montevideo Portal