¿Cuál es la situación político partidaria de Israel, luego de las elecciones del 10 de febrero?
Estas elecciones se dan porque el primer ministro Ehud Olmert decidió renunciar. Entonces, por ley, el partido Kadima (Centro) de Tzipi Livni, trató de construir un gobierno alternativo pero no consiguió los consensos en el Parlamento. Por eso se llamó a elecciones anticipadas. El resultado de estas elecciones da que el partido de Tzipi Livni, Kadima (centro) obtuvo 28 escaños de 120, el partido Likud, liderado por Benjamín Netanyahu (centro derecha) 27, un partido de derecha que se llama Israel Beitenu 15, el Partido Laborista 13, parlamentarios israelíes árabes 11 y después con otros partidos ortodoxos, algunos de izquierda y otros de derecha se llega a 120. Todo depende de la coalición. Ahora, el presidente se encuentra con cada uno de los partidos con representación en el futuro parlamento. Cada partido da una recomendación para realizar las alianzas. El presidente no está obligado a darle el gobierno al que obtuvo más escaños, depende de cuántos partidos estén dispuestos a juntarse con Kadima.
La palabra la tiene Beitenu
A primera vista, Benjamín Netanyahu, tiene la capacidad de reunir unos 65 escaños en 120, y Kadima unos 55. Todo depende de las negociaciones entre los partidos, qué está dispuesto Likud y Kadima a otorgar. Ahora se habla de tres opciones. Un gobierno de unidad nacional en el que Tzipi Livni y Netanyahu y cualquier partido que quiera juntarse formen una coalición.
La otra posibilidad es un gobierno de centro derecha liderado por Netanyahu, con alianzas con partidos de centro y de derecha. Israel Beitenu tiene quince escaños y afinidad con Netanyahu, igual que partidos religiosos que también coinciden con Netanyahu en algunas visiones. Los partidos religiosos están más cerca de la derecha, porque ellos tienen una visión en la que el territorio israelí ha sido otorgado por razones religiosas al pueblo judío y no deberíamos prescindir de él. No deberíamos hacer concesiones territoriales, esa es más o menos la visión de Likud. Desde el punto de vista ideológico y político tienen afinidad con la derecha, pero los partidos de derecha tienen una visión laica desde el punto de vista social y eso estaría en confrontación con los religiosos ortodoxos, es muy complejo.
La tercera opción sería un gobierno de rotación, durante cuatro años. Dos años sería Tzipi Livni la primera ministra y Netanyahu el vice y los otros dos años al revés. Por el momento esa opción ha sido rechazada por los dos partidos, pero puede ser que vuelvan a ello, si no hay un acuerdo en las negociaciones. En 1984 tuvimos una experiencia de rotación, que finalmente fue el gobierno más largo en la historia de Israel.
¿Cómo pueden influir estos acuerdos en el conflicto con Palestina?
La visión de Tzipi Livni habla de concesiones territoriales que no pondría en peligro nuestra seguridad, ni existencia. La visión de dos Estados para dos pueblos. Un estado judío y un estado palestino. Los partidos de derecha como Likud y Beitenu, que es aún más a la derecha, no están dispuestos a hacer tantas concesiones y la idea de un Estado palestino no tiene unanimidad. A priori, las negociaciones entre Israel y los palestinos serían más complejas con un gobierno de Likud y Beitenu. No hay ningún partido sionista que no esté por la paz, pero la diferencia está en cómo llegar a ella.
¿Cómo comenzó esta última parte del conflicto?
Nosotros desde el año 2000 somos víctimas de atentados en autobuses, supermercados, cines, cafés. En el año 2005, el gobierno de Ariel Sharon decidió retirarse completamente de la Franja de Gaza y retirar los 14 mil israelíes que vivían ahí. Desde agosto de ese año no hay en la Franja de Gaza ninguna presencia civil o militar israelí. Nuestra idea era que este territorio sería el embrión de un Estado palestino, ellos lo administrarían por ellos mismos. Lo que aconteció entre 2005 y 2007 es que Hamas por la fuerza ocupó esos territorios y expulsó a los líderes moderados de Al Fatah.
En el seno de los palestinos existen dos visiones con respecto a la problemática con Israel. La visión moderada, lidera por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, que quiere dos estados y la de Hamas que quiere que Israel desaparezca. La solución del problema es la destrucción de Israel. En estos últimos 8 años nosotros hemos recibido unos 8 mil misiles contra el Sur de Israel. Son lanzados hacia aldeas, siempre objetivos civiles. Nosotros, en los últimos años, nunca tomamos medidas drásticas porque no queríamos poner en peligro el proceso de negociación. Pero en diciembre de 2008, la situación era insostenible. Había una tregua desde julio y a su término en diciembre, recibíamos 80 misiles por día.
¿Una tregua con Hamas?
Sí, una tregua no negociada directamente porque pensamos que no podemos tratar con terroristas. Pero por medio de Egipto, las Naciones Unidas, Rusia y Estados Unidos negociamos una tregua, que fue violada, pero mínimamente. Cuando terminó la tregua, Hamas comenzó a atacar de manera masiva e Israel se vio en la necesidad de intentar destruir la capacidad terrorista de Hamas.
Así tuvo lugar la operación "Plomo Fundido" que alcanzó objetivos de Hamas. El problema fue que Hamas tomó a su propia población de rehén y la ponía como escudo humano. Tenían sus armas en el seno de la población civil, en las casas, en los barrios, con la idea de que Israel no atacaría esos lugares. En el momento en que Hamas pone sus misiles en el primer piso de un edificio civil, transforma ese lugar en un objetivo militar. Israel tomó todas las medidas que podía tomar para evitar víctimas civiles. Nosotros llamábamos por teléfono al señor que vivía en el segundo y tercer piso y le decíamos "nosotros vamos a atacar el edificio porque hay misiles, toma a tu familia, tenés quince minutos para abandonar el lugar" y con eso poníamos en peligro el éxito de esa misión porque le estábamos diciendo al enemigo dónde íbamos a atacar. Tomamos ese riesgo porque queríamos evitar que la población fuera dañada. Algunos no nos creían, pensaban que se trataba de una broma y colgaban. Nosotros les enviamos SMS en árabe. "Por favor, salga". Hamas muchas veces no les permitía salir y los mandaba al techo, para que los vieran desde los aviones israelíes. Contra eso, nosotros enviábamos bombas pequeñas que hacían mucho ruido pero no dañaban, para que salieran por el ruido. Si había diez personas se esperaba que saliera el décimo. Cuando todos salían bombardeábamos. Nosotros no queremos dañar población civil, es contra producente estar en contra de la vida, sea judío o árabe. Ellos nos pusieron en una situación en el Sur del país, en la que la vida estaba completamente dañada. El niño israelí iba a la escuela en la mañana, no por el camino más corto, sino por el que tenía más refugios contra misiles. Hamas tenía la "gentileza" de mandar los misiles durante el horario de salida de la escuela. Eso trajo problemas sicológicos durante años y también presiones para el gobierno de Israel, porque la población del Sur reclamaba medidas. Vos hacías una fiesta y esa noche había misiles y nadie quería ir. Destruyó la vida de la población del Sur.
Llama la atención la relación entre la cantidad de misiles disparados por Hamas y el número de víctimas israelíes.
El número de víctimas civiles israelíes, ha sido restringido y el de víctimas palestinas ha sido grande, porque Israel viéndose en esta situación, tomó todo tipo de medidas para proteger a su población, como la creación de refugios y un sistema de alerta. Cuando el misil sale del territorio palestino, hay una alerta y dependiendo de la distancia del misil, entonces tienen entre 15 segundos y un minuto para encontrar un refugio. El gobierno israelí trató de proteger a su población. Del otro lado, utilizan a su propia población civil como escudo, ellos ponen a sus parientes, hijos, padres, en el segundo piso de un edificio en el que hay misiles o mandan civiles desde un lugar poblado.
Nosotros tenemos el culto a la vida y Hamas tiene el culto a la muerte, para ellos morir por la causa es bueno, porque creen que se van al cielo matando el número más grande de israelíes.
¿Del lado israelí no hay ningún partido que quiera exterminar a los palestinos?
De ninguna manera. El problema es político, si tiene que haber un Estado palestino o no, pero ningún partido preconiza el exterminio del pueblo. El problema no se va a resolver por la fuerza, los palestinos no van a desaparecer y nosotros tampoco. Hay que juntarse y negociar. Es cierto que los partidos políticos tienen matices. Kadima busca una chance para la paz y Likud cree que hay que ser más duro. En fin de cuentas, el problema va a ser resuelto en una mesa de negociaciones, nosotros queremos hacerlo lo más rápido posible. Quiero ser bien sincero; hay en Israel algunos grupos que tienen visiones de extrema como en todos los países del mundo, fuera del consenso nacional, pero esos no se representan más que a sí mismos. Israel como Estado quiere una solución negociada, sea con el partido que sea.
¿Qué peso tiene el conflicto durante la campaña electoral y en la decisión del ciudadano?
Israel es en muchos aspectos un país como todos los otros. Al ciudadano le importa cuántos impuestos paga, cómo está el servicio de salud, la educación para sus hijos, la cultura, el desarrollo, la agricultura. Pero como además tenemos un problema de seguridad, eso tiene una importancia muy grande. Unos de los análisis es que como hubo un cierto número de años en el que Israel fue atacada, el electorado tomó una reacción más de derecha. El voto del israelí ha sido para apoyar las visiones más severas y menos conciliadoras.
¿Por qué cree que el mundo árabe no apoyó a palestina?
El mundo árabe es un mundo dividido. Nosotros tenemos una situación de paz con Egipto y Jordania. Tenemos divergencias, pero son países amigos. Si hay algún problema se resuelve en una mesa de negociaciones. Hemos descartado el conflicto armado. Hay en el mundo árabe países que han entendido que el apoyo a la destrucción del Estado de Israel, no ha dado resultado. Hay mucha oposición a Hamas en los países árabes. Está Siria, Líbano y el problema mayor que no árabe, es Irán, porque tiene un concepto muy extremo. Algunos países árabes tienen cierto temor de la influencia de Irán y su capacidad de tener armas nucleares. Ha habido un progreso hacia la paz con el mundo árabe. Egipto tiene mucha crítica a Hamas, porque Egipto tiene un grupo similar en su territorio, que se llama "los hermanos musulmanes". Egipto está tratando ahora de generar una tregua de un año con Hamas. En esa negociación esperamos liberar al soldado Gilad Shalit, que hace más de 900 días que está secuestrado.
¿Cómo siente el rechazo de la comunidad internacional?
La política internacional utiliza el criterio de dos pesos, dos medidas. En algunos foros internacionales, como en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, hay una mayoría antisraelí, el terrorismo palestino nunca fue condenado en las Naciones Unidas. Nosotros pensamos que nuestra causa es justa. No queremos nada de nadie, queremos que no nos ataquen. Hablan de guerra no proporcional pero ninguna guerra es proporcional. Hay una caricatura, de ocho o nueve fotitos. Hamas pega una bofetada cada mañana e Israel dice "basta, sino yo voy a reaccionar". Pasa lo mismo ocho veces y a la novena Israel reacciona y la comunidad internacional dice "ahí tenemos al agresor". ¿Por qué no hablan de los ocho mil misiles? Acá hace unas semanas tiraron un cocktail molotov contra una institución israelita y esa institución israelita tiene visiones que no son muy partidarias del Estado de Israel. Atacaron precisamente a la institución judía que se identifica menos con el Estado de Israel, es extraño.
¿Cómo cree que repercute para la imagen ante la comunidad internacional, el hecho de que Israel haya sido durante años el país que más dinero recibía de Estados Unidos?
Nosotros tenemos una relación de amistad y de alianza con Estados Unidos, porque compartimos valores comunes, como la libertad y la democracia. Hay que tomar en cuenta nuestra situación. Somos un pequeño país con siete millones de habitantes y alrededor nuestro hay un mundo árabe con 100 millones de habitantes, con terrorismo. Los Estados Unidos apoyan a Israel, porque entienden que Israel tiene derecho a existir y tiene derecho a defenderse. Compartimos la idea de que la democracia es el mejor, o al menos el sistema menos malo, en Medio Oriente no hay mucha democracia. Muchos grupos de izquierda tienen graves críticas contra Estados Unidos y como nosotros estamos aliados a ellos, estamos del lado malo de la película. Hagamos lo que hagamos, estamos del lado malo. El jueves, en una manifestación quemaron la bandera de Estados Unidos y la de Israel, nos ponen en la misma olla. Nosotros lamentamos mucho que muchas personas de izquierda en el mundo se confundan con los hechos. Cuando Israel ataca nos critican y está muy bien eso, pero no entiendo por qué no critican cuando el lado palestino ataca. Cuando hay víctimas palestinas se protesta, cuando la víctima es israelí no se escucha mucho ¿por qué? ¿Es una sangre diferente? Es la misma sangre roja de los dos lados. La vida de un niño palestino, vale tanto como la vida de un niño israelí. No podemos tomar seriamente esas críticas de la comunidad internacional. Nos acusan porque matamos a palestinos es la Franja de Gaza, es verdad. ¿Y qué pasa con los misiles que los mandaron? "Ah, no sé, ése es otro tema", dicen.