El candidato Bernie Sanders está haciendo historia en Estados Unidos. Este hombre de 74 años, con el antecedente de haber sido detenido por la policía en 1963 en una protesta contra la segregación racial, se convirtió en la esperanza del electorado joven y más "radical" tras haber derrotado a Hillary Clinton en las primarias demócratas de New Hampshire.
Nadie parecía darle una oportunidad a Sanders cuando comenzó su carrera electoral, pero sus sorprendentes resultados hacen temer a la misma cadena Fox, que ya admite como posible que termine siendo el candidato demócrata.
Bernie Sanders se ha convertido, curiosamente, en la esperanza de la juventud estadounidense anti establishment, que decidió pararse detrás de una plataforma insólita para un candidato estadounidense. Sanders no sólo se identifica como socialista o social demócrata, sino que apunta directamente contra el capital especulativo. Se expresó a favor de ampliar los derechos LGBT, de defender el derecho a elegir de las mujeres frente al aborto, de dar a los trabajadores vacaciones pagas y licencia después del parto (algo no obligatorio en Estados Unidos), educación universitaria gratuita, salud pública universal y terminar con las donaciones de empresas a campañas políticas.
En conjunto, parece un candidato muy a la izquierda incluso para cualquier campaña sudamericana, ni que hablar de Estados Unidos. Y como todo lo que pasa en el norte repercute en el sur, lo que suceda o no con Bernie Sanders puede ser decisivo no sólo para los Estados Unidos sino también para el resto del continente sudamericano. Sobre el fenómeno Bernie Sanders -que esta semana defendió vehementemente a Uruguay en su juicio con Philip Morris- dialogamos con el analista Michael Meurer, ex asesor del Partido Demócrata en California y docente que imparte clases sobre el sistema político estadounidense en universidades latinoamericanas.
Hace un año, nadie hubiera esperado que Bernie Sanders llegara tan lejos. ¿Cómo se explica su éxito?
En este año de elecciones, 65 % de los potenciales votantes dicen a los encuestadores que la nación está en el "camino incorrecto" y el 81 % piensa que el gobierno es corrupto. Este pesimismo sobre el gobierno y desprecio por los políticos que lo conducen está motivado en buena parte por el deterioro económico y la desigualdad creciente, que son los temas centrales para Bernie Sanders.
El 20 % de los ingresos familiares son propietarios del 84 % de la riqueza de la nación, mientras la clase media ha disminuido en más de un 10 %. Del 2007 al 2009, una recesión profunda llevó a Estados Unidos al borde del colapso económico. Más de tres millones de personas perdieron sus casas sólo en 2009. Casi 50 millones viven hoy en día en la pobreza.
Además de la inseguridad económica, muchos votantes se cuestionan si su gobierno los puede mantener a salvo del ascenso del Estado Islámico y de masacres terroristas como las de París y San Bernardino el año pasado. Los Estados unidos gastaron un estimado entre 4.000 y 6.000 millones de dólares en guerras en Afganistán e Irak con una gran cantidad de pérdidas de vidas, pese a que el 60 % de la población opinaba en forma consistente que ir a la guerra en Irak había sido un error.
En este contexto, el voto de Sanders contra la resolución de la guerra de Irak en 2002 obtuvo nueva importancia. Su compañera senadora, Hillary Clinton, votó por la guerra. Hasta Donald Trump cuestiona la razón original para la guerra en Irak.
Considerando este marco, la mayoría de los votantes creen que el sistema político está roto y no refleja sus opiniones. Quieren un cambio real y no tolerarán candidatos de partido guionados y financiados por Wall Street, haciendo promesas vacías que no pueden cumplir.
El deseo por candidatos con autenticidad e independencia política empuja las campañas tanto de Sanders como de Trump.
Desde aquí, las ideas de Sanders parecen muy de izquierda para los Estados Unidos. ¿No va esto contra su popularidad?
Los detalles de las políticas propuestas por Sanders son menos importantes que la creencia entre los votantes de que es honesto y no puede ser comprado. Lo mismo corre para Trump.
En New Hampshire, los sondeos a boca de urna mostraron que Sanders ganó en casi todos los grupos demográficos, no sólo entre los jóvenes, y esto se dio especialmente entre los votantes que consideraban que la honestidad es el rasgo más importante de un candidato. Casi el 92 % de ellos votó por Sanders. Una tendencia similar prevaleció entre los republicanos para Trump.
Como los votantes también creen que la economía está arreglada en favor de los súper ricos, las ideas social-demócratas de Sanders resuenan en una franja del electorado mucho más grande de la que se creía originalmente.
Además, Sanders financia su campaña con pequeñas donaciones obtenidas por millones de votantes que dan en promedio 27 dólares. No recibe dinero de corporaciones, bancos o donantes ricos. Su modelo de financiación de base envía la señal a sus votantes de que es incorruptible.
¿Sanders es una amenaza mayor para los republicanos que Clinton?
Es demasiado temprano en la campaña para saber cómo le iría a cada candidato ante un eventual oponente republicano. Sin embargo, de acuerdo a las encuestas actuales, tanto Marco Rubio como Ted Cruz derrotan a Clinton, mientras Sanders le gana a todos los candidatos republicanos excepto a Rubio, que lo supera solamente por un 1 %, que está dentro del margen de error.
Por ejemplo, Sanders le gana a Trump por 9.7 %, mientras Clinton supera a Trump sólo por 4.7 %. Sanders derrota a Cruz por 3 %, mientras Hillary pierde con Cruz por 0.2 %.
Encuestas potenciales para todos estos cruces pueden verse en Real Clear Politics.
Sanders se presenta como socialista o más bien social-demócrata, algo extraño en las campañas estadounidenses. ¿Qué clase de socialista es Bernie Sanders?
Sanders compara con frecuencia sus políticas con las de Dinamarca y otros países escandinavos, que son vistas favorablemente por la mayoría de los votantes estadounidenses. Además, entre los votantes de menos de 30 años y demócratas registrados, socialismo y capitalismo obtienen niveles casi idénticos de aprobación.
Sanders también invoca el legado de Franklin Delano Roosevelt en defensa de sus posturas social-demócratas, notando con corrección que casi todas las propuestas de Roosevelt durante la crisis del capitalismo que causó la Gran Depresión, fueron etiquetadas como una forma de socialismo.
Lo mismo fue cierto con Obama, a quienes los republicanos trataron de socialista durante todo su período al frente del gobierno. Para críticos del moderado Obama y el social-demócrata Sanders, puede tratarse de uno de esos casos de gritar "fuego" muchas veces en un teatro lleno. Los votantes ya no están asustados por el socialismo. Están más interesados en el carácter e intenciones de cada candidato.
¿Cuáles son las ideas principales de Sanders?
Las posiciones políticas de Sanders son simples, claras y notablemente consistentes por años. Él y yo fuimos oradores en el mismo mitin político hace 10 años y su discurso aquel día fue casi idéntico a los que brinda en su campaña hoy. Propone lo siguiente:
- Terminar con la desigualdad de la riqueza con políticas impositivas distributivas
- Hacer que la educación universitaria sea gratuita
- Imponer límites estrictos a las contribuciones para la campaña y limitar el rol del dinero de Wall Street y las corporaciones en las elecciones
- Crear millones de trabajos con una inversión masiva de un billón de dólares para reconstruir la infraestructura de Estados Unidos, incluyendo calles, puentes, puertos, saneamiento, redes eléctricas y vías del ferrocarril.
- Aumentar el sueldo mínimo nacional a 15 dólares por hora, duplicando los actuales 7.25 dólares.
- Trabajar con otras naciones para financiar una transición global de los combustibles fósiles a la energía renovable para combatir el cambio climático.
- implementar un sistema de salud nacional que garantice cuidado médico gratuito o a muy bajo costo para todos los ciudadanos estadounidenses.
¿Son los milennials (los nacidos cerca del cambio de siglo) la clave para el éxito de Sanders? ¿Por qué?
Los milennials arrastran la carga de una deuda estudiantil de 1.2 billones de dólares. Las posturas de Sanders sobre la educación universitaria gratuita y la salud resuenan con fuerza entre estos votantes. Aunque Sanders supera a Clinton por amplio margen entre los milennials, todavía es muy pronto como para decir que su suceso es empujado únicamente por los menores de 30 años.
En New Hampshire, por ejemplo, Sanders ganó en todos los grupos demográficos y étnicos excepto entre quienes ganan más de 225.000 dólares por año. Incluso derrotó a Clinton entre las mujeres. A Sanders le fue bien también entre todos los grupos demográficos de Iowa, pero sin embargo tanto New Hampshire como Iowa tienen poblaciones de afroamericanos muy pequeñas.
Sanders pierde con Clinton por muy amplio margen entre los votantes negros. Los afroamericanos constituyen un gran porcentaje de las primarias demócratas en casi todos los estados, en especial en el sur, donde se llevarán a cabo 13 de las restantes primarias.
En Carolina del Sur, el 56 % de los votantes primarios de 2008 eran negros, y los afroamericanos son mucho más importantes para la victoria que los millenials. Si Sanders no mejora su popularidad entre ellos, lo tendrá difícil para derrotar a Clinton y ganar la nominación demócrata.
Clinton también disfruta el apoyo del establishment del Partido Demócrata, y el partido designa a funcionarios superiores como "Súper Delegados" en cada estado. Estos Súper Delegados pueden respaldar a cualquier candidato que elijan, sin importar los votos de la gente. De un total de 4.763 delegados, 712 son Súper Delegados y más de la mitad ya están comprometidos con Clinton.
¿Es esta la campaña más polarizada de los Estados Unidos, con Trump en un extremo y Sanders en el otro? ¿Refleja eso la sociedad estadounidense actual?
Las campañas políticas de Estados Unidos siempre fueron polarizadas. En las caricaturas políticas de la década de 1860, Abraham Lincoln fue representado como un mapache, un hombre negro y una mujer con un vestido. La Guerra Civil fue la manifestación definitiva de la polarización. Durante las demostraciones antibélicas y de derechos civiles de la era de Vietnam, la nación y sus campañas se polarizaron violentamente, lo que desembocó en varios asesinatos políticos históricos. Cuando la la elección del 2000 entre Bush y Gore se decidió en favor del primero por decisión de la Suprema Corte, hubo una masiva polarización con manifestaciones en todo el país.
Una de las principales diferencias hoy es que la polarización fue institucionalizada. Los distritos electorales han sido tan manipulados por los republicanos que pueden mantener un control perpetuo del Congreso aunque sean un partido minoritario en relación al Partido Demócrata, que los supera en un 10 % en el global de la nación. Esta polarización institucional deliberada llega a un estado de agitación extrema por los noticieros y las redes sociales las 24 horas del día.
Durante las elecciones del 2012, publiqué un artículo llamado "Las elecciones como un espectáculo de marketing". Argumentaba que las elecciones se volvieron una forma de éxito taquillero hollywoodense, un espectáculo financiado por intereses económicos poderosos. La meta de estos grandilocuentes espectáculos millonarios es polarizar, distraer y confundir al electorado al mismo tiempo que publicitan al resto del planeta que la democracia estadounidense es la más grande y vibrante del mundo.
Detrás de bambalinas, el espectáculo está financiado por cientos de millones de dólares de dinero con intereses especiales que inundan el sistema político. El New York Times lo llama "plata oscura" imposible de rastrear, y el Partido Republicano aprobó una legislación que hace aún más fácil aceptar esta clase de financiación de campaña que esconde su fuente.
En las elecciones del 2016, muchos votantes de todo el espectro ideológico intentan rebelarse contra este sistema corrupto al apoyar tanto a Sanders como Trump, ninguno de los cuales depende de la financiación de Wall Street. El resultado es aún incierto.