¿Cuánto hace que trabaja en el Ministerio de Relaciones Exteriores?

Entré como aspirante en enero de 1987 y como funcionario en el servicio exterior en marzo de 1988.

¿Es un funcionario de carrera?

Sí, en esencia he sido eso casi toda mi vida

¿Cuál es su vínculo con el Movimiento de Participación Popular?

Mi vínculo con el MPP surge a través de la identificación con Mujica y los lineamientos de base ideológica del Movimiento de Participación Popular, cuando yo estaba en Alemania en el año 98.

¿En ese momento conoció a Mujica?

No, a Mujica lo conocí personalmente años después de eso. Tuvimos una reunión por intereses de inversión que la misión en Alemania traía al país. Entablé contacto con la gente del MPP en Cancillería, luego tomé participación en la elaboración de algunos documentos y ése fue el origen de la conexión con el MPP. ¿Nunca se afilió? No puedo, ni debo. Al ser funcionario de carrera no puedo tener una afiliación política. Ahora estoy en otras condiciones, como ministro designado.

¿Cómo se enteró de la designación?

Me llamó Mujica y me convocó a una reunión. Cuando me reuní me dijo que iba a ser ministro.

¿Qué críticas podría hacerle a la gestión anterior?

No corresponde hacer críticas, a cada uno le toca vivir un momento determinado y le tocan condicionantes determinadas. Tengo claro lo que haría. Vamos a tener tres cuatro pilares de acción: la defensa de los principios de política exterior, promoción de la democracia, promoción de los Derechos Humanos y autodeterminación. En los temas de comercio exterior, vamos a procurar una coordinación fuerte con el sector privado, vamos a concentrar recursos en el Uruguay XXI (Guía de negocios para empresarios interesados en Uruguay), vamos a promover las exportaciones en la región y el fortalecimiento de los vínculos con los vecinos. Creemos que el comercio con Brasil está muy bien y que el comercio con Argentina debe dar resultados mayores. Tenemos que trabajar también sobre la diversificación de las exportaciones al mundo en los mercados prioritarios, los otros países de Latinoamérica, pero también Estados Unidos, la Unión Europea y China. Tenemos que seguir fortaleciendo la institucionalidad que se ha creado para la atención de los uruguayos en el exterior, el departamento 20. Hay que estar más cerca de esos uruguayos y ese trabajo tiene que ser prioritario a nivel diplomático y captar las posibilidades que ofrecen esos compatriotas, muchos de los cuales tienen conocimientos que no existen en el país.

Mujica dijo que debemos viajar más al interior y menos al exterior. ¿Usted comparte eso?

Comparto el fundamento que Mujica expresa. Ese concepto no puede ser tomado en términos absolutos como que Mujica no va a viajar al exterior. El país que insertamos internacionalmente es el país que tenemos. Corea tenía un proyecto de inserción internacional hace 35 años y ahora tiene otro, simplemente porque su etapa de desarrollo e industrialización es completamente diferente. Si nosotros logramos identificar con mayor inmediatez los distintos problemas del país y vemos qué podemos hacer para ayudar a algunas partes de la nación en su desarrollo, podemos atacar el tema de dónde estarían mejor ubicadas determinadas inversiones o polos industriales o tecnológicos. Si identificamos las necesidades del país en materia de ciencia y tecnología, en materia de educación, entonces estamos mejor preparados para captar esas necesidades o esos temas que hacen al desarrollo del país. Hay que conocer Uruguay: la política exterior no es mover fichas en un tablero, es proyectar al país que tenemos, y por eso es importante conocerlo. Las misiones se van a hacer y el presidente electo está dispuesto a atender todos los viajes que sean necesarios para proyectar mejor al Uruguay.

Durante este período de gobierno se habló de Chile como pasaje al mercado asiático para nuestro país. ¿La presidencia de Sebastián Piñera afecta esos planes?

Estoy seguro que Chile va a seguir siendo un aliado estratégico muy importante para el Uruguay. Somos dos países con características muy similares en nuestra manera de entender la economía, el comercio exterior, los trabajos a la interna del país, la inserción internacional, y por lo tanto vamos a seguir trabajando junto a Chile estos próximos cinco años, coincidiendo prácticamente en todo el período. Es muy importante ese vínculo y lo vamos a manejar con carácter prioritario.

Hay muchas expectativas por el conflicto en Botnia. ¿Hasta dónde está dispuesto a ceder?

No es ceder, el tema está en una lógica jurídica, estamos esperando el fallo de La Haya sobre este tema. Los dos países tenemos que ver qué dice ese fallo y como lo administramos conjuntamente para lograr superar los problemas y las dificultades que se han presentado. El conflicto de UPM y Botnia no es algo que solamente tiene un aspecto de negociación, también tiene aspectos jurídicos y técnicos. Uruguay lo va a trabajar desde sus instituciones, fortaleciendo sus presentaciones técnicas y tratando de presentar proyectos concretos de cooperación a fines de poder avanzar en la relación con Argentina.

Usted fue cónsul en Irán. Recientemente dijo que se iban a mantener relaciones “objetivas” con Irán y Venezuela ¿A qué se refiere con relaciones objetivas?

No nos podemos dejar influir por opiniones o presiones que pueda haber. Tenemos que tomar nuestras decisiones basados en el interés nacional y ese interés nacional también está condicionado por ecuaciones políticas. Eso es lo que tenemos que leer al momento de determinar nuestras posiciones en los foros internacionales pero también en nuestra relación bilateral con Irán, que es un amigo tradicional de Uruguay y un socio comercial de los más importantes que ha tenido el Uruguay en los últimos 20 años.

¿Queda descartada la posibilidad de alinearse a los países del ALBA?

Son países amigos del Uruguay. Con Venezuela tenemos relaciones muy fuertes y hemos desarrollado muchos proyectos conjuntos. Venezuela ha sido un país extremadamente generoso con el Uruguay en los últimos cinco años. Le damos un carácter prioritario a la relación con Venezuela, pero eso no significa entrar al ALBA, porque es distinto, es algo que tenemos que ponderar de otra manera, entendiendo cómo funciona ese proceso de integración y de qué manera podemos participar, y cómo nos condiciona nuestra participación en el MERCOSUR. Todas esas cosas no son aspectos que podamos resolver en un plazo breve de tiempo, es algo que va a llevar mucho tiempo, al menos varios años de análisis.

¿Cuántos años estuvo como Embajador en China?

Faltaron tres semanas para completar los tres años.

¿Qué puede rescatar de esa experiencia?

No se les puede vender todo a ellos, se les puede vender aquellas cosas en las que somos competitivas, en las que tenemos posibilidades productivas de alcanzar ese mercado. Se necesita trabajo de promoción y de inversión de contactos para engrosar ese comercio. Es un país extraordinario que ha tenido una expansión única en el mundo. Si comparáramos con otros procesos del mundo, haber sido embajador en China es como haber sido embajador en Gran Bretaña durante la revolución industrial. Fue una experiencia muy formativa no sólo desde el punto de vista comercial, desde el punto de vista de la gestión política, sino sobre cómo es el trato, cómo es su visión internacional. Uno aprende cosas que son muy definitivas e importantes. En el tema de gestión de proyectos, por ejemplo, cuando ellos definen un proyecto pasa un período muy breve de tiempo entre el argumento de la decisión y el comienzo de la ejecución. Está cronogramado y lo cumplen en tiempo récord, eso es algo que nosotros podemos aprender. Lo otro es la transversalidad de las políticas. No existen chacrismos, existe prácticamente la horizontalidad de la información y la transversalidad de todas las políticas. En control macroeconómico o control de medio ambiente corta todo el aparato político; no se trata desde un ministerio o una oficina.

Mujica anunció que apostaría a los funcionarios de carrera más que a los políticos. ¿Qué ventajas puede tener eso?

La profesionalización tiene varias puntas, y no excluye a los funcionarios políticos, pero la Cancillería no puede tener un efecto residual de tener que absorber políticos sin cargo. La Cancillería tiene que ser para gente con idoneidad. Si uno ve a alguien con la formación académica necesaria que ha trabajado años acá, que tuvo dos o tres destinos en el exterior, eso es un capital que hay que aprovechar a la hora de trabajar los temas de política exterior del país. Eso no quiere decir que no haya embajadores políticos, son necesarios de alguna manera, pero tienen que tener la idoneidad y la experiencia para ejercer su función con la mejor capacidad. Si en las mismas condiciones tenemos un funcionario de carrera y un político tenemos que darle prioridad al funcionario de carrera por un tema de continuidad profesional y de memoria del ministerio.

¿Cómo vivió la preparación del gobierno?

Para mí es un salto de responsabilidad muy grande y lo asumimos con indecible orgullo, pero eso implica que tuvimos que trabajar mucho, porque el presidente nos sacó trabajando inmediatamente después de asegurado el triunfo; a mí me llamó al segundo día de haber ganado la elección y no he parado hasta ahora. Es trabajo, preparación, resolver temas y proyectar otros.