¿Qué lo llevó a publicar este libro?
Con el correr del tiempo la verdad de todo lo sucedido en la guerra se ha ido distorsionando y todo ha quedado en un marco que se llama “la dictadura” pero se olvida el antes. Todos somos acusados de cometer delitos en dictadura. Nosotros no cometimos delitos en dictadura. Son cosas diferentes; la dictadura fue un proceso político, la guerra, si bien es un proceso político, es un proceso militar. La dictadura fue impuesta por civiles y militares. La guerra fue hecha solamente por militares. Yo estaba combatiendo en esa guerra desde antes de la dictadura y seguí haciendo lo mismo con un sistema de gobierno diferente.
Un proyecto político también promovido por civiles
Esos eran hechos políticos, yo a la altura de mi vida y con la jerarquía militar que tenía desconocía esos hechos, los militares no los manejábamos. Eso del proyecto político, lo mismo que la Doctrina de Seguridad Nacional, que ni siquiera nos fue mencionada a los oficiales de nuestra jerarquía, jamás. Eso era así. Podrían decir lo contrario, pero no es cierto. Yo nunca vi escrito Doctrina de Seguridad Nacional en ningún documento militar. Que fuera en sí una doctrina, naturalmente que fue una doctrina diferente a la que había, eso es innegable. Para nosotros, que éramos los que estábamos combatiendo en el primer escalón, no hubo cambios. El cambio de sistema de gobierno no significó nada para nosotros, todo siguió igual. Lo que yo hacía en diciembre de 1971 es lo mismo que hacía en octubre de 1977.
¿Tampoco la salida de Bordaberry en 1976 significó un cambio?
Nada. Siempre hablando desde el punto de vista militar. Separo totalmente el proceso político del proceso militar.
Usted entiende que la historia se ha tergiversado
Si bien se ha dicho alguna cosa cierta, es la minoría. La mayoría de la información que ha trascendido es falsa. Lo imaginábamos desde el principio, pero se nos impuso por la vía militar, esa incongruencia que se llamó silencio austero, el que nosotros obedecimos. No contestamos ninguna acusación, ningún insulto, ni falta de respeto, excepto en dos o tres oportunidades en que la gota había colmado el vaso.
¿De qué forma respondió?
A través de alguna carta a Búsqueda, y un par de retos a duelo a algunas personas.
¿A quiénes?
Eso está todo en el libro. Esto es una forma de decir mi verdad, la que yo conozco, la que yo viví.
¿Por qué en este momento y no antes?
Porque ahora tenía tiempo y porque ahora estoy preso y antes no lo estaba. Soy injustamente tratado por el sistema de Justicia. No la Justicia, sino el sistema de Justicia que abarca fiscales, jueces, etc. Por eso, porque se había dicho que el problema estaba solucionado para un lado y para el otro y no sólo que no se solucionó para nuestro lado, sino que fuimos agredidos pese a la existencia del pacto del Club Naval y palabras de honor en el medio, toda una serie de cosas.
Llama la atención que sea una publicación individual.
Es porque no quiero atribuirme la representación de nadie, ese es el motivo. Yo cuento lo mío. Naturalmente es lo que vivieron casi todos, pero no quiero atribuirme la representación, por eso es individual.
Usted fue señalado como responsable de un operativo de vigilancia en la Embajada de México, vinculado al secuestro y el asesinato del maestro Julio Castro.
Yo fui absuelto de eso. Recién llegaba al país de una misión de varios meses a China cuando eso sucedió.
¿Cuál fue el sentimiento que tuvo cuando lo escribió?
Tratar de decir la verdad de lo que yo me acordaba acerca de mi vida, nada más. En ese sentido y en otros.
¿Cómo calificaría su vida?
Cumplí con mi deber como soldado y traté de ser buen padre de familia.