¿Cómo le fue en la Cumbre sobre cambio climático?
Fue una convención muy importante, había cerca de diez mil participantes, representantes de los países que firmaron el Convenio de Cambio Climático. La discusión estuvo signada por lo que significa la crisis económica y el cambio climático. La necesidad de no perder de vista que los problemas generados por el cambio climático son estructurales y afectan la calidad de vida de muchísima gente, sobre todo en los países isleños y costeros. Lo que no podemos creer es que la crisis financiera que ocurrió en los países desarrollados puede alejar la preocupación por el cambio climático. Al principio había como una línea de que como ahora estamos con la crisis financiera no vamos a poder atender estos problemas, pero eso se trató de dar vuelta haciendo hincapié en que la crisis financiera es coyuntural, la crisis van y vienen y el problema de cambio climático es a largo plazo.
¿Cómo se planeó esa discusión?
Hubo una posición bastante fuerte del grupo de 77, los países en vías de desarrollo, y al final la Unión Europea se comprometió para Copenhague 2009, a fijar las nuevas metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Todos nos fuimos con la expectativa de que Copenhague 2009 será un lugar de acuerdo para fijar nuevas metas de reducción.
¿La implementación de las medidas quedan en manos de los gobiernos?
Se hacen metas y cada gobierno tiene que ver cómo las implementa. Son metas diferenciales; para los países desarrollados que realmente son responsables de buena parte de los problemas que hoy sufre el planeta y para los países que aún no tuvieron posibilidades de desarrollo. Por otro lado está la estrategia de adaptación sobre los cambios que ya ocurrieron. Ahí hubo una fuerte discusión sobre cómo utilizar los fondos de adaptación que existen dentro del convenio para que países como el nuestro puedan implementar medidas para atender el sector agropecuario, que hoy está sufriendo una sequía importante.
¿Cuáles son los escenarios más afectados por el cambio climático en nuestro país?
Tenemos una zona muy vulnerable que es la zona costera, ante los escenarios de crecimiento del nivel del mar. Vamos a tener mucha infraestructura y mucha inversión en turismo y puertos que puede sufrir daños. Si uno no se plantea desde ya, cuánto va a crecer el mar y cómo se adapta a ello, cuánto tiene que correr la rambla, qué medidas tiene que tomar, se nos va a venir el problema encima y va a tener mucho costo. La zonas más pobladas de nuestro país, están sobre la costa.
¿Hay algún cálculo realizado sobre esos efectos?
Sí, están los escenarios del IPCC (Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), que es un grupo de trabajo de impacto mundial que elaboró todos los posibles escenarios. El problema es que dentro de los escenarios a escala mundial, nosotros aparecemos como un puntito, es importante desarrollar investigación nacional, para saber qué va a pasar acá, centímetro a centímetro.
¿Ya comenzaron a planificarse esas investigaciones?
Sí, estamos empezando. A principios del año que viene (2009) se van a colocar mediciones de altura de olas y del nivel del mar, se va a invertir en eso para tener datos propios. Es importante saber qué problemas vamos a tener y cuándo.
¿En qué medida la sequía se relaciona con el cambio climático y en qué medida con los efectos de la forestación?
La sequía es un efecto meteorológico, no local. Es un efecto regional, las actividades humanas locales son independientes. Puede que en alguna zona particular alguna cuenca pueda estar recibiendo menos, pero el déficit de agua es independiente de qué cultivo pueda estar ocupando el suelo. La Facultad de Ingeniería ha hecho estudios sobre forestación en cuencas paralelas, viendo cuáles son los escurrimientos en una cuenca y en otra y varía mucho en función de los distintos tipos de suelo que tiene Uruguay. En esta área también hay que desarrollar mucha investigación. No sólo de la forestación, sino de los otros cultivos; dejar el suelo desnudo también genera muchos problemas para la reserva de agua del país. El sector agropecuario tiene que adaptarse al déficit de agua y tomar medidas previas.
El prosecretario de la Presidencia, Jorge Vázquez, hizo declaraciones muy fuertes en ese sentido, haciendo hincapié en que faltó previsión por parte de los productores.
Yo estoy totalmente de acuerdo. Eso de esperar para ver si llueve o si no llueve ya fue. Ahora hay suficiente información para saber si va a llover o no. Hay que invertir en tomar medidas previas, guardar agua cuando tengo para usarla cuando falta. Esa es una línea de trabajo que queremos desarrollar con el Ministerio de Ganadería.
¿Cuáles son los proyectos urbanísticos planteados para José Ignacio?
José Ignacio es un área en desarrollo urbanístico que tiene cierta fragilidad porque es un área entre dos lagunas: la de José Ignacio y la de Garzón, que son áreas protegidas de acuerdo a la reglamentación que rige en el país y recibimos como una explosión de proyectos urbanísticos para esta zona. Todavía no estaba aprobada la Ley de Ordenamiento Territorial y lo que hicimos fue, al ver que tantos proyectos entraron a la vez, mirarlos en su conjunto, para evaluar su efecto acumulado no lo podíamos evaluar individualmente y por eso encaramos un estudio de la zona y trabajamos para poder hacer un ordenamiento territorial. Ahora para futuros emprendimientos ya se va a saber cuáles son las reglas de juego. Los proyectos están en diferente procesos, unos están por ponerse de manifiesto, otros en fase de pedido de información complementario, otros ya tenemos el informe final (…) El tema de las demoras siempre es multicausal un proyecto bien presentado en una zona en la que no provoca mayores impactos en general no tiene mucha demora. Nosotros en este caso atendemos que es una zona frágil. No es lo mismo hacer 500 casas en el medio de Tacuarembó que hacerlas al borde de un área protegida, el ambiente, los suelos, los drenajes y el tipo de tratamiento de las aguas es distinto.
La oposición planteó un llamado al ministro, acusando de demoras en los permisos para habilitar los emprendimientos.
Las consecuencias para el medio ambiente las pagan los uruguayos, no las pagan estos señores, por eso prevenimos estos problemas a través de pedir mayores informes, y hay muchos señores que se molestan por esto, pero nosotros estamos protegiendo a ciudadanos que no tienen cómo protegerse. No son demoras caprichosas, no son siquiera demoras, y muchas veces pedimos información y ellos demoran en entregarla, entonces de quién es la demora ¿de ellos o de nosotros? ¿Me cuentan solo el tiempo a mí? Cada uno tiene el discurso que quiere, el rol del Estado es prevenir riesgos ambientales de futuro y nos vamos a dar todo el tiempo que requiera salvar el futuro del país.