¿Cuándo cree que el Frente Amplio tiene que tener blanqueada la postulación de Tabaré Vázquez?

Yo creo que hacia el segundo semestre del año. Esa es una instancia de la que no estamos tan distantes y que debería comenzar a concretarse esta definición. Además, en el último trimestre del año se va a definir el programa, con debates que avancen desde ya. No ir a sorprendernos con propuestas mágicas que si no se discuten por parte de todos no pueden prosperar. A veces nos gana la cosa mediática, la cosa inmediata.

La oposición lo está apurando a Vázquez y ya le ha puesto el mote de "mudo" por no opinar en determinados momentos sobre algunos asuntos. ¿Debería intervenir más en determinadas polémicas?

Qué lindo sería que otros se callaran. Nunca vamos a conformar a la oposición. Pero, ¿es a la oposición a la que hay que conformar? ¿O es a la ciudadanía? ¿Es al golpe de un futuro candidato de la oposición que le sirve confrontar con Vázquez para llevar agua a su propio molino? ¿O Vázquez tiene que salir cuando siente que apoya al país y apoya a la fuerza política? A mí me parece que estamos en momentos de lo segundo. Y él lo acaba de decir meridianamente claro. Va a salir cuando su fuerza política lo reclame. Va a salir cuando sienta que tiene algo importante que decir. A mí me parece que hace bien en no salir a contestar toda esta sarta de disparates que se dijeron en los últimos días y que la verdad que son bastante impropias del sistema político uruguayo y también absolutamente desproporcionadas en las respuestas a los hechos que ocurrían.

¿Vázquez necesita una campaña larga como en oportunidades anteriores o es un desgaste innecesario para él y para el Frente Amplio?

Yo creo que el vínculo nunca es un desgaste. Lo que me parece es que la estructura política tiene que ayudar a amortiguar más y a dar más presencia acompañando al candidato. Y no debe ser Vázquez, como en otras campañas, el único burro de arranque.

A veces, los sectores tienen dificultades en sus internas para procesar sus candidaturas y sus programas y dejan un poco solo al candidato. Yo creo que se pueden combinar presencias del candidato con presencias, capaz que desfasadas en algunos momentos, de los sectores. Los diseños pueden ser más útiles, porque la gente quiere claridad. Todo el agite tiene que tener un diseño más preciso. No solamente el candidato tiene que ir y solo en todas las vueltas. A veces, lo hemos dejado un poco solo a Vázquez en la campaña.

"A mí me parece que Vázquez hace bien en no salir a contestar toda esta sarta de disparates que se dijeron en los últimos días"

 

¿El candidato a vicepresidente lo define sólo Vázquez o el Frente Amplio?

Es un ida y vuelta. Es muy importante que el candidato conforme equipo con la vicepresidencia. Pero también se requieren determinados equilibrios y compromisos.

Al FA se le ha adjudicado atacar a otro poder del Estado. ¿Qué opina de esas acusaciones?

La desproporción de los juicios de los dirigentes de los partidos tradicionales es muy grande. Decir que atentamos contra la Constitución porque convocamos a una concentración en silencio en la Plaza Libertad con el pabellón patrio y para cantar el himno creo que hay que preguntarse a qué puede obedecer tanta desproporción.

La alerta de las actitudes antidemocráticas en las que caía el FA por parte de tres expresidentes (Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle) también condice con esa enorme desproporción.

Los hechos son incontrastables. Aclaramos una y mil veces que no se trataba de ir a concentrarse en la puerta de la Suprema Corte de Justicia, cosa que sí hicieron todos los dirigentes que nos criticaron en el último tiempo. Claro, ellos lo hicieron por un tema de bolsillo, para respaldar en los fallos que declaraban inconstitucionales el IRPF a los jubilados. ¿Cuál es la razón por la que nosotros no podemos ir no frente a la Suprema Corte de Justicia sino a la Plaza Libertad? ¿Que lo nuestro no es por impuestos sino por defender los DDHH? A mí me parece que estar parado frente a la Suprema Corte de Justicia para apoyar o rechazar es mucho más fuerte que lo que puede ocurrir cuando uno en silencio en una plaza de la simbología que tiene la Plaza Libertad.

Pero la Suprema Corte de Justicia estaba preocupada, porque armó un vallado bastante fuerte...

Y está bien, porque yo no puedo dar garantías sobre actitudes que exceden la participación de mi fuerza política. Lo mismo podrá decir alguna de las organizaciones sociales convocantes.

Y además recibimos algunos mensajes en las 48 horas previas de que habría gente que ingresaría por otros lugares.

¿Había una amenaza?

Es una cosa que estaba con todas las previsiones, porque cualquiera sabe que una actividad pública, masiva como fue esta, requiere que los organizadores demos cuentas del espacio y del tiempo que estaremos ocupando. Si esa fue la forma en que dejábamos más tranquilos a la Suprema Corte de Justicia, yo no tengo ningún inconveniente.

Me parece que no hay la necesidad de pensar que hay un avasallamiento de un poder del Estado. El FA no lo ha hecho. Sí lo han hecho los partidos tradicionales e incontrastablemente la ley de caducidad que ellos defendieron, defienden y seguirán defendiendo es inconstitucional, dicho también por la Suprema Corte de Justicia.

Además, han puesto siempre al Poder Judicial dependiendo de las decisiones del Poder Ejecutivo que cada uno estos tres honorables expresidentes tomaron en sus períodos de gobierno, en que teóricamente no les llegó información y nadie en esos Ejecutivo, salvo en el caso de Batlle, iniciaron una búsqueda de la reconstrucción de la verdad.

Esa fue una forma de avasallar el Poder Judicial, fue una de las críticas más importantes a la Caducidad, junto a la inhibición de poder conocer los hechos.

"A veces, lo hemos dejado un poco solo a Vázquez en la campaña"

 

¿Hubo mensajes del FA que podían interpretarse como un avasallamiento al Poder Judicial?

Hubo mucha confusión. Cuando un sector anuncia, dentro de una batería de medidas a estudiar, la posibilidad de un juicio político a la Suprema Corte de Justicia, la referencia era para el caso del traslado de una jueza. Pero el juicio no era por un acto jurisdiccional. Hubo entrevero.

A usted le preocupa que exista una judicialización de la política. ¿A qué lo atribuye?

Yo creo que la oposición utiliza la judicialización de la política. No es que la izquierda no lo haya hecho. Había comportamientos políticos con apariencia delictiva y es muy larga la lista de procesados en administraciones anteriores. Funcionarios ministeriales, de intendencias, de empresas del Estado.

Hoy están planteados todos los mecanismos con una frecuencia muy reiterada que tiene que ver con agotar los procedimientos de interpelación y de llamado a Sala y estas cosas están formando parte del panorama de la política. A veces es muy difícil que intentemos solucionar las cosas por la Justicia cuando son diferencias políticas de modelos que confrontan

Está en pugna un sistema judicial más moderno que ha logrado darse cuenta del valor de los Derechos Humanos, que no es el mismo que existía en otros momentos.

¿Cómo observa la crisis que está viviendo el gobierno del FA?

Tenemos estas crisis porque estamos cambiando y porque hay, desde el punto de vista de los diferentes componentes del FA, la voluntad de mostrar que determinados instrumentos pueden ser más adecuados.
Yo creo que hay un perfilismo que a veces ataca a sectores, a individuos, que entorpecen muchas veces lo que debe ser la fuerza de un colectivo, sea el partidario, sea el del Ejecutivo.

Estas crisis son subsanables, no obedecen a diferencias al objetivo final. Eso es importante ubicarlo para explicitarle a la gente que acá no es que no busquemos todos la mayor justicia tributaria. Hay mucho elemento para valorar, porque a veces uno no ha logrado reflexionar sobre su propia práctica y las consecuencias que las mismas trajeron. No tenemos un modelo a rajatabla, este es un proceso de crecimiento que requiere mucho análisis de los tiempos y de los instrumentos. Y si un personaje pretende hacer perfilismo, también uno queda más advertido.

"Hay un perfilismo que a veces ataca a sectores, a individuos, que entorpecen muchas veces lo que debe ser la fuerza de un colectivo"

 

Una de las preocupaciones que había en el FA que lo llevó a renovar su Presidencia era la de recuperar sus niveles de movilización. ¿En qué medida está en condiciones de hacerlo?

Yo creo que con una progresividad que ojalá que el ritmo no sea muy lento. Yo creo que es alentador que un 5 de febrero muchos compañeros marcan tarjeta, porque creen que es una fecha de profunda conmemoración. Hay gente que tiene plena convicción en los principios y que ejerce su acción política por equis razones en otras áreas, como un militante en otro tiempo lo hizo en un comité.

Ahora tendremos la instancia de la conmemoración del primer acto público del 26 de marzo de 1971, mucho más profundamente político en cuanto a los mensajes a dar. Como caería en Semana de Turismo, lo vamos a conmemorar el 5 de abril, junto a los 200 años del Congreso de Tres Cruces.

El FA antes llenaba fácilmente la explanada municipal. ¿Ahora no le quedaría muy grande?

La explanada queda grande, pero además no es siempre el lugar más indicado cuando uno ha crecido como fuerza política en muchos lugares de la periferia y a mucha gente no se le facilita la posibilidad del traslado hasta el centro. Hay una cuestión también de señal política. ¿Cómo hemos hecho estos movimientos de los últimos 8 meses? Yendo al interior del interior, haciendo sentir a todos los frenteamplistas sentido de pertenencia.

¿Cuántos comités hay en funcionamiento?

Aproximadamente 500.

El Plenario del Frente Amplio tiene 82 delegados de las bases. ¿No es exagerada esa representación en la actualidad?

Yo creo que la situación de una fuerza política que surge como coalición y movimiento hay que evaluarla a lo largo de su historia. Ese componente ha variado, como la incidencia y la representatividad de los sectores. El FA lo que tiene que lograr es apoyarse y trabajar con todos ellos. Es muy posible que tengamos que pensar en otras adecuaciones. En materia de sectores, la elección de la Mesa Política determina la representatividad. Sin embargo es muy difícil que quienes quedan fuera de esa representatividad acepten que tienen competencias recortadas.
También a nivel de las bases, hubo variantes. Antes predominaban los independientes, hoy predominan los sectorizados. En lugar de eliminar eso, tenemos que tratar de que no sean escenarios de disputas de poder, sino de elaboración.

"Quien no quiera verse sometido a una disciplina partidaria, a códigos de ética, puede elegir otra fuera que no se los exige"

 

Su sector, el Partido Socialista, ha sido proclive a un cambio estatutario para adecuar la representación de las bases. ¿Va a impulsar usted una modificación?

Está muy lejos de mi cabeza meterme a discutir cuestiones orgánicas. Las mayores dificultades no son de tipo estatutario, son de tipo funcional. Del rol que cada uno tiene que evaluar cuánto está aportando. Hemos tenido una discusión estatutaria reciente y me quedé con algunos planteos en el buche. Yo pretendía que como partido grande tuviéramos una categorización de los vínculos que los diferentes simpatizantes, adherentes y militantes tienen con la fuerza política. Eso no prosperó y no es imprescindible.

En este FA hay mucha cosa para recuperar. Por un lado, la defensa de nuestro gobierno, el gobierno de todos. Pero además, el vínculo con la ciudadanía, la explicación de las cosas que no se hacen, que no se pueden hacer, por qué no se pueden hacer. Nos falta una enorme dosis de acción política centrada en las cosas que hay que hacer.

Ha llamado la atención el tipo de sanciones que se aplican en el FA a sus dirigentes. ¿Hay algún cambio encaminado?

Yo pedí al Tribunal de Conducta Política que recopilaran las normas que sobre disciplina existen en los diferentes sectores del FA, en su eficacia. Lo que me preocupa es que tienen un peso sancionatorio que a su vez es ineficaz. Yo creo que la sanción debe tener un carácter rehabilitador. Tenemos que adaptar las normas a un único conjunto de disposiciones normativas en que estén todos los compromisos. Un código de ética en que estén todas las disposiciones del comportamiento de un servidor público y veamos si es posible orientar las sanciones en un sentido más rehabilitador.

En la mayoría de los casos son compañeros dirigentes y si no entendemos que en los lugares donde estamos debemos dar el ejemplo de las mejores conductas con relación a la fuerza política, nos estamos olvidando que esta fuerza tiene la finalidad que tiene. Por tanto, quien no quiera verse sometido a una disciplina partidaria, a códigos de ética, puede elegir otra fuera que no se los exige.