La diputada Martine Billlard llegó a nuestro país junto a una delegación de legisladores franceses que llegó al país el lunes, para entrevistarse con las diferentes autoridades del Legislativo y el Ejecutivo, y buscar realizar avances de cooperación mutua entre ambos países.
Billard comenzó su carrera política con 16 años durante el Mayo Francés, militando en varias organizaciones contra la extrema derecha, así como en la organización de actos solidarios con las víctimas de la dictadura latinoamericana en la década del 70 y contra la proliferación nuclear. En 1993 se alió al Partido Verde, resultando electa diputada en las elecciones de 2002. Es licenciada en Economía.
Montevideo Portal la entrevistó en una de las salas del Palacio Legislativo, en unos minutos en los que salió de la sesión de Asuntos Internacionales de la Cámara Baja. Billard habló sobre la agitada política francesa de los últimos meses y las decisiones tomadas por el gobierno de Nicolás Sarkozy, que se apresta a anunciar un nuevo gabinete que pueda generar mayor respaldo a su gestión. Actualmente sólo cuenta con el apoyo del 29% de los franceses.
¿Qué puede esperarse del nuevo gabinete del gobierno francés?
Nosotros salimos para acá justamente cuando se anunció el nuevo gabinete. Desde aquí es un poco difícil ver cuáles son todos los detalles. El presidente lo había anunciado en junio y se demoró mucho tiempo en concretar el recambio. El desafío del nuevo gabinete de aquí a 2012 es tratar de poner nuevos enfoques. No sé si va a hacer una nueva política, no escuché los discursos.
¿Le preocupa la poca simpatía que tiene Sarkozy, cuando aún faltan dos años de gobierno?
Es verdad que hay un rechazo mayoritario en la población del país, respecto de la política de Sarkozy, sobre todo estos últimos meses con la ley de jubilación que fue una ley que la población rechazó mayoritariamente. Hay un deseo de cambiar la política de hacer una política más justa. El presidente dijo que va a responder con una reforma de la Ley de Fiscalía, hay que ver cómo es el contenido. Puede tratarse de una ley que suprima el “escudo fiscal”, que hace que la gente que gana mucha plata no paga por más de la mitad de la sus ingresos en impuestos. Eso es muy impopular y el presidente anunció que lo iba a cambiar, porque hay una movilización muy fuerte contra eso. Pero también anunció que con la reforma tributaria, va a ir la modificación de otro impuesto y entonces hay que ver cómo se arregla todo eso, porque puede pasar que al final termine entrando menos plata que con la actual situación. Aún no está claro que sea una ley menos impopular que la de jubilación.
La crisis por la reforma en las jubilaciones generó manifestaciones importantes. Fueron meses de movilización ¿Cree que eso ayudó a reforzar los movimientos sociales en Francia?
Es complicado. Es la primera vez que estamos viendo un movimiento como este. Hubo huelga, pero no fue tanta huelga como en 1995 (contra otra ley de jubilación que afectó a los trabajadores estatales, durante el gobierno de Jacques Chirac) este movimiento fue más bien de manifestaciones y de opinión pública.
En Francia los sindicatos tienen muy pocos adherentes, son el 8% de los trabajadores, pero cuando llaman a manifestaciones convocan gente. Según lo que se dice, se notó un incremento de adhesión a los sindicatos y se politizó mucho más que los años pasados. Hay que entender que si bien hay un rechazo a las políticas de gobierno, tampoco hay mucha confianza respecto a la oposición política, por ejemplo al Partido Socialista. Es una situación muy especial que no conocemos, entonces se hace difícil saber eso y saber cómo va a salir.
¿Podrían salir beneficiados los partidos minoritarios?
No se sabe, hay que ver qué pasa. Nosotros vemos un auge de la extrema derecha, con sentimiento racista y xenófobo, aumentan mucho. Tenemos ese temor porque en las encuestas de opinión pública, el partido de extrema derecha ya está como por el 14% de los votos y es demasiado. Puede ser que la gente, si está muy en contra del gobierno, puede elegir esa opción que sería terrible. También puede pasar que la gente no salga a votar. En Francia hay una tasa de abstención muy fuerte. El gran desafío es convencer a la gente de ir a votar en 2012 y de votar por una opción política que no sea una opción de extrema derecha, sino progresista. Nosotros apoyamos una opción social, democrática y ecologista.
¿Cómo son las relaciones entre el Partido Socialista y el Partido Verde?
Hay competencia y diferencias fuertes en torno a la economía y lo social, pero en la segunda vuelta de las elecciones regionales fuimos juntos contra la derecha y su política. De todas formas, queremos que Francia tenga otra izquierda, una izquierda que se preocupe más por la justicia social.
En esas elecciones regionales hubo un nivel muy alto de abstención (48%) ¿Podría repetirse esto en 2012?
Ese es el miedo. Las elecciones presidenciales de 2007 fueron las que menos abstención tuvieron en muchos años, pero puede ser que en 2012 no sea así, por eso buscamos que la gente se interese por lo que pasa y salga a votar. No podemos olvidarnos que en 2002, la segunda vuelta fue entre derecha y extrema derecha (Jaques Chirac y Jean Marie Le Pen) y no queremos que sea lo mismo en 2012. Sería lo más terrible que le pueda pasar al país.
Otro de los puntos de conflicto con el gobierno de Sarkozy fue la reciente expulsión de los gitanos ¿Cuál es su opinión sobre la decisión del gobierno de Sarkozy?
Es parte de la xenofobia, cada vez se busca más un chivo expiatorio. En ese momento fueron ellos, en otro momento pueden ser los musulmanes, es muy malo y lo que pasa es que esa gente que viene de Rumania tiene derecho a entrar, porque Rumania pertenece a Europa y tiene el derecho de circular. Son pueblos discriminados en sus propios países, Rumania, Hungría y República Checa. Están soportando discriminación en su país y buscan otra oportunidad en otros países.
Este miércoles se conoció un estudio del Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos que revela que se perdieron en 2009 unos 257.000 puestos de trabajo. ¿Cuáles son las expectativas en ese sentido?
Es terrible; hay un desempleo muy alto, se perdió mucho puesto en la industria, estamos perdiendo la industria y no puede decirse que haya políticas destinadas a salvar los puestos de trabajo. Hay que buscar una política para la industria y localización de productos hacia Asia. La tasa de desempleo es muy alta y no veo qué política existe para permitir que baje. La actitud del gobierno es decir que hay que bajar el costo del trabajo y así se va a solucionar y no es así que funciona.